Análisis Tomb Raider

Bien, si tuviéramos que concretar, quizás este último mérito no se debería otorgar de forma completa a la historia. Este misterio es bastante intrigante, es cierto, y ver la evolución de Lara a través de los acontecimientos también lo es. Pero no es más que una excusa, mínimamente elaborada pero no brillante, que nos permite avanzar por los escenarios. Al final, lo que realmente nos motiva a seguir es la propuesta del juego, que nos estimula sin parar para que avancemos pantalla a pantalla y exploremos cada palmo de terreno.

Eso sí que lo plantea bien el guión. Constantemente nos propone nuevas situaciones y retos que nos estimulan a seguir. Un planteamiento al servicio de una historia no tan interesante ni tan profunda, pero que con esa parte consigue interesarnos. Una historia, eso sí, hecho con el cometido de presentar al personaje y a su trasfondo. Pues muy bien, Crystal Dynamics, lo has hecho de una muy buena forma. Acabamos con ganas de ver más de este nuevo personaje, y de verlo en situaciones más grandes, más peligrosas y más variadas. Pero como carta de presentación, esta trama no tiene desperdicio.

Es cuestión de física

Y no, no nos referimos al aspecto y diseño de esta nueva Lara. Que también está muy bien, por cierto, se acostumbra uno muy rápido y acaba por empatizar mucho con esta nueva heroína, más realista y más humana. Pero en este caso nos referimos más bien a la física, al movimiento de objetos y del propio personaje. Es el aspecto técnico más trabajado y que, a su vez, tiene más impacto en la jugabilidad. Muchos de los puzles del juego se basarán en el juego con la física, ya sea dejando caer ciertos objetos para elevar otros o utilizando las corrientes de aire a nuestro favor.

El uso de los QTE está bien medido e implementado

Esta física está bien recreada en casi todos los aspectos del juego, ya sea en los saltos de Lara, en los objetos del escenario o, en menor medida, en las muertes de los enemigos. Decimos "en menor medida" porque en esta generación hemos visto mucho y muy bueno en ese aspecto. Las muertes de 'Tomb Raider' están bien recreadas, pero ni son tan variadas ni tan espectaculares como en otros juegos recientes (valga el ejemplo, por ejemplo, de 'Max Payne 3').

Otro de los portentos técnicos del juego es el fuego, genialmente recreado y con también una buena implementación en la jugabilidad. Podremos equipar y encender una antorcha a nuestro antojo, pudiendo utilizarla para hacer arder algunos recipientes, cajas o redes para conseguir distintos objetivos. Estos dos elementos cuentan a su vez con una representación increíble y un uso en el juego constante y bien traído. Es quizás lo más destacable del juego en este apartado, que no es poco hablando del juego que hablamos.

Y es que este juego muestra un apartado gráfico ciertamente puntero, con algunos momentos muy brillantes y otros donde el nivel decae levemente. Eso sí, a pesar de que este apartado no mantiene siempre el nivel de esos grandes momentos, siempre se mantiene muy por encima de la media. Los efectos de luces, por ejemplo, son auténticamente maravillosos, y el retrato que se ha hecho de algunos paisajes (gracias a esta misma luz, a las texturas y a la representación minuciosa de cada uno de los elementos del paisaje de forma realista) es de un grandísimo nivel.

La recreación del fuego es magnífica

En cambio, hay otras cosas que se podrían mejorar. El aspecto del agua, por ejemplo, no es del todo bueno en consolas, al menos cuando el agua está en calma (en movimento o en las cascadas no hay comparación). Aunque, eso sí, el acabado es mejor en PC claramente. También tiene algunos fallos en físicas, con pocos movimientos para los enemigos y que se repiten demasiado. Los aciertos son más abundantes que los fallos, pero los hay.