Sentimientos con Ocarina Of Time

Fabio Fraga - Redactor jefe de DsWii

Quizás, nunca nadie logre describir bien con palabras, lo que los jugadores sentimos al rejugar una y otra vez este juego, sobre todo los que jugamos a este episodio en su versión original, y descubrimos con Nintendo 64 hasta dónde podrían llegar los videojuegos. Miyamoto comentó en muchas ocasiones que Zelda fue creado tras sus vivencias de pequeño, inventando historias con sus amigos, en el bosque cercano a su casa. Miyamoto quiso transportarnos al mundo mágico y espectacular que todos inventamos en nuestros juegos, cuando somos pequeños, y realmente lo consiguió.

Una princesa, un malo, y un héroe mágico. El poder de la luz, contra las tinieblas. Magia, niños que nunca crecen, monstruos que comen roca, y hombres pez que protegen el agua del mundo. Ocarina of Time es imaginario, pero mágico a la vez, un mundo que permanecerá en nuestros corazones, y siempre reservaremos un trozo de memoria para recordar ese momento que tanto nos impactó, ese personaje que nos sorprendió, o el fragmento de la historia que nos estremeció.

¿Por qué? Porque todos los personajes, entornos y diálogos están llenos de esa magia que los niños ponen a sus juegos y aventuras. Sencillamente porque jugando a Ocarina of Time, volvemos a ser niños por unas horas...

Uxio P.R. - Redactor de DsWii

Revivir Ocarina of Time no es algo que se haya descubierto hoy, los que lo disfrutamos como es debido en su día ya hemos caído en la tentación más de una vez, sea en las reediciones posteriores, o con el original de Nintendo 64.

Pero hacerlo con los extras que incluye la versión de 3DS es un lujo de nuevo irrenunciable, volver a correr por el bosque Kokiri con sus elementos saliéndose de la pantalla es sólo el comienzo. Tengo recuerdos incluso de las conversaciones sobre el juego con mis amigos, -¿te has pasado ya este enemigo?, verás, verás, es tremendo, recuerdo cómo familiares o amigos que rara vez se interesaban por los videojuegos alucinaban con el Templo del Tiempo, o la gran calidad de la ciudad de Hyrule, o el amenazante aspecto de la Montaña de la Muerte.

Fue el primer Zelda en 3D, y fue un videojuego que cambió mi visión sobre este mundillo, desde el día que terminé Ocarina of Time, con la emociones de su final, me volví más exigente con los videojuegos, llegué a pensar que ya lo había visto todo.

Creo que otro factor que lo hace mágico es el tiempo que puedo dedicarle a sus, digámoslo así, “misiones secundarias”, no sé cuanto tiempo pasé con el juego de pesca, hasta conseguir las piezas más grandes, practicando puntería en el valle Gerudo, o en las galerías de tiro, y también, recorriendo sus extensiones, explorando con la banda sonora, mirando simplemente cómo se pone el sol…

Probablemente estos días ya te habrás encontrado cientos de palabras sentimentales como éstas, sin embargo con Ocarina of Time nunca serán vacías, porque es un juego que ha impactado y cambiado la visión de mucha gente, por ello, volveré a jugarlo, sin prisa, como lo hice en su momento, disfrutando cada momento y visitando cada rincón de Hyrule.

Héroe y villano, cara a cara, nos recordaban el porqué Link arriesgaba su propia vida.

Álvaro (Ares) - Redactor de DsWii

En 1998 llegó un videojuego que cambiaría la forma de entender el arte del siglo XXI.

The Legend Of Zelda: Ocarina Of Time revolucionó el panorama del ocio electrónico mundial, convirtiéndose en el primer juego que nos divertía, nos entretenía, nos contaba una historia realmente compleja y afloraba en nosotros algo que costaba hacer salir a la luz: los sentimientos. Llevo jugando a Ocarina Of Time desde los 7, 8 años y, al igual que a Link, cada vez que recorro sobre Epona la Llanura de Hyrule, retrocedo en el tiempo. Me vienen a la mente todas aquellas horas que pasé salvando al mundo junto a mis amigos y familiares, algo inolvidable sin duda. Pero lo que más sigue vigente en mí son las melodías que se convirtieron en leyenda.

El Bolero de Fuego, el Minueto del Bosque, el Requiem del Espíritu, la Canción del Tiempo… la Nana de Zelda. No solo yo me aferré a esas canciones. Mis padres, primos y amigos aun recuerdan como sonaba la ocarina de Link en aquella videoconsola de 64 bits. Tanto me marcó que ahorré durante años para hacerme un collar con el símbolo de la Trifuerza de oro macizo, que llevo cada día. Y no solo eso. Removí cielo y tierra para conseguir una réplica de la ocarina de porcelana que tuviera el mismo sonido que aquel instrumento electrónico. Ahora puedo tocar mis canciones favoritas con ella y volver atrás en el tiempo (¡mentalmente, por supuesto!).

Es un placer volver a encontrarme al Link de Ocarina Of Time en 3D. Ahora todos podremos ver su mundo como él mismo lo veía y sumergirnos su aventura más que nunca.

Espero que con Nintendo 3DS, la mayor cantidad de gente posible pueda disfrutar de esta maravillosa obra maestra.