Análisis Bioshock Infinite

En su conjunto, 'Bioshock Infinite' luce increíblemente bien para todas las plataformas; pero esta vez se nota que el desarrollo del título ha estado desde un principio pensado para PC. No hablamos de una diferencia tan clara como lo pueda suponer por ejemplo 'Battlefield 3' entre consolas y compatibles; pero si la suficiente cantidad de detalles cuya suma dan como resultado una versión más que sobresaliente, y donde sí se puede, merece la pena vivir la experiencia que el estudio nos brinda.

Ojo, Playstation 3 y Xbox 360 siguen siendo opciones más que rentables si no se disponede un PC a la altura para ejecutar el juego; pero el principal problema de ambas versiones lo encontramos en la falta de potencia para mover con soltura ciertas escenas y momentos de la aventura. Carga de texturas, tiempos de carga entre fase y fase que pueden llegar a desesperar o caídas de frames preocupantes en plena batalla son algunos de los inconvenientes que nos hemos encontrado en el título para su versión en consola, y donde Playstation 3 se presenta como la mejor de ambas en máquinas de sobremesa, dado que es la máquina de Microsoft la que más reúne dichos problemas.

Centrándonos en PC, solo podemos deshacernos en alabanzas por el gran trabajo realizado. No solo en optimización; sino en el increíble detallado de texturas, distancia de dibujado, sombras, filtros que permiten un mayor detallado de las superficies o el parámetro de postprocesado alternativo que se encarga de añadir un efecto más realista a la luz eliminando el llamado y cantoso Bloom; son algunas de las opciones que nos encontraremos en el menú correspondiente. Para mover 'Bioshock Infinite' necesitaremos:

En cuanto a su optimización cabe recalcar varios puntos. Como ya es habitual en Blogocio, hemos analizado el juego en dos equipos diferentes. El primero contaba con un Intel Core 2 Duo a 2.4GHz, Nvidia 9600GT de 512 MB, 4GB de Ram. Como veis unas prestaciones que rozan los requisitos mínimos pero que aún así nos han permitido disfrutar del juego en calidad Media, con postprocesado y texturas en normal, sin AA y AF x4 a una resolución de 1366x768. El resultado ha sido francamente espectacular, obteniendo una tasa entre 30 y 45 fps incluso en combates con gran cantidad de efectos en pantalla.

En el segundo equipo de pruebas, hemos contado con un AMD FX-6200 3.8GHz, 8GB de Ram y una Nvidia GTX 660 de 2GB. Increíble. Francamente una gozada poder disfrutar en calidad Ultra, con todos los parámetros maximizados y en 1080p a 60 fps del shooter de Irrational Games. Es algo que no hemos mencionado, pero que estamos en la obligación comentar; dada la gran cantidad de acción, de movimientos de un lado para otro por el escenario por nuestra parte y el número de efectos en pantalla, jugarlo a una tasa de frames por encima de 50 se convierte en una auténtica delicia visual, sí, pero casi también en una necesidad; algo que dota al juego de un frenesí aún mayor.

Durante su lanzamiento han sido varios los usuarios que se han quejado de un pequeño problema llamado stuttering (microparones en mitad de la partida) independientemente de la calidad gráfica a la que se esté jugando o el equipo que se esté usando. Es cierto que en determinados escenarios, no todos, hemos sufrido dicho efecto; pero que hemos solucionado bajando las sombras de Ultra a Alto. De esta manera evitábamos que al entrar en casas, girar la cámara o avanzar corriendo por un pasillo pasáramos de 60 fps constantes a 40 de forma repentina durante un par de segundos. Aún así, Irrational Games ya ha asegurado a través de Twitter estar trabajando en un parche para solucionarlo.