Análisis Kokuga

Debes saber que ir a lo loco no es muy recomendable, ya que el sistema de control es lento y poco preciso. Nos moveremos con la cruceta o el stick analógico mientras disparamos con B. El problema radica en el sistema de apuntado del cañón, que rota alrededor de la nave con el uso de los botones L y R.

Esto produce que estemos completamente indefensos mientras giramos el cañón de un enemigo a otro. Teniendo en cuenta que un giro completo tarda casi cuatro segundos, si, por ejemplo, nos viene un tanque por la derecha y otro por la izquierda, solo en girarlo gastaremos dos preciosos segundos en los que estaremos a merced de ser pulverizados por uno de ellos. Y será mejor que no se te ocurra fallar cuando dispares pues tendrías que añadir un segundo más, que es lo que tarda la Kokuga entre disparo y disparo.

Te pueden venir enemigos de cualquier dirección.

Pero que no cunda el pánico, disponemos de una gran ayuda, las cartas. Estas tarjetas las veremos siempre en la pantalla táctil, con solo tocarlas accederemos temporalmente a 15 mejoras que nos allanarán el camino hacia la victoria. No obstante están limitadas, además de que el máximo a utilizar por fase es de 20 solo cuatro de ellas aparecen en pantalla. El sistema de aparición es completamente aleatorio, lo que da cabida a adaptar nuestras estrategias a las que tengamos disponibles en ese momento.

Se distinguen dos grupos de cartas, las de ataque y las de soporte. Con el primer grupo nos podemos beneficiar entre otros de fuego rápido, disparos teledirigidos, distintos láseres o bombas a cada cuál más potente. El segundo nos permite optar por incrementar ataque o defensa, acceder a un modo sigilo o hasta darnos una segunda oportunidad si cuando caemos en batalla disponemos de la carta de reparación, que nos devuelve a la vida con nuestro escudo al máximo.

Si aun así no sois capaces de salir adelante y necesitas más ayuda siempre podréis contar con vuestros amigos. Hasta tres pueden unirse en modo cooperativo, ya sea en forma local o mediante descarga, pues el título no posee online. Esto hará que las partidas sean mucho más locas y divertidas, acabando con la monotonía que puede tener el título si jugamos en solitario, sobretodo en niveles de dificultad superiores, donde la vida de nuestros oponentes nos obligará a tener que encajarles muchos disparos.

El apartado sonoro, muy bien llevado a cabo, intentará también acabar con ella. Con cada guardián importante que venzamos la música cambiará de ritmo. Durante el trascurso del nivel pasamos de unas pistas muy tranquilas al principio a otras que saben trasmitir el subidón de adrenalina y la tensión de los momentos difíciles.

No se puede decir lo mismo del apartado gráfico, muy monótono de principio a fin, ni el efecto 3D ni el cambio hacia el realismo en las tres fases finales consiguen cautivarnos demasiado, aunque las animaciones de destrucción y los distintos efectos están bien llevados a la pantalla superior.

Ni con cuatro naves en pantalla llega a destacar.

En conclusión, 'Kokuga' ha estado cerca de ser un gran juego, pero sus carencias pesan más que sus virtudes. El sistema de control, intencionado o no, resta mucho al frenetismo que podría haber tenido, dando lugar a una monotonía solo rota con el uso de las cartas. Si a esto le juntamos su poca incidencia en la historia, que se limitará a pequeños textos subtitulados en inglés, y su precio, elevado en comparación con la diversidad de la eShop, da como resultado un producto que dará diversión a los amantes del género, pero que quizás no llegue a enganchar al resto de los jugadores.