(3DS)
Una vez le rentas un arma a un personaje, esta lleva equipada el Grindcast, un artilugio con el cual puedes seguir la aventura de los clientes. De esta forma, nuestro protagonista se asegura que no le den gato por liebre y el arma sea devuelta. En el Grindcast van apareciendo mensajes cortos mientras transcurre el viaje de los héroes, al más puro estilo Twitter. Incluso podemos ver, de vez en cuando, que utilizan algún hashtag. Así nos vamos enterando de lo ocurrido durante las aventuras del resto, mientras nuestro protagonista se dedica a su trabajo dentro de la herrería.
La parte negativa de esto: si estamos concentrados forjando armas, los mensajes del Grindcast aparecen en la pantalla superior, solo que no se les presta mucha atención y por lo tanto nos perdemos diálogos. La contraparte, también negativa, cuando no hay nada que hacer en la herrería - podemos tener espacios de 10/15 minutos sin hacer nada - simplemente viendo que hacen el resto de personajes y esperando a que vengan de su aventura. Esto se debe a que las armas que puedes forjar se van desbloqueando según van subiendo de nivel los héroes. Por lo cual, no podrás forjar nada superior a lo que tienes en ese momento hasta que no te vengan a pedir algo más fuerte.
El juego no derrocha calidad gráfica. El único sitio que visitamos en todo el juego es nuestra propia herrería, y no es que destaque como una preciosidad. Más bien lo justo. Además, tampoco es que se haya puesto todo el mimo del mundo al diseño de las armas. Con un simple vistazo nos podemos hacer a la idea de que en vez de una espada estamos creando una sierra. Ni aún teniendo el 3D activado se suavizaban estos aspectos.
Respecto al sonido, sí es cierto que los temas que tiene enganchan, pero solo hay cuatro temas. Cada uno se usa mientras se forja un tipo de arma. Al principio gustan y el ritmo engancha, pero escucharlas una y otra vez sin variar lo más mínimo en todo el juego llega a cansar, y más cuando la única jugabilidad del juego, que es crear armas, se basa en esas canciones. Una vez has creado las primeras, ya sabes crear todas y sin ningún añadido de dificultad. El ritmo es el mismo y el método también, tan solo puedes tardar un poco más en crearla, pero ningún arma se tarda más de un minuto en forjarla.
Vamos a hacer un repaso a lo que he descrito antes. Durante el juego podemos llegar a tener espacios de 10-15 minutos sin hacer nada, simplemente esperando y que además, el único minijuego que tiene se acaba haciendo repetitivo. Si a esto le añadimos que el juego tiene una duración de entre siete u ocho horas, se nos puede hacer largo.
Los jugadores habituales echaran en falta, tanto partes jugables, como una dificultad a la hora de avanzar durante el transcurso de la historia. Está más pensado para jugar sesiones cortas de juego que una sesión larga, por lo monótono que es. Además, su precio es, a mi parecer, demasiado alto para el estilo de juego que es. Una idea innovadora, pero mal llevada a cabo o con necesidad de haber sido trabajada más tiempo.
Lo mejor
Diálogos entretenidos
Engancha al principio
Una idea innovadora
Lo peor
Monótono hasta el final
Mismos cuatro ritmos durante todo el juego
Jugabilidad casi nula, pasas mucho tiempo leyendo
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