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El fanservice no solo actúa como reclamo publicitario para vender más unidades, también hace que las compañías reduzcan la calidad de los contenidos del juego

02/03/2014 23:54
La pela es la pela, y en un mercado cada vez más competitivo algunas compañías hacen malabares para destacar sus proyectos por encima del resto. La supervivencia es algo natural en una empresa, y no hay nada de malo en ello siempre que para lograr una rentabilidad económica no se acuda a lo fácil: a la carne abundante, al peor y más facilón fanservice. De eso saben mucho ciertas compañías japonesas, a las que no les tiembla el pulso en incluir cuatro bikinis en sus sagas más clásicas por tal de llenarse un poco más los bolsillos.
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¡Inaugurando columna! Espero que os guste ;)

Haciendo uso de internet para comprender correctamente el concepto 'fanservice', vemos que es definido (muy a grandes rasgos) como 'darle a los aficionados lo que ellos quieren'. Se trata de un vocablo que nació de la mano del manga y el anime y que mucha gente lo relaciona únicamente con el plano sexual. Aunque ya vemos que no tiene por qué limitarse a ese aspecto, no hay más que conocer un poco algunos rasgos de la sociedad japonesa para descubrir cuál es el fanservice que más éxito tiene en tierras niponas.

El reclamo perfecto

El mercado nipón es muy distinto al europeo o al norteamericano, y una de las razones de ello es meramente cultural. Sigue sus propias reglas y casi siempre los juegos desarrollados allí han estado orientados a un público local, hecho que explica por qué a veces ciertos títulos que allí tienen mucho éxito no consiguen destacar aquí, y viceversa. Japón es la cuna del fanservice, y es el único país en el que, desgraciadamente, un videojuego puede justificar su compra con tan solo incluir grandes dosis de chicas inocentes y monas o chicos valientes, especialmente si además hay poca ropa de por medio.

Fanservice -tanto femenino como masculino- hay en gran cantidad de videojuegos, pero existe una gran diferencia entre los títulos creados exclusivamente para complacer a fans y los que no tienen ese propósito pero incluyen ciertos elementos agradables a la vista. En el primer grupo podrían estar los juegos de citas como 'Touch Shot: Love Application' para PS3, y en el segundo algunos como 'Bayonetta', 'Dragon's Crown' o 'Lollipop Chainsaw'. También hay una tercera división de títulos que se sitúan en esa delgada línea que separa a unos y otros, como 'Dead or Alive' o 'Time and Eternity', cuyo propósito no está claro por momentos.

Senran Kagura Burst

'Senran Kagura Burst', o cómo vender un juego

Dejando a un lado el debate de si el fanservice es denigrante para hombres y mujeres, no veo ningún tipo de problema en que las compañías recurran a él puntualmente, siempre que dejen claro de antemano sus intenciones y vendan el producto como lo que es. Lo que no soporto es que se sacrifique algún elemento de una saga clásica o de un juego serio por tal de complacer a los fans, que por suerte tienen mucho donde elegir si lo que van buscando es precisamente eso. Creo que se trata de un grave error que demuestra que el estudio no es capaz de hacer destacar su videojuego sin tener que recurrir a lo carnal.

Del escote de Yunalesca a las falditas para Lightning

La última compañía en subirse al carro del reclamo sexual fácil ha sido Square Enix, aficionada ya a estar siempre en el centro de la polémica. Lo cierto es que desde el momento en que supe que Lightning podría cambiarse de trajecitos en la tercera entrega de la trilogía 'Final Fantasy XIII' perdí gran parte del interés que tenía en el juego. Me molestó mucho el hecho de que intentasen extrapolar todos estos añadidos innecesarios a una saga tan longeva y respetable como 'Final Fantasy', que ha aficionado al JRPG a decenas de miles de personas en todo el mundo.

Lightning, guste más o menos, es un personaje serio con una historia profunda detrás y muchas cargas a su espalda que le han ido labrando un carácter seco, distante y muy frío. Su misión en la tercera entrega tampoco es moco de pavo, y de su buen hacer depende el destino del mundo. Precisamente por eso, ¿en qué momento se justifica poder vestirla de conejita, o de gatita con orejas y una cola? ¿Por qué Square Enix decide prostituir de esta manera la mini saga 'Final Fantasy XIII' por tal de ganar cuatro duros más en territorio japonés? Lightning es una protagonista que no se presta en absoluto a esto, y es triste tener que recurrir al fanservice para llamar la atención del respetable y conseguir remontar las ventas con esta tercera entrega. Ojo, que yo mismo analicé el juego y me parece increíble (una cosa no quita a la otra), pero este tipo de detalles creo que sobran completamente.

Lightning Returns: Final Fantasy XIII

Lightning, ¿qué te han hecho?

Es cierto que no es el primer caso de trajes con poca tela que encontramos en la saga, algunos de los cuales son también de la época de Squaresoft, pero nunca había sido tan descarado como en esta ocasión ni se convertía en uno de los reclamos principales de un juego. Como amante de esta franquicia, no recordaba una impotencia tan grande al ver algún que otro modelito de Lightning desde que vi los primeros vídeos del trío pop formado por Yuna, Rikku y Pain (una ida de olla terrible de esas que ayudan a fraguar la relación amor-odio que todo fan tiene con Square Enix). 

Un genero solo viable en Japón

Videojuegos y fanservice llevan muchos años cogidos de la mano y no parece que la relación vaya a romperse a corto plazo. Afortunadamente, no siempre la mezcla de ambos es sinónimo de éxito, pero el simple hecho de que una compañía se plantee crear un título únicamente para complacer a público masculino o femenino es un elemento negativo para esta industria. Los videojuegos son arte, están muy por encima del reclamo facilón y así deben exigirlo sus usuarios.

Afortunadamente, el hecho de que gran cantidad de esos proyectos creados en Japón nunca traspasen sus fronteras es sinónimo de que en el resto de territorios tienen un seguimiento minoritario. Así debería seguir siendo, porque si las compañías ven que pueden compensar una mala historia con un poco de fanservice pasará algo parecido a lo que ya ocurre en el país del sol naciente: la calidad de los contenidos se verá reducida completamente. Y ya sabéis que en cualquier industria lo que vende prevalece. O si no, ¿qué hacemos rodeados de DLC absurdos y sacacuartos y discos de Justin Bieber?