Análisis EDGE

Cubos, cubos y más cubos

Como ya comenté antes, el juego está completamente diseñado por cubos. Dentro de la simpleza del aspecto gráfico, cumple en lo visual. El juego funciona perfectamente a 60 imágenes por segundo y a 1080p sin ninguna caída. Además podemos jugarlo desde la comodidad de cualquier parte de nuestra casa desde el Gamepad. El sonido cuenta con varias piezas que a la vez que nos deleitan, nos sumergen de lleno en el nivel, dándole más ritmo en niveles rápidos o más tensión en los más difíciles.

Aún estando diseñado en tres dimensiones, nos sentimos como si estuviésemos ante un juego completamente retro, con ese estilo arcade que les caracterizaban entonces. 

Absolutamente todo está compuesto por cubos, hasta este simpático amigo.

Un auténtico desafío

Aunque podría haber aportado algo nuevo y novedoso respecto a las ediciones anteriores, EDGE cuenta con todos los niveles que se fueron incluyendo desde su salida. En total son más de cien niveles con los que nos desafían a conseguir todas las bonificaciones y llegar a la meta en el menor tiempo posible. Esto incentiva al jugador a plantearse de nuevo los niveles para abordarlos desde otra perspectiva. Conseguir ver cuál es el mejor camino y llegar a prismas de bonificación que aparentan ser imposibles de alcanzar, son el auténtico objetivo del juego.

Además, según vamos avanzando en los niveles, la dificultad va siendo cada vez mayor. Así, tanto el conseguir todos los prismas como el acabar el nivel, acaban siendo un auténtico quebradero de cabeza. Al menos, en ciertas zonas nos encontramos con baldosas de ayuda que siempre nos enseñan cómo superar esa zona. Están puestas en zonas donde suele ser habitual que llegues y no se tenga ni idea de cómo avanzar. Lo bueno, están situadas en puntos por los que no es necesario pasar, por lo que si quieres descubrirlo por tí mismo no hace falta que las uses.

Los niveles son cada vez más complejos y más laberínticos

El juego es perfecto para jugar en tiempos muertos que tengamos entre varias tareas, o incluso para jugar un rato después de un juego más complejo. Sesiones de apenas media hora son las perfectas como para disfrutarlo, quitarse esas ganas de superarse y dejar el resto para la siguiente sesión. En total, dependiendo del jugador, el juego puede durar entre dos y tres horas si simplemente va a superar los niveles o extender mucho su duración si se para a conseguir todos los prismas repartidos por los niveles y rejugandolos para conseguir una puntuación alta en cada uno de ellos.

Diversión clásica, sencilla y directa

Así resumiría el juego, donde directamente nos lanzan a los primeros niveles y ya estamos disfrutando de ellos. Los tutoriales del principio pasan completamente inadvertidos al ser los propios primeros niveles. Aunque el control puede estropear un poco la experiencia del juego al principio, uno se acaba acostumbrando y disfrutando completamente del título.

Evocará al niño pequeño que llevamos dentro con ese estilo retro que tiene tanto en el aspecto visual como el sonoro. Eso, junto al estilo arcade y la dificultad de los niveles harán la delicia de todos los jugadores que les encante lo clásico y quieran un buen desafío. Además, se encuentra con un 50% de descuento en la eShop, lo que hace que esté a un precio muy asequible para cualquier tipo de bolsillo.