Un mensaje navideño para los blogocieros

Llega la Navidad, época en donde todos se desean felicidad y la disfrutan en familia. Habitualmente hablamos tanto de un periodo nostálgico y halagüeño como de uno en el que comercio y consumismo disfrutan de buena salud.

Nostalgia... esa sensación de haber vivido algo inolvidable en un pasado cercano en el recuerdo. Empezando un 2012 en el que aparecía una red social de videojuegos llamada Blogocio, mis recuerdos nostálgicos brotan en donde The Legend of Zelda: Skyward Sword nos narra el principio de la leyenda que tan atrapados nos tiene desde que nuestro amor a los videojuegos existe.

Sus bellas melodías entonadas desde el tiempo rememoran los 25 años que llevamos unidos al joven hyliano destinado a salvar a la princesa Zelda junto a su reino. El amor también está descrito en las escenografías del juego, escenas con las que volvemos a vernos protagonistas de una gran aventura. Además como todo videojuego, el haberlo disfrutado acompañado suma enteros.

La aventura no acababa más que de comenzar; Zelda tan solo fue el primer universo en el que me volví inmerso. Pocas veces lograra hacerlo, pero era turno de enamorarse de nuevo por un juego RPG. The Last Story llegaba dispuesto a revolucionar las mecánicas jugables del género y a traernos una bella historia en donde el honor y el compromiso jugarían el importante papel de sobreponerse al poder y la fama.

En las convicciones más humanas y orgullosas de un desgraciado mercenario empieza el último cuento de Hironobu Sakaguchi; un cuento narrado capítulo a capítulo sobre una linealidad con ciertas libertades. Fantasía y cruda realidad se entremezclan en un videojuego con el mensaje alto y claro que por encima de cualquier ser humano está su dignidad. A esto hay que sumarle una hermosa historia de amor entre los protagonistas del juego la cual está perfectamente entonada con la banda sonora que lo compone.