Análisis Super Monkey Ball 3D

Super Smash Ball

El tercer modo nos sitúa en un escenario con varias plataformas en el que nos afrentaremos a base de golpes con hasta otros tres simios / amigos. ¿El resultado? Un intento de cubrir el hueco hasta la llegada de Smash Bros entretenido pero terriblemente mecánico.

La versión ortopédica de Smash Bros.

Y es que el control vuelve a ser la gran lacra, con un movimiento lento y un salto que parece extraído directamente del adorable y vetusto Ice Climber, algo impensable para un título que pretende buscar un dinamismo que no encuentra.

Con tres simples escenarios y un 3D curioso servirá para pasar un rato pero sin provocar las carcajadas y diversión del producto de Nintendo.

De todo y nada a la vez

Poco más hay que comentar de un producto en que creemos, SEGA se ha equivocado totalmente intentando acercarse a un público más amplio y alejando de un plumazo a los seguidores más fieles de la saga.

Lejos quedan aquellos niveles imposibles de acabar, los enemigos finales que visitaron Wii y los minijuegos que encumbraron la saga. Nos toca conformamos con un modo clásico sin gracia, tremendamente plano que tan sólo se salva por una fórmula que siempre funciona y un 3D remarcable.

Su nula dificultad no le favorece.

Además de esto vemos dos claras “inspiraciones” de dos series más que importantes para los aficionados que apenas cumplen en algún aspecto con un nivel de dejadez impropio de la compañía pero que al menos permiten entretenerte por tiempo limitado con hasta tres amigos.

Super Monkey Ball 3D es un proyecto hecho a prisas para llegar al lanzamiento y aprovechar el tirón de la serie y que vistos los resultados debe hacer ver a SEGA que no están siguiendo el planteamiento correcto si quieren que les siga funcionando en el futuro.