Análisis Twisted Metal (2012)

Los viejos Rockeros nunca mueren

La principal premisa de rescatar un juego que hace años fue todo un referente en el mundo de los videojuegos es que quizá a los mas acérrimos seguidores podría no gustarles ell nuevo espíritu del título en esta nueva adaptación. David Jaffe se puso manos a la obra en conseguir un juego que guste por encima de todo a los que esperaban la saga y parece ser que lo ha conseguido.

Twisted Metal sera quizá uno de los juegos que mas se aproximen en esta moda de adaptar sagas antiguas a la nueva generación. El título conserva todo el espíritu macabro de la saga y lo multiplica añadiéndole un notable modo multijugador tanto online como offline aunque para ello sacrifique algunos de sus otros apartados.

Calipso Industries lo observa todo, la campaña

La historia principal del juego puede que se antoje corta a todos los efectos. La principal premisa de este nuevo Twisted Metal no es otra que su modo online aunque no obstante el juego si cuenta con una campaña principal que nos narra a modo de película de serie B los motivos por los que Sweet Tood, Mr Grimm o Dollface se han enrolado en esta competición suicida todos ellos a cambio de promesas formuladas por el misterioso directivo que controla Calipso Industries. Los viejos protagonistas de la saga aparecen de nuevo para dar un toque mas cuidado a la campaña para un solo jugador que aunque se antoja demasiado simple y corta se agradece en un tipo de juegos de este estilo.

Una campaña con una historia narrativa notable pero demasiado corta

Y es que por desgracia la campaña del juego es tremendamente corta, no nos llevará mas de unas 4 horas terminarnos las tres historias que se entrelazan una con otra. No obstante la narrativa de la historia y la interpretación de los personajes es excepcional. El modo campaña nos servirá para desbloquear armamento y nuevos vehículos para nuestros protagonistas, vehículos que por supuesto podremos personalizar y utilizar en los modos online multijugador.

Solo ante el peligro

El modo para un solo jugador es simple, y con pocas novedades, la historia narrativa del juego sirve de mera excusa para meternos de lleno en lo que importa, una amalgama de hierro retorcido, masacres encarnizadas, sangre, vísceras y destrucciones a mansalva.

La poca variedad que nos encontraremos en las fases hará que puede que a la larga superar los niveles pueda hacerse tedioso, la principal premisa del juego es básica, acabar con todos y ser el único superviviente. Por ello aunque las fases varíen algo en su desarrollo (sobre todo por el gran número de mapas) el final siempre será el mismo. Algunas veces tendremos un objetivo principal, otras nos meteremos de lleno en una carrera por la supervivencia pero al final de todo deberemos de ser el único oponente en pié, la única variante será la de tener que vérnosla con algunos enemigos de mayor calado a lo largo de la historia.

La campaña en solitario, corta y repetitiva