Análisis Sonic the Hedgehog 4: Episodio II

En el aspecto técnico encontramos varios cambios con respecto a la primera entrega. En primer lugar y como detalle más destacable, el motor gráfico cambia ligeramente de ese extraño 2.5D para ser completamente en 3D, aunque sobre escenarios recreados en 2D. Ciertamente, este motor luce mucho mejor que el otro, tanto en aspecto como en movimiento y fluidez. Además, también se cuentan con escenarios en 3D, las fases de bonus, que recrean fielmente las mismas de Sonic 2, pero con las mejoras correspondientes.

Afortunadamente, mejoran también las físicas y la inercia. Por un lado, Sonic pierde ese lastre con el que parecía cargar y que hacía que le costase mucho arrancar y coger velocidad. Por otro lado, se suaviza el movimiento lento para cuando nos metemos de lleno en zonas de plataformas puras y duras, mejorando el desesperante control del Episodio I. Por contra, aún no se ha conseguido alcanzar la perfección de los juegos de antaño, y a veces Sonic se sigue descontrolando un poco, aunque también hay que decir que, como ya comenté antes, en ocasiones es fruto del mal diseño de los escenarios, que te meten en una dinámica de la que es complicado salir sin acabar perdiendo todos los anillos.

Si el apartado gráfico mejora, el sonoro digamos que se mantiene, y eso no es bueno. El sonido es prescindible, repetitivo y no se pega como solía hacer. Es más, llega un momento en el que esas imitaciones de música de 16 bits acaban por desquiciar (sin exagerar), y eso es el peor enemigo de la banda sonora de un videojuego.

En definitiva, esta segunda parte está un paso más cerca de lo que todos queremos, que es recuperar la esencia de los clásicos títulos de Megadrive, pero a la vez nos deja un sabor más agridulce de lo que lo hizo el Episodio I. ¿Por qué? Pues es sencillo, si bien la primera parte iba por buen camino, lo mínimo que se podía pedir es que en esta ocasión la meta estuviese más cerca, y sin embargo lo que parece es que se ha cogido una ruta alternativa que no ha hecho más que alargar la travesía.

El juego divierte, el juego entretiene y el juego rememora épocas pasadas. Pero no nos engañemos, esto es Sonic 4, y no una de las muchas alternativas con la que han experimentando en los últimos años. Es más, es el Episodio II de Sonic 4, y han tenido un año y medio para corregir lo que no estaba bien en el Episodio I. Cabía esperar mucho más, muchísimo más, y haciendo eso, la decepción se hace patente a los pocos minutos de juego.

Ahora bien, si despojamos a este juego de todo el peso y la presión que conlleva contener la palabra Sonic en su título, si nos olvidamos de que es la cuarta entrega de una saga que vivió momentos épicos y que, salvo contadas excepciones, ahora vive de rentas, entonces tenemos un juego más que decente para pasar unas pocas horas de diversión y entretenimiento, tampoco mucho más.