Análisis HarmoKnight

La longitud del concierto

Completar la historia sin dedicarnos a hacer nada más (es decir, pasando al siguiente nivel nada más consigamos la flor de plata y por consiguiente la nota real necesaria)  nos llevará de 3 a 5 horas de juego.

El título cuenta sin embargo con una serie de extras y retos que alargan su duración. Podremos desbloquear un mundo oculto y cinco fases extra, buscar y salvar a cinco pájaros llamados rosañores que hacen las veces de coleccionables así como afrontar el desafío de superar todos los niveles obteniendo en ellos la flor de oro. Conseguir todo esto nos tomará de 5 a 8 horas  (a nosotros mismamente nos llevó 6 horas y media obtenerlo todo).

Cuando hagamos todo eso aún nos queda una vuelta en una dificultad mayor, que se diferencia de la normal solo por la velocidad a la que transcurren los niveles y que, como decíamos antes, sigue siendo un reto asumible.

Y por supuesto también queda el componente de la rejugabilidad, que es el pilar fundamental de todos los juegos ubicables en el presente género.

'HarmoKnight' es rejugable, pero mucho menos de lo que podría parecer.

A pesar de ser rejugable, algo que nadie podría negar, HarmoKnight no parece precisamente pensado para aumentar de manera considerable su duración debido a la repetición de fases.

Esto se nota en el hecho de que al acabar un nivel no se nos pregunta si queremos repetir, sino que se nos saca direcamente al mapa, en que no hay marcadores (ni mundiales ni europeos ni nacionales ni de amigos) y en que tiene un sistema de puntuación muy básico que quita la gracia a competir.

Otro ejemplo son los continuos cortes de ritmo. Los jefes finales se componen de escenas que no se pueden saltar y debermos ver una y otra vez de jugar a sus niveles,  y el pasar de un personaje a otro rompe con la cadencia.

En todos los niveles hay una puntuación máxima y es relativamente fácil de alcanzar. Esto ocurre porque, al contrario que en otros juegos, no se puntúa en base a la velocidad a la que completamos el nivel (que podría, si hubiera más caminos y si nos ralentizara el chocarnos con un enemigo), la cantidad de veces que fallamos, la vida con la que terminamos o el número de movimientos realizados. Haber hecho un sistema de puntuación en base a eso aportaría mucha más variedad y competitividad al asunto.

Tal y como está hecho el juego, con práctica, todos pueden acabar teniendo la puntuación máxima de la mayoría de las fases, que consiste en "recoger cuánto encuentres".

Da para de 3 a 15 horas de juego según lo que queramos completar y hacer.

De ese modo, a pesar de la velocidad rápida y del pique con amigos y con nosotros mismos, el jugador estándar encontrará como mucho de 10 a 15 horas de juego en 'HarmoKnight', como mucho. Habrá quien le saque más partido y quien le saque menos, pero ese es nuestro promedio de horas.

Más allá de las quejas que puede originar un sistema de puntuación tan simple y básico, hay algo entre curioso e inexplicable, relacionado con los mundos que componen la historia. Aunque son 7 y la mayoría de ellos tienen aproximadamente 8 fases, de vez en cuando nos encontramos sin razón alguna con mundos de solo 3 fases.

Cualquiera podría pensar que son más largas, o distintas, pero no, son iguales al resto.

No sabemos si se debe a la falta de ideas o a la falta de tiempo de desarrollo, pero lo cierto es que hay dos-tres mundos que son perfectamente completables en 10 minutos (o menos) cada uno de ellos, restando el tiempo de vida útil de la obra y haciendo que parezca que no ha sido tan trabajada y depurada como en principio debiera.

Eso sí, el último mundo y las fases extra (éstas útimas puro fan service, pero qué fan service tan de agradecer...) son para quitarse el sombrero, y están muy por encima de las demás.

Lástima que son las últimas. Cuando el juego parece ir a arrancar...