¿Qué PC necesito para jugar en 2015? (Calidad Ultra)

Reportaje

Seguimos con varios ejemplos de PC que podéis montar para disfrutar de los juegos que han llegado y llegarán a una calidad más alta todavía

24/04/2015 18:20
El mundo del PC es un ejemplo constante de la evolución que sufre la tecnología dentro del ámbito del trabajo y del entretenimiento. Los fabricantes de memorias RAM, CPU, GPU y placas base se afanan en crear un producto acorde con las exigencias del usuario. Gracias a la proliferación de los denominados gaming PC, la evolución es incluso más palpable ya que las exigencias crecen y son muchos los jugadores que quieren “estar a la última”. Máxima resolución posible, la mayor tasa de frames que podamos alcanzar, características gráficas en calidad ultra y otros parámetros es lo que demanda un jugador que invierte su dinero en un PC que pueda con ello.
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Evolución

El mes pasado os ofrecimos algunos ejemplos que podríais tomar como directriz para poder adquirir un PC de gama media/alta. Un PC que estuviese adaptado a unas exigencias no muy altas y que no se pasase de los 500-600 euros de gasto. Una máquina para introducirse en el mundillo del PC y ver todas sus posibilidades en materia gráfica, es decir, calidad respecto a las consolas actuales (PlayStation 4 y Xbox One), accesibilidad de los juegos y las ofertas que podemos aprovechar para dar de comer a esa máquina. En este artículo vamos a seguir con varios ejemplos de PC que podéis montar para disfrutar de los juegos que han llegado y llegarán a una calidad más alta todavía. Por supuesto, además de aumentar sus características técnicas, también aumentará el precio de la máquina. En esta ocasión el precio lo vamos a fijar en un máximo de 1.200 euros.

Conforme vayamos apostando por una máquina más potente, más capacitada para conseguir un mejor apartado técnico, es lógico que el precio se incremente de forma exponencial. Un gasto mínimo de 1.000 euros es algo que hay que tener muy en cuenta, puesto que no todos los bolsillos pueden permitirse el lujo de “pulirse” casi 200.000 de las antiguas pesetas. Un PC de este estilo es una apuesta a largo plazo. Nadie se gasta una cifra tan alta como esta en un equipo para luego, a los dos meses, cambiar una serie de piezas. Como hemos dicho, es una inversión a largo plazo y que nos debe durar un mínimo de tres años al máximo rendimiento posible y sin tener que sufrir en exceso los futuros lanzamientos. Con las nuevas formas de programación a bajo nivel que las API más modernas están implementando, la vida útil de los equipos debería ser más larga y su potencial maximizado.

AMD

Ahora bien, no siempre se puede garantizar que un gasto de 1.000 euros en una máquina pueda ejecutar todos los juegos en calidad Ultra, resolución máxima, etc. Hay que tener en cuenta otros factores externos y uno de ellos es el tipo de programación base que lleve X juego, el trabajo de optimización realizado por el estudio y los componentes del equipo. Este último factor se puede considerar externo también, sobre todo si nos centramos nuestra atención en las marcas de las tarjetas gráficas. Seguramente alguno ha pillado ya por dónde van los tiros. Esos chanchullos raros que se traen entre desarrolladora y ensambladora son capaces de fastidiar el rendimiento en una GPU de una marca concreta o de potenciarlo en otro, siendo esta muy parecida o igual en especificaciones. Vaya con los tejemanejes impúdicos que se montan algunos… Dicho esto, vamos al lío y a mostraros algunos ejemplos que podéis tener en cuenta si estáis pensando en montar un PC de los buenos.

¿Tienes 1.000/1.200 euros? Tienes un PC Ultra

La pregunta y respuesta del millón, ¿tenéis 1.000/1.200 euros para poder invertir en una buena torre que pueda durar varios años? ¿Sí? Pues entonces vamos con los ejemplos prometidos. Con una cifra así el abanico de oportunidades de armar un PC se hace más grande. Más presupuesto es igual a más potencia y a mejores componentes, claro está. Con una máquina de 1.000 euros son pocos los juegos que se nos pueden resistir. Ya sea apostando por AMD, Intel o Nvidia, las opciones que tenemos a nuestra disposición bastante interesantes. Además, en cuanto a placas base o discos duros también podemos ampliar las miras y apostar por hardware de gama alta. La mejor opción para un equipo de este estilo es apostar por un SSD. Pero cuidado ya que siguen teniendo un precio prohibitivo y conforme vayan aumentado su espacio, más caros van a ser.

