The Legend of Zelda: A Link Between Worlds

Hace tan solo unos meses os contábamos de primera mano nuestras primeras impresiones sobre esta continuación espiritual del aclamado 'A Link to the Past' para SNES, que nos llega en este 2013, más de 20 años después del lanzamiento del primero. Os intentamos contar detalladamente algunas de las novedades más importantes del juego; entre ellas el buen uso de las diferentes alturas combinado con el efecto estereoscópico o la sorpresa del Link "pintada" que pegado a la pared como una lapa daba un soplo de aire fresco a la jugabilidad. Tras haber tenido una experiencia jugable bastante más extensa que en ocasiones previas y muy cercana a la versión final que tendremos dentro de nuestras portátiles el próximo 22 de noviembre, hoy os contaremos pinceladas de las dos intensas primeras horas de juego, que solo nos han servido para rascar la superficie de esta prometedora entrega.

Yendo de lo más general a lo más concreto, la primera conclusión con 'A Link Between Worlds' es que estamos ante un Zelda que supone un reto para el jugador, mucho más cercano a lo vivido con clásicos como 'A Link to the Past' que a lo que nos habíamos acostumbrado con las dos entregas aparecidas para Nintendo DS. La razón de ello es que desde los primeros momentos se aprecia que el desarrollo de puzles de cada mazmorra, desde casi los primeros momentos, pone a prueba al jugador suponiendo uno de los aspectos más brillantes y divertidos que hemos podido probar, como suele ser costumbre en la saga. La lucidez de estos puzles se debe a que tendremos que hacer uso de una gran variedad de utensilios a los que tendremos acceso en un primer momento vía alquiler y que sumados a la habilidad de fundirnos con la pared, pondrán a prueba nuestra pericia en todo momento.

Que Eiji Aonuma esté detrás de esta nueva entrega portátil no es casualidad y es que 'A Link Between Worlds' es a todas luces un Zelda "grande" que nada tiene que envidiar a otras entregas de sobremesa a niveles de cuidado. El primer destello de esta afirmación es sin duda el genial trato y mimo que se le ha dado a la banda sonora y al apartado sonoro en general. Muchos redactores acostumbramos a relegar este aspecto para el final de nuestras líneas, a veces por compromiso o por obligación, ya que no son ni mucho menos todos los equipos de desarrollo los que se paran a cuidarlo y darle la importancia que se merece. Por eso cuando se nos presenta una magnífica excepción como la de 'A Link Between Worlds' tenemos que aplaudir el trabajo bien hecho, y es que dos horas de melodías orquestadas con arpas, guitarras acústicas, violines y demás no son para menos.

La vuelta de hoja a los temas clásicos es muy acertada y de verdad merece la pena escucharlas con unos buenos cascos; será una feliz vuelta a los orígenes para los veteranos de la saga, quienes seguro sabrán valorar el trabajo hecho.Sin embargo el equipo de Aonuma no ha olvidado la vocación clásica de este nuevo Zelda y ha llenado la tarjeta de homenajes sonoros al estilo 8 bit en el momento en el que abrimos cofres o introducimos una llave en la puerta de la mazmorra, una mezcla muy interesante.