Análisis Los ríos de Alice

De la mano de Vetusta Morla

Para conocer los orígenes de este videojuego tenemos que remontarnos al año 1998, cuando unos chicos de diferentes orígenes del instituto José Luis Sampedro de Tres Cantos, en Madrid, decidieron formar un grupo musical. Tomaron su nombre de un personaje aparecido en la obra de Michael Ende, ‘La historia interminable’, se trata de Vetusta Morla, el ser más viejo del mundo, que optó por creerse lo justo para no convertirse en nada. Tras mucho trabajo, consiguieron consolidarse con su primer álbum en 2008 con “Un día en el mundo”, calificado por la crítica como “el mejor primer disco de un grupo en la historia del rock español”.

Pero el éxito continuaría con “Mapas” (2011), y establecieron su propio sello: “Pequeño salto mortal”, tras esto, el director creativo de Delirium Studios, Arturo Monedero, se fijó en ellos y les planteó crear un videojuego con una banda sonora compuesta por Vetusta Morla. Pero cuando tanta creatividad se aproxima es inevitable aportar más, y el grupo estuvo implicado en su desarrollo, aportando ideas y conceptos. Así nacía ‘Los Ríos de Alice’, una aventura gráfica cuyos personajes, puzles, música y esencia están basadas en las canciones y filosofía del grupo madrileño, un verdadero regalo para los amantes de la música y los videojuegos. Para completar el repaso a la discografía de Vetusta Morla, apuntar que en 2014 presentaron nuevo disco “La deriva”, de nuevo dejando volar muy alto el rock indie.

Perdida en un mundo de fantasía

‘Los Ríos de Alice’ se lanzó en primer lugar para plataformas móviles y ahora tenemos la suerte de disfrutar de esta versión extendida para Wii U, ha tardado en llegar, pero lo hace con novedades. Se trata de una aventura gráfica cuyo objetivo es que nos sentemos el sofá a disfrutar de toda una experiencia sensorial, nada de jugabilidad frenética o reflejos, se trata de jugar relajadamente, disfrutando de las imágenes (realizadas en acuarela, tinta y grafito) ,y la música de Vetusta Morla, pensando soluciones para los retos que se nos plantean, que por cierto requerirán una mente despierta.

¿Cuál es la historia del videojuego?, conoceremos a Alice, una niña que al dormirse entra en un mundo de fantasía donde tendrá que enfrentarse a sus miedos, el único texto que veremos en el juego estará en los menús y en unas pistas que nos ofrecerá entre pantallas de carta, los personajes del juego se comunican mediante pictogramas que tendremos que interpretar. Realmente en cada pantalla podremos interpretar nuestra propia historia, como dice la canción “Al respirar”: 

Te he dejado en el sillón

las pinturas y una historia en blanco.

No hay principio ni final,

sólo lo que quieras ir contando.

Adaptado al contexto del Wii U Gamepad

También habrá texto en unos libros-planta que aparecerán cuando progresemos en la historia, del mismo modo que acabo de hacer, estas pistas serán partes de canciones del grupo musical, y es que los fans de Vetusta Morla se sentirán como pez en el agua, incluso las escenas que vemos están inspiradas en las canciones de los madrileños.

La jugabilidad es la clásica point & click de las aventuras gráficas, en su versión más sencilla: buscar y recoger ciertos objetos desperdigados por los escenarios, utilizarlos para resolver puzles, hablar con los personajes que nos encontramos para resolver cómo seguir avanzando… conceptos muy asentados entre los jugadores del género. Eso sí, no creas que la jugabilidad reflexiva y amable de ‘Los Ríos de Alice’ serán un simple paseo, algunos retos nos tendrán mucho tiempo exprimiendo nuestro cerebro. Como suele ocurrir en este tipo de aventuras, siempre aparecen algunos puzles excesivamente rebuscados.

Personalmente siempre he jugado a aventuras gráficas en el PC, pero el hecho de hacerlo en la televisión del salón provoca que otras personas se unan a intentar solucionar los puzles (algo que el propio juego nos sugiere), así tenemos una especie de modo multijugador con la filosofía de que dos cabezas siempre piensan más que una… Eso sí los que no vean el gamepad no verán las opciones que ofrece cada objeto o personaje, ya que los menús aparecen sólo en la pantalla del mando para dejar completamente limpia la imagen en el televisor, no es necesariamente algo negativo ya que se potencia el diálogo entre jugadores.

Más contenido, más puzles

Estamos hablando de una versión extendida, y como tal nos ofrece más posibilidades que en las anteriores, tenemos una nueva pantalla, más puzles, un blog de notas en el que apuntar pistas que podrían ser importantes y una sorpresa musical para los fans de Vetusta Morla, una tema inédito llamado “Un folio en blanco”:

Un folio en blanco continúa con la estética de los pequeños instrumentos y la ensoñación en formato doméstico que marca el tono de todo este trabajo, planteando un instrumental que incluye en la música el sonido ambiente de la acción del juego. Al igual que sucede en las demás pantallas de Los Ríos de Alice, cada tema refiere a una canción nuestra ya existente, tomando algunos de sus elementos y descontextualizándolos para crear un nuevo pasaje. Juan Manuel Latorre. Guitarrista y compositor de Vetusta Morla.

Además se han incluido referencias a “La deriva” el único disco que no estaba presente en el videojuego por haber sido lanzado después del desarrollo original. Por supuesto que se ha adaptado todo para ser jugado desde el gamepad, un dispositivo perfecto para disfrutar de las aventuras gráficas en la televisión, podremos jugar también en modo off-tv, aunque lo recomendable es utilizar la TV para disfrutar de sus nuevos gráficos en HD. En total nos encontraremos 10 personajes, 20 puzles distribuidos en 15 pantallas con 11 ambientes sonoros y 8 temas exclusivos de Vetusta Morla. 700 animaciones del personaje principal, 177 conversaciones, 717 objetos y personajes en más de 1.500 dibujos repletos de arte para dar vida al universo de Alice.

La artista Ane Pikaza ha sido la encargada de realizar en acuarela, tinta y grafito las bellas imágenes que veremos, según ella "Los Ríos de Alice es un videojuego, pero tiene alma de cuento. Sin miedo a caer!”. Junto a la música de Vetusta Morla y una jugabilidad llena de retos resulta un delicioso mundo onírico que despertará nuestros sentidos, alejándonos del mundanal ruido y, como el funambulista imbatible, dibujamos en braille los pasos del siguiente mortal.