Análisis Final Fantasy XIII

Apartado técnico

Creo que sobra decir que el aspecto más trabajado, dejando a un lado el argumento, es el apartado gráfico. Una vez más, como siempre, Square Enix ha logrado alcanzar un nivel que deja al resto de juegos del género a años luz, y que compite con los más grandes en general. En esta ocasión existen gran cantidad de cinemáticas que destilan una calidad similar a la que se puede ver en películas de animación por ordenador, pero lo más destacable es el hito de haber conseguido que apenas exista diferencia entre una cinemática hecha por ordenador con otra hecha con el motor del juego. Gran parte de la culpa de esto la tiene el nuevo motor gráfico creado por Square Enix para la ocasión, el Crystal Tools Engine, que controla las físicas y las animaciones de una forma absolutamente espectacular.

Aparte de esto, el mimo y el detalle que se la ha dado a todo es visible en cada píxel de cada escenario, personaje, enemigo, objeto, complemento o efecto. No sólo se ha trabajado el diseño, la ambientación y la originalidad características de todos los títulos de la saga, sino que el estudio ha hecho tanto hincapié en la historia, que ha querido que todo lo que sea vea para contarla sea perfecto, hasta el punto de que a veces es inevitable detener el juego para simplemente mover la cámara y contemplar los alrededores. Especialmente destacable es el apartado gráfico del famoso capítulo once, el que te otorga libertad a modo de Santo Grial. El hecho de contar con espacios abiertos por los que nos podemos mover a nuestro antojo hace que podamos ver la calidad gráfica del título en todo su esplendor.

En cuanto al sonido, es inevitable no nombrar a dos personas. El primero es Nobuo Uematsu, que destaca por ser la primera vez que no participa en un Final Fantasy de la continuidad numerada. El segundo es Masashi Hamauzu, sustituto del primero, que ya participó con composiciones para Final Fantasy X y Dirge of Cerberus. La obra de Hamauzu está compuesta por alrededor de 70 melodías que nos acompañan durante todo el juego. La amplia variedad instrumental, la perfecta combinación de lo clásico y lo moderno, y la inteligente forma de enlazar musicalmente las escenas de acción con las de tranquilidad o "exploración", hacen que el apartado sonoro esté a un grandísimo nivel, algo que es de agradecer teniendo en cuenta que cómo mínimo pasaremos 40 horas delante del juego. A estas melodías hay que añadir también el tema "My Hands", interpretado por Leona Lewis, que ha servido como tema principal para publicitar el juego y que nos acompañará en varios momentos de la historia. También merece mención especial el doblaje llevado a cabo. En nuestro país, la versión que llega, como suele ser habitual en esta franquicia, es la que contiene los diálogos en inglés, aunque bien es cierto que el juego se encuentra traducido de arriba a abajo y cuenta con subtítulos para cada conversación. Aún así, no es difícil apreciar el esfuerzo por dotar de más vida al juego mediante un doblaje profesional llevado a cabo por actores consagrados y especialistas, que ayudan mucho a introducirse en la trama y a captar la esencia de cada situación y cada personaje.

Conclusión

Como habréis notado, he sido bastante crítico con el juego. Personalmente, soy un amante de los juegos de rol, y lo que aquí nos presentan no es precisamente un RPG, a pesar de que sí cuente con elementos del género. Llegados al punto en el que nos encontramos hoy en día, donde lo más valorado de un juego de estas características casi es su libertad de acción, Final Fantasy XIII es un paso atrás en ese aspecto. Me parece muy bien el hecho de que quieran presentar una historia épica como si de una película de gran presupuesto se tratase, pero para eso prefiero ir al cine. Para mí, este ha sido el gran error de Square Enix con el juego. Por otro lado, también sería ridículo no asumir que este título cuenta cosas muy buenas. El apartado técnico es increíble en todos sus elementos, y la jugabilidad ha cambiado para bien en muchos aspectos con respecto a anteriores entregas de la saga, y la historia es, aunque sólo faltaba, memorable. En definitiva, creo que es un título que no está a la altura de lo que se esperaba de él, y que no compensa todos los medios y esfuerzos que Square Enix ha destinado a su desarrollo. Sin embargo, el nombre es el nombre, y a pesar de sus fallos, Final Fantasy XIII gozará de éxito, y no defraudará (en mayor o menor medida) a la mayoría de los fans de la saga.