Análisis The Evil Within

Un enemigo será capaz de generaros un problema, imaginad más

El festival de enemigos que aparecen en 'The Evil Within' es lo suficientemente horripilante para meternos el miedo en el cuerpo. Desde los numerosos atormentados; entidades invisibles a nuestros ojos y que nos obligarán a gastar munición para detectarlos o bien estar atentos a objetos del entorno que se mueven para saber dónde se encuentran; pasando por los jefes finales. A pesar de que todos y cada uno de ellos son vulnerables a las balas, emplear una estrategia u otra con la ballesta Agonía nos puede facilitar mucho las cosas. En concreto con los jefes finales, ya que estos seguirán siempre una estrategia, bien por el arma que llevemos encima, bien por el escenario en el que se sitúen.

Por desgracia, la sensación de estar en un Survival Horror se rompe por completo en según qué situaciones del argumento. Si bien durante la mayoría del título dependeremos del sigilo y la exploración; ciertos niveles "lanzan por la ventana" dicha mecánica para apostar por la acción más directa que no llega a cuajar del todo. Durante determinados momentos del juego nos veremos en la tesitura de defender a nuestro compañero a base de coser a tiros a todo atormentado que se nos acerque; algo francamente difícil debido a la ausencia de munición, que aunque esté presente repartida por la sala en dichos instantes, no termina de encajar. Si a ello le unimos que deberemos de utilizar cerillas para acabar de forma definitiva con los enemigos y que los disparos a la cabeza de poco o nada servirán; nos veremos en la tesitura de repetir en alguna que otra ocasión estas fases. Los niveles correspondientes a las luchas con jefes finales son todo un clásico dentro del género, y aquí no podrían faltar. Como dijimos con anterioridad, cada uno de ellos seguirá su pauta. Consiguen mantenernos en tensión constante y el buen diseño de éstos sin duda ayuda a ello.

Shinji Mikami, padre de Resident Evil, vuelve por todo lo alto con The Evil Within

Entre  luchar y explorar, también tendremos que estar ojo avizor a las trampas colocadas de manera inteligente en las salas. Además de ser peligros improvisados, estar pendientes de ellas nos dará la posibilidad de convertirlas en munición para la ballesta Agonía. A través del menú radial que aparecerá pulsando R3 no solo podremos seleccionar salud para curarnos o asignar accesos directos a las armas; podremos crear la munición con tan solo un botón.

Expuestos con detalle todos y cada uno de los apartados que componen la jugabilidad de 'The Evil Within', podemos decir que el título de Mikami aboga por el Survival Horror, algo que nos quedará claro a los pocos minutos, pero un género que como bien decíamos al principio llega con matices. El sigilo no terminará de funcionar debido a algunos problemas con la IA y el control del personaje, a ello tenemos que unir ciertas fases que rompen por completo con el clímax de tensión y que apuestan por la acción sin concisiones, gratuita. Aún así, 'The Evil Within' consigue su propósito, divertirnos, aunque sus "peros" nos consigan desesperar en determinados momentos. En la otra cara de la moneda tenemos la dificultad, pues debéis ser conscientes que las imprudencias se pagan. Ya sea metiéndonos en combate con más de dos enemigos, incluso uno bastará para que acabemos por los suelos en una cruenta batalla, o bien por no fijarnos en la trampas. Por suerte, además de realizar el guardado manual, el juego realizará puntos de control cada cierto tiempo, característica que para más de uno será como un oasis en mitad del desierto, mientras que para los más puristas del género no agradará. Ir de punto 'A' a punto 'B' será una constante durante gran parte del juego, por no decir en su totalidad, mecánica que va directamente cogida de la mano de acceder al manicomio para mejorar las capacidades de Sebastian. ¿Cuál es el problema? Su linealidad. Mientras que en otros títulos dentro del género apenas se nos brindaban facilidades, exigían por nuestra parte una exploración más concienzuda del mapa, avanzar adelante y atrás, perdernos en definitiva; aquí nos veremos en la constante situación de no necesitar para nada mirar a los que dejamos a nuestra espalda. Elemento que sin duda viene cogido directamente de los 'Resident Evil' más actuales, y menos de los anteriores.

El Shinji Mikami más retorcido

'The Evil Within' se vale de varios tipos de trucos técnicos para, no solo meternos el miedo en el cuerpo de manera explícita, sino también hacerlo por la vía del terror más psicológico. Por un lado tenemos el gore, llevado aquí a su máximo esplendor y que convierte a la obra del creativo en uno de los productos más violentos jamás publicados. Desde el apartado sonoro en algunas escenas que nos dejará bien claro como se desparraman las vísceras por el suelo, pasando por el terrorífico aspecto de los enemigos. Pechos abiertos, caras destrozadas y cosidas de manera posterior por alambres y un sinfín más de atrocidades os esperan en los escenarios. El factor gore no solo se suma a los atormentados y los jefes finales, sino también a los puzzles. Desde punzar un cerebro, llegando a tener que introducir nuestra mano en un cadáver serán algunas de las escenas que tendréis que presenciar, por lo que los más aprensivos deberán mantenerse alejados por su propio bien del juego. Cabe destacar que, aunque 'The Evil Within' no apuesta por el "susto de armario" comúnmente llamado, se aleja de lo visto de manera más reciente en 'Alien Isolation'. Nos explicamos. El título de 'Creative Assembly' mantiene de manera total durante sus 15 horas de duración la sensación de soledad, de tensión, de tenernos con el nudo en la garganta. El miedo, ese terror explícito en 'The Evil Within' es diferente; protagonizado más por la tensión de no querer ser descubierto por los enemigos o por la angustia que generan sus escenarios; que aunque en 'Alien Isolation' no sea tan gratuito, este factor se ve potenciado por el apartado sonoro.

Ahorrad munición, a la larga lo agradeceréis

En la otra parte de la balanza tenemos el terror psicológico, todavía más ligado al motor gráfico del juego, el iDTech 5. En este apartado tenemos que hablar del buen uso de la iluminación así como la implementación del filtro cinematográfico -granulado que podremos configurar en opciones- que dotan al juego de un aspecto más propio del cine, sino también en provocar esa sensación de tensión tan presente en la aventura. El juego también se vale de ciertos shaders para desenfocar los objetos situados a los lejos, difuminándolos y potenciar de esta manera mediante el uso del farolillo los elementos colocados a nuestro alrededor. No serán pocas las veces que el juego de sombras y luces nos jueguen malas pasadas; la iluminación dinámica como comentamos, cumple su trabajo con creces, generando en el usuario ese desconcierto si cruzar un largo pasillo oscuro con una silla de ruedas al final.

'The Evil Within' vuelve a ser un juego de esos que sitúan a medio camino entre la pasada y nueva generación; más aún si tenemos en cuenta que la versión utilizada del engine no habrá sido la más actualizada. Si bien en términos de iluminación el juego nos mete de lleno en la atmósfera; las animaciones y las casi constantes cargas de texturas -un problema común en este motor- hacen que al iDTech 5 se le vean las costuras. Las animaciones faciales entre otras como los movimientos de los enemigos o el propio protagonista dejan bien claro que el juego ha sido creado con las antiguas plataformas de Microsoft y Sony en mente. En referencia a la resolución, 'The Evil Within' llega a PlayStation 4 y Xbox One con una resolución de 1080p y 30 imágenes por segundo, misma tasa de frames para PC.