Análisis The Elder Scrolls 5: Skyrim - Special Edition

Mejoras gráficas, aunque con peros

Todo esto junto a posibilidades como la de craftear nuestras propias armas y armaduras o adentrarnos de forma increíble en el universo del juego con sus libros y otros elementos conformaron una obra que, como era de esperar, se alzó en 2011 con el galardón de Juego del Año.

En este análisis no vamos a ahondar en qué es Skyrim, ya sea a nivel jugable o argumental, para ello ya tenéis el análisis original y que podéis leer aquí. El texto que nos ocupa se centrará por completo en la Special Edition, remasterización que pueden disfrutar desde hace unos días los usuarios de PlayStation 4, Xbox One así como los de PC.

¿Qué incentivos tiene esta Special Edition con respecto a la original? Cabe destacar que para aquellos jugadores, si es que todavía queda alguno, que no haya jugado a Skyrim se abre ante él un universo repleto de posibilidades y cuya conclusión a grandes rasgos puede irse perfectamente por encima de las 100 horas. Se añade todo el contenido adicional publicado, mejoras gráficas que sabrán sacar partido de las bondades de las actuales consolas o la opción de instalar Mods, lo cual siempre es de agradecer.

El jugador que ya se haya adentrado en el mundo de Skyrim tiene como principal característica rejugar la obra con las nuevas mejoras técnicas y poco más. En PlayStation 4 y Xbox One puede disfrutarse de Skyrim: Special Edition a una resolución de 1080p y 30 imágenes por segundo completamente sólidas como una roca. Además, efectos como la profundidad de campo, las texturas en alta resolución o la iluminación hacen que los diferentes escenarios del título luzcan a las mil maravillas.

En PC no obstante es dónde el RPG vuelve a brillar con luz propia. Aunque la mejora visual con respecto a las versiones de las plataformas de Sony y Microsoft es notoria, es en especial la tasa de 60 imágenes por segundo el factor que puede hacer que nos decantemos por la edición de compatibles, así como unos requisitos muy bien ajustados y que, para sorpresa, logran un resultado más óptimo en cualquier máquina que el título original publicado en 2011.

Por desgracia, no todo van a ser alabanzas. The Elder Scrolls V: Skyrim Special Edition achaca diversos problemas que en cierta manera han empañado la experiencia, siguen acusando el paso del tiempo o en algunos casos replantearnos el querer volver a rejugar la aventura.

Por un lado está la baja calidad sonora que encontramos en las versiones de Xbox One y PC, algo realmente incomprensible. Junto a este detalle encontramos también un apartado jugable que se mantiene inamovible y que, bajo nuestro punto de vista, hubiera realzado a Skyrim a lo más alto de su género si éste llega a sufrir cambios que lo dejasen actualizado acorde a los tiempos que corren.

En su momento puede que, más o menos, encajara; pero en pleno 2016 el control de la cámara en primera persona, los combates toscos y la falta de actualización del HUD junto a bugs que se mantienen desde hace 5 años, hacen que como decíamos líneas atrás el producto quede algo empañado.

Imprescindible para los que no conozcan tan maravilloso viaje

Aunque los detalles que Bethesda parece haber pasado por alto para la remasterización de Skyrim puedan hacer mella en los más exigentes, no cabe duda de que la Special Edition de la quinta entrega numerada de la saga es una obra imprescindible para todo amante del RPG que se precie. Por supuesto, hablamos de aquellos fans del género que se hayan adentrado en tan inhóspitas tierras.

El juego luce francamente bien en Xbox One y PlayStation 4. Bien es cierto que no estamos hablando de un The Witcher 3: Wild Hunt en cuanto a potencia bruta, pero como remasterización a nivel visual sabe hacer su trabajo. Si ya de por sí la aventura principal puede llevarnos decenas y decenas de horas completarla, sumad todo tipo de encargos secundarios, exploración del mapa, crafteo y mil y una tareas mundanas.

Como única pega resalta el que el estudio capitaneado por Tom Howard hubiera enfatizado con las mismas ganas que en lo técnico un cambio a nivel jugable, o al menos, actualizado. Salvo este pequeño defecto, tenemos por delante un viaje épico como pocas veces hemos visto, con un precio ajustado y centenares de horas por delante que nos mantendrán pegados a la pantalla.