Análisis Sonic Lost World

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Los últimos juegos de Sonic y tras una serie de intentos fallidos por parte de SEGA, han dejado al erizo en muy buen lugar para con los usuarios. 'Sonic Generation', 'Colours' o incluso 'Unleashed', han sido muy del agrado de los fans. Atrás quedan cosas raras y experimentos abominables como 'Shadow the Hedgehog', cuyo concepto no llegó a cuajar. Pero si hay alguno que ha sido una total decepción con todo lo que brillaba en un principio, ese ha sido 'Sonic the Hedgehog 2006'. Lo que podría haber sido un digno sucesor de la saga 'Adventure', se ha quedó a medio camino por la maldita cantidad de bugs que había en él. No solo eso, además los tiempos de carga continuos y extensos dinamitaban un juego que lo tenía todo para ser el mejor. Gráficos, historia y personajes, todo estaba perfectamente hilado, pero se fue al traste.

Sega lo reconoció abiertamente, faltaban meses de trabajo pero había que correr para llegar al aniversario del erizo, lástima. Ahora nos presentamos en 2013 con 'Sonic Lost World'. Olvidad todo lo que habéis visto hasta ahora tras los 'Sonic Adventure'. Esta nueva entrega se encuentra a medio camino entre lo que ofrece un juego de plataformas/aventura (Mario Galaxy), mezclado con los elementos clave de un Sonic clásico. Preguntaréis, ¿qué sale de esto? Pues fácilmente el Sonic más controlable desde la época de los 8-16 bits. Nunca el movimiento de Sonic ha sido tan fluido, tan ágil y tan dinámico como el que se ofrece en esta nueva iteración del erizo. El Sonic Team ha dotado al usuario de control total sobre las acciones del erizo, ya no es correr por correr y perdernos todo lo que hay alrededor nuestra, ahora tenemos el control de la acción. 

Eggman, ¿quién sino iba a ser?

No puede ser otro. Al igual que Bowser con Mario, el maniático Ivo Robotnik, Eggman para los amigos, vuelve con un plan que nos tocará trastocar. Eggman ha raptado a los flickeis, los animalitos del mundo de Sonic, para volver a insertarlos en robots y llevar a cabo sus maléficos planes. Como podéis ver, clara reminiscencia a los juegos clásicos. Antes este hecho, Sonic no puede permanecer impasible y decide desbaratar sus planes. Acompañado por Tails, parte en la búsqueda de su enemigo hasta llegar al mundo perdido de Héxagon. Aquí es donde transcurrirá toda la aventura, un mundo perdido dividido en siete zonas diferentes y que parece estar cayéndose a trozos. Eggman ha metido mano en Héxagon y está robando toda la energía vital que fluye por el planeta para alimentar a su ejército de robots. Esta vez no estará solo, pues tendrá la compañía de un temible sexteto que nos pondrá a prueba a lo largo de los niveles.

Conocidos como los Mortíferos Seis, estas criaturas están a las órdenes de Eggman y aparecerán en momentos concretos de la aventura. El primero en hacer acto de presencia es Zazz, el larguirucho morado con la cabeza más para allá que para acá. Está como una chota, es así. Este enemigo hará uso de una enorme esfera dorada que dispara estrellas y con la cual puede rebotar. El segundo en aparecer es Zomom, de color amarillo y zampabollos por naturaleza. Su forma de atacar es haciendo uso de su peso y creando tornados con su cuerpo al hacerlo girar muy deprisa. Basta de spoilers, son los jefes de los dos primeros mundos, suponemos que el resto querréis descubrirlos por vuestra cuenta.

Estos primeros combates son bastante sencillos la verdad, habrá varios enfrentamientos en los diferentes mundos. Son seis en total sin contar el último, pues a Mortífero por mundo, el último es para Eggman. Cada uno de los seis usará sus diferentes habilidades para hacernos fracasar en nuestro periplo, más aún cuando el doctor pierda el control que ejerce sobre ellos gracias a una caracola mágica. A partir de ahí la historia se pone patas arriba, los Mortíferos Seis están descontrolados y ni el propio Eggman es capaz de controlarlos. No solo tendremos que lidiar con míster aires de grandeza, ahora tendremos a seis personajes cabreados por el maltrato e intento de control del doctor. A Sonic se le acumula el trabajo.

Máximo control, acelera cuando quieras y muévete como quieras

Los anteriores títulos del erizo se caracterizaban por una cosa, correr, saltar y atacar a velocidades vertiginosas. Esto sigue estando, pero de una forma más suavizada, ya que ahora tenemos control total de Sonic sobre sus acciones. 'Lost World' se asemeja mucho a ciertas partes de los 'Adventure', sobre todo a aquellas zonas donde la velocidad no era necesaria. Ahora Sonic es más pausado y su velocidad a la hora de controlarlo se ha reducido drásticamente, cosa necesaria por exigencias de los niveles que visitaremos. La palanca de control ya no es el acelerador por excelencia de la velocidad terminal de Sonic. Ahora solo servirá para moverlo a una velocidad normal, incluso en la máxima inclinación posible.