Yaiba: Ninja Gaiden Z

'Yaiba: Ninja Gaiden Z' tiene una clara vocación hacia la acción y el "barrido" de hordas en cada nivel. Como ya hemos visto en muchos otros títulos, la mecánica consistirá en avanzar hasta una nueva zona, que se cerrará para que la limpiemos de zombis, tras lo cuál se volverá a abrir. Pese a ello, los desarrolladores han querido añadir algunos momentos de plataformeo entre fase y fase, que se resolverán a golpe de QTE, con los que Yaiba escalará y saltará de pared en pared sin que podamos tomar demasiado control sobre él en ningún momento.

Respecto a otras entregas de la saga 'Ninja Gaiden', 'Yaiba' se coloca un peldaño por debajo en cuanto a nivel de dificultad, ya que pese a haber podido probar solo los dos primeros niveles del juego y haber tenido que repetir alguna fase ocasional, no hemos notado la dificultad extrema de otras entregas de la saga. Sin llegar a ser ni mucho menos un machacabotones, 'Yaiba' no requiere un timing en la pulsación tan preciso como en las entregas de la línea principal de la serie; el número de enemigos será bastante mayor, por lo que tendremos que deshacernos de varios de ellos a la vez en muchas ocasiones (dejando a parte zonas de enemigos especiales y jefes), incluso llegando a perder de vista a nuestro personaje entre las oleadas de zombis.

Como buen hack'n'slash que se precie, no faltará ese toque arcade tan japonés plasmado en las puntuaciones después de "barrer" cada zona, el número de golpes y combos y una nota final a nuestra actuación para retarnos a superarnos la próxima vez. Con cada actuación, Yaiba irá subiendo su experiencia, que nos permitirá ir mejorándo sus habilidades a través de un árbol donde tendremos que ir gastando los puntos adquiridos. Desbloquearemos nuevos combos cada vez más devastadores y nuevas habilidades, como utilizar los brazos de un payaso macábro a modo de nunchakus. Tendremos a nuestra disposiciónn hasta 24 mejoras en total.

Técnicamente el juego destaca mucho más por su apartado artístico de estilo novela gráfica que por otra cosa. El juego luce espectacular y esta estética tan particular le sienta como un guante. Aunque se agradece el esfuerzo por juntar en pantalla una cantidad notable de enemigos al mismo tiempo, echamos bastante de menos poder interactuar mucho más con los escenarios, más allá de romper alguna que otra pared. Las estancias se encuentran un poco vacías y sirven meramente para dar cabida a nuestros combates contra los muertos vivientes. Pese a ello, su diseño está bastante inspirado, con toques muy de urbe occidental -por lo que hemos podido ver hasta ahora-, algo alejados de las ambientaciones tradicionales de 'Ninja Gaiden'.

El juego es un soplo de aire fresco y un punto de vista de la serie muy distinto del que estábamos acostumbrados, dejándose por el camino mucho del trasfondo trascendental y ligado al honor y la tradición japonesa de la serie principal. Aunque de ninguna manera el juego rechaza las continuas referencias a la cultura nipona de lucha, orgullo y honor, la particular mezcla de géneros sitúa al título de acción mucho más cerca de cualquier cinta de Robert Rodríguez. Poder echar mano de las extremidades de los zombis caídos como arma o enfrentarnos a piernas y torsos que quieren echarnos el lazo a la vez que intentamos salir ilesos de interminables oleadas de bizarros enemigos no tiene precio.

Para los amantes de los títulos clásicos 'Ninja Gaiden' de Tecmo de finales de los 80, se ha incluido un modo retro en scroll lateral, con una dificultad a la altura que hará las delicias de los más veteranos y que el propio Inafune nos ha desvelado en la presentación del juego

'Yaiba: Ninja Gaiden Z' supone uno de los últimos títulos multiplataforma exclusivos para las consolas de la pasada generación -no saldrá para PS4 y Xbox One-, haciendo buen uso del hardware de estas, que ya ha tocado su techo hace tiempo. Lo tendremos entre nosotros el próximo 28 de febrero para PS3, Xbox 360 y PC (Steam) con voces en inglés y japonés (algo que celebramos en un título como este) y textos de pantalla en castellano.