Análisis Hellblade: Senua's Sacrifice

(Pc, PS4)

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Hellblade: El descenso a los infiernos de Senua

Ninja Theory regresa con un nuevo juego de culto, una obra alejada de los cánones del género, ofreciéndonos una aventura intimista y transgresora que no nos dejará indiferentes.

Plataforma analizada: PC
10/08/2017 10:18
Para poder entender el porqué de la obra debemos comenzar explicando que Hellblade Senua’s Sacrifice es un triple A independiente, financiándose de forma externa y no bajo el yugo de una distribuidora que marca las directrices a seguir. De esta manera, los chicos de Ninja Theory han sido completamente libres para plasmar su obra tal y como la concibieron. Y su marca se nota en cuanto nos ponemos a los mandos de Senua.
Hellblade: Senua's Sacrifice

Hellblade: Senua'a Sacrifice

Hellblade: Un sacrificio necesario

Hellblade Senua’s Sacrifice huye de todos los cánones establecidos en el género de los hack n slash. Conserva mucho de ellos, no en vano es hija del mismo estudio que nos trajo Heavenly Sword, Enslaved o el polémico reboot de Devil May Cry, DMC. En nuestro periplo con Senua descubriremos que en esta ocasión no estamos ante un juego de acción, aunque los tráilers de presentación del juego así lo anunciasen. Nada de eso.

Nos encontramos ante una aventura de introspección, un descenso a los infiernos de la mitología nórdica dónde no sólo enfrentaremos sus horrores, sino también los nuestros. En Ninja Theory son expertos a la hora de crear personajes y con Senua queda patente que han llegado a un punto de no retorno. Me explico. Senua padece psicosis, una alteración mental que en ocasiones le impide discernir entre la realidad o las imaginaciones que crea su propio cerebro. Por si fuera poco también siente decenas de voces en su cabeza que le dicen qué hacer y qué no hacer. Todo a la vez.

La verdadera inmersión en la narrativa viene dada por las voces que nos hablan, que nos ayudan, que nos irritan y nos asustan. 

La verdadera inmersión en la narrativa viene dada por las voces que nos hablan, que nos ayudan, que nos irritan y nos asustan. Todas ellas, junto a nuestra propia voz interior, la de una narradora omnisciente y una fabulosa ruptura de la cuarta pared nos llevan a conectar con Senua como nunca antes habíamos hecho con ningún otro personaje. Ahí radica la verdadera belleza de la obra, que logra desafiar toda lógica a la que estamos acostumbrados y nos zambulle de lleno en una epopeya trágica y dolorosa, en un descenso a los infiernos de un alma atormentada que lucha por recuperar a su amado.

Este rescate, inspirado sin duda en la Divina Comedia de Dante, supone el punto de partida de Hellblade, pero lo retuerce hasta tal extremo que llegamos a dudar de las intenciones de la propia Senua. Y es algo digno de elogio ya que durante toda la aventura estaremos completamente solos en paisajes desiertos y devastados, sin mayor compañía que la de las voces en nuestra cabeza y la de las runas que iremos encontrando, las cuáles nos darán ciertas lecciones de mitología nórdica a la par que nos ayudan a entender el lore que rodea al juego.

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No es un juego para todo el mundo

Y esto hay que dejarlo bastante claro, Hellblade Senua’s Sacrifice dividirá a la comunidad. Se presentó como un hack n slash, un juego de acción de la mano de los artífices del último Devil May Cry, pero no es eso para nada. Hay acción y hay combates, pero estos solamente son un vehículo narrativo más para agilizar la historia y no hacerla aburrida. No abundan, de hecho podríamos decir que el juego consiste un 50% en puzles y otro 50% en combates, pero nos estaríamos olvidando de los grandes paseos escuchando los desvarios de una mente enferma.

Son estos momentos, junto a las caídas en la oscuridad de la propia protagonista, instantes de enagenación mental, los que conforman el grueso de la obra y la distinguen que cualquier otro juego que hayamos probado antes. Quien busque acción, centenares de enemigos y batallas apoteósicas contra mastodónticos jefes no encontrará aquí lo que busca, pese a que en efecto se dan estas batallas, no son ni de lejos el objetivo de Hellblade.

Es por ello que Hellblade Senua’s Sacrifice debe tomarse con precaución y sabiendo de antemano qué nos vamos a encontrar. Y es que su apariencia engaña sobremanera, ya que nos encontramos ante una especie de Shadow of the Colossus por la soledad de nuestro periplo, mezclando con un sistema de combate que recuerda al de Heavenly Sword y aderezado con unos entornos lineales y escuetos. Y creo que ese es otro de sus aciertos; dejarse de centenares de coleccionables ocultos en kilómetros y kilómetros de páramo desolado. No hay nada de eso aquí, la aventura es única pues su camino sólo tiene una dirección.

