Análisis Call of Duty: Modern Warfare 3

No esperéis giros de guión sorprendentes, diálogos de novela, personajes profundos o explicaciones a todo, no las hay, como he dicho en ese sentido el argumento es malo, pero enfocar así un shooter os hará bucar algo que el juego no promete ofrecer. Lo que deja a nuestra disposición es una fuente inagotable de momentos a cada cual más épico, scriptados, sí, pero que durarán en nuestra memoria mucho más de lo que algunos estarían dispuestos a reconocer. Todos junto a vocablos de reprochable elegancia, tributos excesivos a la superioridad de las fuerzas americanas y recursos simplones pero efectivos, como el que parece que Infinity Ward ha adoptado como manera de terminar sus trabajos, matar a gran parte de los personajes disponibles para tocarnos la fibra sensible. Acción sin demasiadas pretensiones más allá de impresionar y divertir al que la contempla.

En esta ocasión las localizaciones, todas ellas conocidas, cobran una nueva dimensión

En esta ocasión destacamos la aparición de misiones que rompen con Black Ops y Modern Warfare 2, que parecían beber de Modern Warfare 1 y alardear de situaciones plagiadas sin pudor alguno. Por supuesto seguimos encontrando situaciones que sentiremos haber vivido, pero la sorpresa u originalidad estarán mucho más presentes en todo momento. Especialmente brillantes son los momentos que relacionan a las 3 entregas entre sí, y refuerzan o aparentan tener un sólido lazo en común. Todo esto, unido al explosivo cóctel de escenarios, que nos situarán en puntos del globo como el Himalaya, Sierra Leona, París, Londres o Praga, muy diferenciados, nos hacen disfrutar durante aproximadamente 7 horas y media (en las dificultades más elevadas) de la mejor campaña de la saga Modern Warfare (lo que no quita que misiones como "Todos Camuflados" [Mw1] sigan siendo el referente en cuanto a calidad se refiere).

La dificultad está muy relacionada con la duración en esta ocasión. Nos encontramos ante el juego más sencillo de toda la saga, debajo incluso del nivel de desafío que exigía Black Ops. Completar la aventura en veterano (la dificultad estándar para muchos) no es un paseo a pesar de ello, de despistarnos o creernos superiores a Rambo moriremos en cuestión de décimas de segundo. Si bien sigue exigiéndonos cierta precisión y habilidad, en esta ocasión, la ausencia de aguaceros de granadas, líneas de respawn con un letrero resplandeciente marcando su existencia encima o compañeros incapaces de eliminar a un solo oponente, lo vuelve todo más sencillo. Es el juego más fácil pero, al mismo tiempo, el más justo en ese sentido. La dificultad hace que, al morir menos, la campaña se complete mucho más rápidamente, pero también de una forma más fluída, dejando mejor sabor de boca.

Sí, es fácil y corta, pero nadie puede negar que la historia es puro espectáculo

Como hemos dicho antes 7 horas y media es lo que le ha durado al equipo de redacción completarlo en veterano, sin apenas muertes y un 10% de los documentos de inteligencia esparcidos por los escenarios, un total de 46, que conforman el único motivo para rejugar el juego, un motivo cutre que no convencerá a aquellos desinteresados en los sistemas de logros/trofeos. Call of Duty es épico, sí, pero logra serlo una vez y no más, la rejugabilidad de sus juegos es casi inexistente, y en esta ocasión no es una excepción.

Debido a ésto, terminada la historia uno no puede hacer más que probar el resto de modos, una amplia gama de ellos, junto al clásico multijugador, que dejaremos para el final, tenemos las operaciones especial que tan buen sabor de boca dejaron en el anterior y un modo que hereda las principales características de "los zombies" con los que muchos identifican a Treyarch: el modo supervivencia. Empezaremos nuestro análisis por el modo operaciones especiales.

Lo primero que notamos al introducirnos en éste apartado cooperativo es la cifra de misiones presente, reducida, que pasará de constar de 23 misiones (de las que podremos sacar 3 estrellas en cada una hasta un total de 69) en Modern Warfare 2 a un total de 16 (con otras 3 estrellas, logrando así un máximo de 48). La respuesta que a todos nos podría surgir queda clara tras completarlas todas, sí, la duración en este apartado se ha visto reducida, y en proporciones considerables. Un total de 7 horas ha sido el tiempo que nos ha costado hacernos con las 48 estrellas, ni una más ni una menos. La dificultad, superior a la del modo historia, también se ha visto reducida frente a la de su antecesor, que llegó a desesperar y a obligar a hacer trampas a muchos para conseguir esas 69 estrellas.

Las misiones se dividen en cuatro grupos que iremos desbloqueando con nuestra experiencia, y es que, como ocurriera en el multijugador offline del segundo juego de Modern Warfare, tendremos un rango especial, ajeno al online que fusionará los progresos del modo operaciones especiales con los hechos en "Supervivencia". Así iremos debloqueando niveles y ganando armamento y ventajar para sobrevivir más rondas en el segundo de los modos citados. Si bien no es este elemento el que nos hace sentir cierta progresión, nunca está de más introducir incentivos como éste para fomentar la participación y adicción del jugador, que buscará metas y recompensas superiores en todo momentos. Volviendo a los 4 grupos que desbloqueábamos, excepto en el último, no se denota una curva de dificultad racional en ellos, pudiendo resultarnos la misión 10 mucho más fácil que la 5.

La (escasa) duración y (nula) rejugabilidad del título se subsanan con el resto de modos

En cuanto a calidad estamos ante una mejoría considerable. Las misiones han dejado de consistir en resistir varias oleadas de enemigos, despejar un área o cruzar a contrarreloj un mapeado, ahora fusionan todos estos elementos y los amplían, formando misiones con varios objetivos que se nos van comunicando durante las mismas y que, incluso, ofrecen objetivos secundarios que no influyen en las 3 estrellas que podremos obtener de completarlas en veterano, como salvar rehenes o pasar inadvertidos. Se nos dan muchas alternativas y detalles en los que fijarnos más allá de la dificultad o de la misión.

Una de la cosa que más nos ha agradado es el repertorio de mapas escogidos, sacados de la campaña (lo que hace que este punto también diga mucho de la misma), todos son de dimensiones considerables a pesar de desembocar en estrechos pasillos, algunos con varias rutas, múltiples puntos entorno a los que formar una estrategia y elementos distintos. No hablamos de una libertad descomunal, ni de mapas parecidos a Battlefield 3, ni mucho menos, pero si que podremos disponer de más espacio que simule el pasillo en el que nos encontramos. Si tenéis experiencia con Killzone 2 sabréis de lo que os hablo.