Repaso a la saga F-Zero

Reportaje

Página 2

22/05/2012 02:10
Un segundo... ¡Nunca he jugado a F-Zero!

¿Pero qué co...? No... ¿En serio? En fin... Si por alguna extraña razón nunca has disfrutado de la experiencia de jugar a ningún juego de la saga, aparte de replantearte a qué has estado jugando estos últimos veinte años, debes saber que F-Zero es la máxima competición intergaláctica de velocidad. En esta pugna de élite ambientada en pleno siglo XXVI, las carreras tienen lugar en circuitos gigantescos suspendidos varios kilómetros por encima de la superfície de distintos planetas. Sobre ellos compiten los mejores pilotos del Universo, al mando de naves espaciales que se desplazan a velocidades de vértigo flotando a escasos centímetros de la pista.

F-Zero X

¡¡Corred insensatos!!

Las reglas básicas de F-Zero son tremendamente sencillas y pueden resumirse en tres conceptos esenciales a tener en cuenta: procurar mantenerse sobre la pista, evitar saltar en pedazos y, ya de paso, tratar de quedar primero.

Como única restricción, las naves de F-Zero disponen de una reserva de energía que se vacía parcialmente con cada impacto sufrido, ya sea contra elementos del propio escenario o con el resto de naves. Si esta reserva llega a cero, la nave sufre un proceso de autodestrucción inmediata y la carrera termina, si bien es posible recargar energía en plena marcha atravesando zonas concretas de la pista fácilmente identificables por su sugerente color rosado.

Como norma general, los circuitos suelen hacer gala de diseños extremadamente retorcidos en los que cada curva puede suponer la pérdida de la nave. Sobre su superfície es una constante la presencia de numerosos elementos como aceleradores, rampas de salto, zonas deslizantes o incluso minas explosivas, estando todos ellos destinados a poner a prueba nuestra pericia a los mandos.

Con estas premisas sencillas pero innovadoras, F-Zero marcó un nuevo estándar para posteriores juegos de velocidad futuristas y, a la vez, dio origen a una saga venerada por sus seguidores gracias a unas señas de identidad que se han mantenido en todas sus entregas: dificultad endiablada, adrenalina en vena y música cañera.

Imagen asociada al video 16933

Y ahora sí, una vez todos puestos en situación como es debido... ¡¡Iniciemos este fulgurante repaso a la historia de F-Zero!!

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