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Por suerte para los jugadores de PC que lo tienen dedicado al gaming, el rendimiento que el SSD da en comparación con un HDD normal es bastante superior. Sus altas velocidades de transmisión de datos son capaces de recortar en varios segundos los tiempos de carga de los juegos. Además, el rendimiento de estos se verá mejorado en otros aspectos, como puede ser con la carga de las texturas. Apostar por un SSD con un presupuesto tan alto no es una opción descabellada, siempre y cuando tengamos un HDD normal para otras tareas que no sea jugar. Para evitar sobrecargar el SSD con programas que no estén destinados a jugar es mejor tener un HDD secundario. Sistema operativo y juegos se destinan al SDD, el resto de programas los volcamos en el HDD normal y corriente. Es solo una opción, por supuesto; nadie os obliga a decantaros por ella. En caso de no hacerlo os ahorraréis un buen pastizal.

Otro punto a tener en cuenta en un PC gaming de gama… llamémosla ultra, es el consumo energético y el calor que puede llegar a desprender. A nadie en su sano se le ocurre meter una fuente de alimentación menor de 500W en una máquina de este estilo. Por mucho que digan que el consumo se reduce conforme van evolucionando los componentes, es mejor que la fuente de alimentación (modular a ser posible) sobre que no que falte. Por supuesto no vamos a montar un central nuclear dentro del equipo, pero si en unos años queremos darle un lavado de cara con una fuente nos podemos ahorrar el cambio de fuente. 700/1000W es lo ideal para ir tranquilos y sin temor a que algunos de los componentes no puedan funcionar por falta de potencia. Tenemos 1.000/1.200 euros, nos podemos permitir soñar un poco. 

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El cerebro. Escogiendo CPU

En este primer apartado hay pocas opciones en relación a las marcas disponibles. Intel o AMD es la única opción que los jugadores de PC tienen a su disposición para empezar a montar su nueva estación de juego. Vamos a ver qué nos ofrecen Intel y AMD para nuestro nuevo retoño de 1.000 euros. Empezamos por Intel, que tiene dos gamas perfectas para esta ocasión. Por un lado tenemos la Socket 1155, siendo el modelo perfecto el Intel Core i7-3770K 3.5Ghz con un precio de 280 euros. Cuatro núcleos físicos con dos hilos por cada uno de ellos para dar ocho núcleos lógicos de poder en el procesamiento. Caché L3 de un máximo de 8MB y arquitectura Ivy Bridge.  Podemos también apostar por el Intel Core i7-5820K 3.3Ghz. Ojo que son 400 euros... Por otra parte tenemos un CPU de seis núcleos físicos y 2 hilos por cada uno, total 12 y una caché L3 de 15MB. Haxwell es lo que tiene.

Intel es caro, pero lo que ofrece está a un nivel muy superior. Si no queréis apostar por una CPU tan cara y tener algo más comedido pero que ofrezca un rendimiento alto, la clase Socket Am3+ de AMD es la solución perfecta. Dentro de esta tenemos el último grito en CPU que ha creado AMD, la unidad FX-9590 4.7Ghz 8X. Ocho núcleos físicos, sin virtualizaciones, trabajando a pleno rendimiento para ofrecer a los jugadores más exigentes todo lo que piden. Y el precio es una auténtica pasada, siendo este de 265 euros. La diferencia es abismal respecto a Intel y no tiene nada que envidiar al i7-3770. ¿Algo un poco más barato decís? Pues el AMD FX 9370 4.4Ghz 8X. Otra CPU de AMD de la serie 9xxx que tiene un precio muy bueno y un rendimiento igual de sobresaliente que el anterior. En este caso no vamos a apostar por una APU ya que el presupuesto es elevado.

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Cualquiera de las opciones por las que apostéis es perfectamente válida para que la máquina rinda como se le exige. AMD está a la altura de las circunstancias cuando se le pide. A Intel no hace falta ya que la altura la pone ella. No, no soy pro-Intel pero es la verdad. Recomendación. Apostar por AMD nos va a hacer ahorrar una buena cantidad de euros que bien podríamos destinar a otros recursos. En el caso de tirar hacia Intel tendríamos que andarnos con ojo y pensar bien qué escoger para acompañar a una de las dos CPU escogidas. En el caso del i7-3770 no habría que pensar mucho ya que su precio es bastante ajustado. Elijáis el que elijáis, tendréis CPU para mucho tiempo.

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