Análisis Beyblade: Evolution

Será en la aventura principal donde el tutorial del inicio nos enseñe desde cómo lanzar un bey haciendo uso del giroscopio y acelerómetro de Nintendo 3DS hasta cuál es la estrategia adecuada a seguir en función de la peonza que llevemos o el tipo de pista en el que se produzca el duelo. Para ganar un combate cada movimiento es importante, pero la suerte resulta un elemento demasiado determinante que hace que no siempre salga victorioso el mejor, o el que mejor estrategia ha usado. Una vez lanzado el bey no hay posibilidad de controlarlo, y a veces todo un torneo se va al traste por un golpe de fortuna del rival, lo cual resulta bastante frustrante a la vez que injusto. 

Aunque los combates resultan interesantes al principio, acaban volviéndose faltos de interés. Está bien pensado el hecho de que haya cientos de piezas y podamos crear nuestras propias peonzas y subirle estadísticas de ataque, resistencia (tiempo que aguanta girando) o defensa (las embestidas enemigas no le frenan tanto), pero existen fuertes descompensaciones entre unas estrategias y otras. En la mayoría de pistas, los bey centrados en ataque no tiene nada que hacer contra los más resistentes y no resultan viables. El sistema de combate está desaprovechado por completo y acaba aburriendo al igual que el resto de elementos del juego.

El 'espíritu' es un ataque que potencia nuestro bey por unos segundos

Por otro lado, uno de las cuestiones más molestas de 'Beyblade Evolution' es la ausencia de una opción para desactivar el acelerómetro y giroscopio. Éste último nos sirve para controlar la cámara durante el combate, pero se descalibra muchísimo, hasta el punto de que es necesario pausar la partida para reajustarlo frecuentemente. Además, si jugamos con el 3D activado es fácil perder el efecto al estar moviendo continuamente la consola (algo que también ocurre en el minijuego 'laberinto'). No habría estado mal incluir una opción para controlar la cámara con el stick analógico.

Audiovisualmente limitado

El apartado gráfico es de lo poco que se salva en 'Beyblade Evolution'. No es que sea un juego visualmente espectacular, pero al menos cumple en este aspecto y muestra unos escenarios y peonzas bien definidos durante los combates, sin demasiados dientes de sierra y sin ralentizaciones más allá de la que hemos comentado en el caso puntual de un minijuego. El 3D tiene también funciona correctamente y, aunque no es de lo mejor que hemos visto en la consola, cumple con creces.  

Afortunadamente, el videojuego está traducido al español, pero al igual que todos los apartados anterores éste también cuenta con puntos negativos. En este caso, hablamos de errores tipográficos que dan la sensación de que todo se ha hecho con muchas prisas, y de traducciones incorrectas de palabras y conceptos que una vez llevadas al juego quedan descontextualizadas y sin sentido. Por ejemplo, 'dormir fuera', que viene a significar que tu bey ha dejado de girar, o 'confirmar combo', que es el apartado en los torneos para ver con quién nos toca combatir a continuación.

Cada vez que visitamos una tienda tiene piezas distintas en venta

En cuanto al apartado sonoro, volvemos a tener un problema. Melodías muy repetitivas y escasas, casi contadas con los dedos de ambas manos las que podemos escuchar a lo largo de la aventura. Se trata de un apartado que flaquea muchísimo, que no solo no potencia para nada puntos determinantes del juego que habrían ganado muchísimo con una buena canción sino que además a veces resulta tan monótono como el resto de apartados.

Conclusión

'Beyblade Evolution' es un juego limitado en todos los aspectos: diversión, duración, apartado sonoro, historia, etc. Prácticamente el único que se salva es el visual y el del combate con amigos, sin que estos sirvan por sí solo para justificar la compra de un juego que es poco rejugable y que se hace monótono por momentos. El combate se presentaba como el punto más fuerte pero tras jugar varias partida acaba decepcionando por lo plano que resulta y las pocas posibilidades estratégicas que ofrece.

Tras haberlo probado durante horas, una de las conclusión más evidentes que sacamos es que no es un título para los fans de la serie, que muy posiblemente lo encuentren decepcionante, pero tampoco para los más pequeños de la casa, a los que les costará comprender la dinámica de juego y les resultará complejo. 

Si además tenemos en cuenta que el precio de 'Beyblade Evolution' es ligeramente inferior al de un juego normal de 3DS (29,99 euros en formato digital, algo más en tiendas), éste no es un elemento que nos invite a su compra. El título podría haber pasado perfectamente como un descargable de la eShop de 10 o 15 euros, y entonces sí que no habría estado de más darle una oportunidad, pero por lo que ofrece su precio no está justificado.

Es este último elemento el que hace que 'Beyblade Evolution' no pueda alcanzar el aprobado. Muchos elementos negativos han condenado a una entrega que tenía muchas papeletas para convertirse en un título muy a tener en cuenta en el catálogo de finales de año de Nintendo 3DS, pero que ha decepcionado de principio a fin y se ha quedado lejos de cumplir nuestras expectativas.