Análisis Pikmin 3

El último mando usado en el juego ha sido el Wii Mote. Sobran las palabras con este mando. Todo aquel que haya jugado a las versiones New Play Control sabe perfectamente como se maneja el juego con el mando de Wii. Gracias al modo de apuntado del puntero, la experiencia de juego es más agradable e intuitiva y muchísimo más precisa. A la hora de apuntar con los Pikmin lo haremos de una forma más natural y rápida que al hacerlo con el stick izquierdo de los otros mandos, el mismo que mueve a los personajes y crea el engorro. El Wii U GamePad puede seguir usándose como mapa con el Wii Mote.

Cada mando ofrece una experiencia diferente. El Wii U GamePad es muy completo y tiene la opción de juego en pantalla sin TV, el Wii Mote es más natural y preciso. Es cuestión de gustos, la verdad.

Belleza fotorrealista en estado puro, con matices

'Pikmin 3' nació siendo un juego para la ya retirada Wii. Se construyó en base a su arquitectura del año del pleistoceno, exagerando un poco, y así fue concebido para Wii U usando los kits de esta, claro, pero no desde cero, con todo lo que ello conlleva. Para empezar, la resolución del juego son los 720p nativos de rigor a una tasa de frames constante de 60. Se puede escalar a la máxima resolución permitida por la consola, es decir, 1920x1080p sin que el juego sufra en lo más mínimo y sin dar pie a los temidos dientes de sierra, lo cual da a entender que soporta de forma nativa los 1080p. Aún con el máximo número de Pikmins en pantalla, enemigos y efectos gráficos, el juego es una roca, algo de lo que muchos no pueden presumir. Las cosas, cuando se trabajan, funcionan a la perfección.

El juego goza de una gran riqueza visual gracias al HD. Se entiende la decisión de Nintendo de llevarlo a Wii U tras verlo en movimiento y en directo. Los efectos de iluminación en tiempo real del juego son espectaculares. Ciertos enemigos, las naves, todo lo que produzca luz, crean un efecto de iluminación muy realista, de reflexión en el suelo por ejemplo. Mención especial en zonas oscuras de cuevas, cuando se ilumina una bombilla o con los hongos iridiscentes, si se mueven, el haz de luz se reflejará en diferentes zonas. El agua también merece ser comentada. En cuanto entremos en ella, sin los Pikmin claro, veremos como reacciona al movimiento del personaje o las gotas de lluvia. Además hay criaturas en las aguas en constante movimiento y se puede apreciar muy bien. La simulación de fluidos está muy conseguida. Otro de los puntos a destacar del juego son las sombras, también en tiempo real y sin pixelación alguna. El trabajo de Nintendo ha sido encomiable en este punto. Gracias al mimo con el que ha sido tratado, da gusto ver como se generan con la luz o incluso a través del agua, donde seguirán teniendo una calidad sorprendente. En cuanto a los temidos jaggies, casi se puede decir que brillan por su ausencia. Son contadas las ocasiones en los que hacen acto de aparición y, para verlos, hace falta lupa.

Los personajes están perfectamente detallados, aunque en el juego en sí no podamos vislumbrarlos. Cuando estemos en la nave, podremos ser testigos de su calidad. Otro detalle a tener en cuenta es el texturizado del juego. Aquí hay un poco de todo. Los enemigos, las naves, las frutas y los personajes están perfectamente construidos, pero el escenario es testigo de algunas luces y sombras. Por un lado está la vegetación, las flores y las plantas cuentan con una calidad alta y muy variada, aquí nada que objetar. En cuanto al escenario, nos encontramos antes un suelo plano y muy pobre, en HD, pero falto de relieve.