Análisis Kokuga

Tenemos, por tanto, dos tipos de fases. Marcadas desde la A hasta la L en la interfaz de selección veremos los niveles de entrenamientos, que podemos seleccionar libremente al inicio de cada partida. Para cerrar el triángulo en cada una de las esquinas se disponen las fases finales, donde nos enfrentaremos en combates reales a la potencia enemiga.

Una vez que en la sesión de juego seleccionemos un determinado nivel solo podremos acceder a los demás mediante las conexiones existentes, que se desbloquearán al completarlo. Por ejemplo, si seleccionamos el nivel H cuando lo superemos satisfactoriamente podremos acceder al nivel D, E, I o K, pero no al resto.

Habrá tres finales distintos.

Esto nos permite una total libertad para pasarnos el juego de la manera que queramos, lo que puede resultar incomprensible para algunos jugadores, ya que nos permite desbloquear cada final completando únicamente una de las fases de entrenamiento que se encuentran adyacentes a este.

Por consiguiente la duración del título es exactamente la que vosotros queráis darle. Podéis pasaros cada una de las tres fases finales, previamente desbloqueándolas completando la adyacente, en poco más de una hora o podéis optar además por completar cada una de las 12 sesiones de entrenamiento para alargar la vida del título.

Superar todas las fases al menos una vez os llevaría entre unas cuatro o cinco horas, pero se puede alargar mucho más si aprovechamos las opciones que nos brinda para seleccionar la dificultad, donde podremos variar entre cuatro tipos diferentes. Si bien no podemos cambiarla en las fases finales, en el resto no tendremos restricción alguna para hacerlo en cualquier momento.

Con solo pulsar el botón X podremos variar entre Normal, Difícil, Definitiva y Modo Jefe, lo que produce un cambio en los enemigos, que se posicionarán de una forma distinta y verán incrementada su armadura. Además los jefes de cada fase variarán sus rutinas y ataques. Si queréis enfrentaros directamente a ellos sin pasar por el trámite previo siempre podréis seleccionar el Modo Jefe, que os envía directamente a su encuentro en su forma más poderosa.

Las luchas contra los jefes serán frenéticas.

El esquema evolutivo de cada nivel es bastante similar. Las fases están divididas en varias áreas, cada una de ellas custodiada por un largo enemigo que hace la labor de guardián cortándonos el paso a la siguiente zona. A medida que avanzamos hacia él nos encontramos a su órdenes con un pelotón de enemigos desperdigado por la zona, cuyo único objetivo es pulverizarnos y cortar nuestro avance.

No obstante podemos optar por dos estrategias, pues destruir al guardián provoca la autodestrucción de todo el pelotón que tiene asignado. Podemos tentar a la suerte e ir evitando los disparos con el objetivo de deshacernos de él, o podemos optar por acabar con todos y cada uno de los miembros de su pelotón antes de hacerlo, lo que además de reportarnos mucha más puntuación hará que recuperemos parte de nuestra energía.