Análisis Puppeteer

La magia del escenario

A nivel artístico y visual, sobra decir que 'Puppeteer' es una auténtica joya, haciendo uso de las capacidades técnicas de PlayStation para ponerlas al servicio de una estética muy personal, cargada de dinamismo y de detalles. Como si de un auténtico teatro de marionetas se tratara, ante nuestros ojos desfilan sin cesar preciosos decorados que se sobreponen contínuamente para recrear ricos y detallados entornos, adornados con juegos de iluminación mediante focos. Algo que se aprecia especialmente en las escenas, muy bellamente recreadas y con contínuos cambios de luces y escenarios.

El derroche de imaginación de los diseñadores de Japan Studio queda patente en cada nuevo acto, radicalmente distinto al anterior a nivel estético, pero siempre dotado de una mezcla inteligente de materiales, elementos y texturas que permitan recrear mundos de ensueño sin perder la estética teatral. La recreación de los personajes es asimismo magnífica, con mención más que merecida para el diseño de algunos de los malvados generales con los que deberemos lidiar a golpe de Calibrus, como pueden serlo Tigre, Dragón o el mismísimo Rey Oso Luna.

En pocas palabras, 'Puppeteer' es sencillamente bonito, tremendamente bonito. Uno de esos títulos con una estética tan personal que, seguramente, dentro de diez años lucirá igual de bien que ahora, como lo hacen, 'Okami', 'Paper Mario' o 'Kirby's Epic Yarn', con el que guarda algunas similitudes.

Igualmente loable es, por otro lado, todo el apartado sonoro en conjunto. La banda sonora de 'Puppeteer' es otro derroche de talento a cargo de Patrick Doyle, compositor que ha trabajado en películas como 'Brave' o 'Harry Potter y el Cáliz de Fuego' entre muchas otras, y reúne melodías instrumentales de todo tipo capaces de hacernos sentir en todo momento parte de un cuento de fantasía. Altísimo es también el nivel de calidad del doblaje, íntegramente en castellano y a cargo de un equipo ante el que sólo podemos quitarnos el sombrero.

Una calidad general indiscutible de la que podemos sentirnos agradecidos, puesto que 'Puppeteer' no es solo una experiencia jugable sino también audiovisual. En este sentido, cabe admitir que sus secuencias son especialmente largas, hasta el punto de jugar con los límites de la paciencia y romper el ritmo del juego con frecuencia. Sus personajes parecen recrearse en no pocas ocasiones al alargar su presencia en escena en demasía, haciendo incluso bromas con ello. No será raro encontrarnos deseando que callen de una vez para poder seguir jugando.

Conclusiones

Es complicado valorar 'Puppeteer' exclusivamente como videojuego, ya que su propuesta es la llegar incluso más lejos y presentarse como una experiencia audiovisual completa. Vestido a modo de cuento, en el que los buenos son muy buenos y los malos son muy malos, lo nuevo de Japan Studio no deja de ser un plataformas sencillo, con ideas interesantes y otras no tan bien resueltas, pero que seduce irremediablemente a nivel visual y sonoro.

Cierto es que podría presentar un nivel de dificultad más elevado, ser un poco más largo o exprimir mejor la gran idea de las cabezas intercambiables; también que durante algunas escenas dan ganas de estrangular personajes incapaces de cerrar la boca. Pero igualmente cierto es que resulta un título simpático y divertido, con un planteamiento original, muchos enfrentamientos con jefes y un apartado artístico de aúpa.

'Puppeteer' no es el gran juego de plataformas del año, pues para eso ya está 'Rayman Legends', ni tampoco llega para revolucionar el género. Sí llega, en cambio, para añadir un título más a esa lista de exclusivas de PlayStation 3 que han peleado por hacer del catálogo diferencial de la consola un terreno en el que dar rienda suelta a la creatividad. Y aunque sea solo por eso, ya merece totalmente la pena tenerlo en cuenta.