Reportaje
Nota: Las fechas y plataformas indicadas corresponden al lanzamiento original de los juegos. Puedes encontrar más información sobre ellos, así como imágenes, vídeos y su posible disponibilidad en plataformas actuales, accediendo a sus fichas.
El juego que inaugura este cuarto artículo es nada más y nada menos que 'Theme Hospital', un alocado clásico de la simulación que nos sitúa a la cabeza del hospital de nuestros sueños. A fin de cuentas, ¿quién no ha querido alguna vez ser como Cuddy, la jefa sexy de House, y dirigir un centro médico? ¿Nadie? ¿En serio? Bah...
Sea como sea, 'Theme Hospital' nos propone diseñar, construir y gestionar a varios niveles una clínica hospitalaria. Así, estaremos encargados de facetas como la distribución de espacios, la inversión en equipos, la asignación de personal o la investigación de nuevos fármacos, con el fin esencial de forrarnos de dinero. Bueno, y ya de paso, procurar que los pacientes no se mueran en exceso por sus estrafalarias dolencias, que incluyen cosas tan graves como el "cabezonerismo" o la "lengua floja", terriblemente mortales.
Haciendo uso de un simpático apartado gráfico con la vista isométrica típica de este tipo de juegos, además de un sinfín de situaciones y posibilidades jugables, 'Theme Hospital' es un título único en su especie y tan rematadamente divertido como el primer día. En esta ocasión, la salud sí es cosa de risa.
Ya hemos hablado alguna vez en Retromendaciones de la enorme calidad que albergaban la inmensa mayoría de los muchos juegos basados en el universo Disney que aparecieron en la época de los 16 bits. Uno de los más curiosos es posiblemente 'Donald in Maui Mallard', un colorista plataformas -como viene siendo habitual- con un protagonista bastante bipolar.
Y es que en esta ocasión el bueno de Donald ya no es Donald sino el gran Maui Mallard, investigador privado, quien en plenas vacaciones en una isla paradisíaca se verá enredado en la desaparición de Shabuhm Shabuhm, un antiguo ídolo cuya ausencia puede desencadenar una catástrofe. Para buscarlo deberá hacer uso tanto de sus dotes detectivescas como de sus habilidades ocultas, puesto que Maui Mallard guarda una segunda identidad: el fabuloso ninja Cold Shadow.
De este modo, alternando entre las dos identidades de Maui -de Donald, para entendernos-, deberemos recorrer un buen puñado de niveles plataformeros despachando enemigos con una flamante pistola lanzainsectos o bien haciendo gala y uso de las habilidades acrobáticas de Cold Shadow cuando sea preciso. Un plataformas al uso, en resumen, bien pulido y con una original dinámica de cambio de personaje y habilidades.
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