Lento pero seguro

Si algo caracteriza al esquema jugable de Hellblade Senua’s Sacrifice es la calma con la que transcurre todo, incluso los combates. Cabe aclarar que no es un sistema de lucha lento, más bien es un sistema realista, sin saltos ni combos. Tenemos un botón de ataque rápido, otro de ataque fuerte, un golpe físico para romper la defensa del rival, un botón de defensa y uno para esquivar. Los combos que realiza Senua nunca superan los 4 golpes sin repetir animación, y tampoco esperéis mucha variedad de enemigos aparte de sus jefes finales.

Si algo caracteriza al esquema jugable de Hellblade Senua’s Sacrifice es la calma con la que transcurre todo, incluso los combates.

Llegados a este punto puede parecer algo pobre, de hecho lo es si lo comparamos con otros títulos de “corte” similar, pero a la práctica resulta tremendamente satisfactorio combinar las carreras y los esquives con los envites de nuestros enemigos, lo que desemboca en un baile siniestro y visceral en el que la muerte se paga muy cara. Ya nos lo avisan al principio del juego, con cada derrota la infección de Senua avanza y si ésta alcanza su cabeza se acabó. Borrado de partida y vuelta a empezar. Cabe aclarar que no se trata de un juego difícil, ni siquiera en su máxima dificultad, pero si que es cierto que saber que cada muerte nos acerca más al final añade cierta tensión a los combates que de otra manera no tendríamos y nos obliga a ser más prudentes que de costumbre.

El otro gran pilar sobre el que se asienta Hellblade Senua’s Sacrifice es el de los puzles. Hay muchos, y siendo sincero debo decir que son los mejores que jamás he visto en un juego. Encontrar forma de letras en elementos del escenario o atravesar portales que cambian ligeramente el decorado son algunas de las pruebas que deberemos superar. No son especialmente complicados pero si que nos obligan a pensar de otra manera, a no ver el entorno con los mismos ojos con los que miramos otros juegos.

Hellblade: Senua's Sacrifice

Hellblade: Senua'a Sacrifice

Prodigio técnico

Otro aspecto destacable lo encontramos en su apartado técnico. Pese a su más que ajustado presupuesto, estamos ante un juego muy notable a nivel gráfico tanto en Playstation 4 como en PC. El realismo con el que se ha caracterizado a Senua no lo hemos visto nunca antes en ningún otro título, la perfección con la que han plasmado las expresiones faciales es de un fotorrealismo extremo. A ello cabe sumarle unos escenarios preciosos que, dado lo escueto de su tamaño, pueden permitir al motor gráfico ofrecer una texturas de gran calidad con un aspecto similar al visto en Uncharted 4.

Sin embargo la joya de la corona se encuentra en el apartado sonoro. A una banda sonora magistral, obra de uno de los nuestros, David García, hay que sumarle uno de los mejores trabajos de doblaje que he tenido el placer de escuchar. Cada una de las voces del juego se ha plasmado con una nitidez pocas veces vista, la cuál mejora mucho si jugamos con auriculares tal y como nos recomienda el juego, por aquello de oír de verdad las voces en nuestra propia cabeza. Es sin duda este magnifico doblaje al inglés el que nos sumerge de lleno en la mente de Senua, aunque cabe mencionar que no todas las lineas de dialogo han sido subtituladas al español por lo que deberemos tener unos conocimientos mínimos de inglés para poder comprender la obra en su conjunto.

Una obra única

Tras superar las 7-8 horas que dura, podemos decir que Hellblade Senua’s Sacrifice es un título que no dejará a nadie indiferente. No se parece a nada que hayamos visto antes, si mas no una leve inspiración en Shadow of the Colossus. No es un juego de acción, aunque la tiene. No tiene una gran historia, aunque su final es apoteósico. El gran atractivo de Hellblade radica en Senua, en su viaje a Nifhleim en busca de su amado que a su vez supone una caída en la propia oscuridad que atesora su mente enferma. Una obra irrepetible que todo el mundo debería probar, pero que aseguramos no agradará a todos los paladares.

7.5

Lo mejor

Senua es uno de los personajes mas complejos que jamás hemos visto en un videojuego

La ambientación y representación de la mitología nórdica es increíble

El apartado sonoro brilla con luz propia, doblaje excelso y BSO para enmarcar

Lo peor

Una aventura corta y lenta, podría resumirse en puzles, combates y mucho diálogo interior

Venderse como un hack n slash es un error

Algunas lineas de dialogo de las voces interiores no han sido subtituladas.

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