Análisis Puppeteer

(Ps3)

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¡Bienvenidos al teatro de lo fantástico!

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Plataforma analizada: PS3
01/10/2013 00:05

Pero claro, Kutaro cuenta con un pequeño problemilla, que no es otro que el haber sido desprovisto de su cabeza en un arranque de furia del temible rey. Es por ello que a lo largo de su viaje podrá echar mano de los más variopintos objetos para usarlos a modo de cráneo de repuesto, pudiendo llegar a encontrar hasta un centenar de cabezas diferentes. Podremos acumular hasta tres al mismo tiempo e intercambiarlas siempre que queramos, aunque la cabeza que llevemos puesta se escapará rodando en cuanto suframos algún daño. Si no logramos ir tras ella y recuperarla a tiempo la perderemos, y perder las tres cabezas, como es obvio, supondrá el perder una vida y volver al último punto de control.

Puppeteer

El uso de las distintas cabezas, desgraciadamente, no da tanto juego como esperábamos de antemano, pues lejos de proporcionar distintas habilidades se limitan más bien a ser un elemento decorativo. Sí es cierto que cada una de ellas actúa a modo de llave en algún lugar del juego, normalmente situado dentro del mismo acto en el que la encontremos, pudiendo así activar una acción especial que revele algún secreto como una minifase de bonificación, un porrón de chispas de Luna o incluso una nueva cabeza. Pero más allá de eso, como decimos, son simplemente algo que llevar sobre los hombros a falta de nuestro "coco" original.

Habilidades de marionetista

La interacción con los escenarios, por su parte, es muy extensa y no se limita al uso de las cabezas en lugares concretos. La cantidad de elementos con los que trastear es muy extensa, aunque de ello se encargarán tanto YingYang al comienzo del juego como, más adelante, la simpática -y algo plasta- Pikarina. El manejo de estos personajes secundarios tiene lugar con el joystick derecho, mientras que con el botón R2 podremos hacer que registren cualquier elemento sospechoso. Un manejo independiente al de Kutaro y al que cuesta un poco acostumbrarse, aunque siempre podemos contar con un segundo jugador que se encargue de ello con un segundo DualShock o el mando Move. De este modo desvelaremos chispas de Luna adicionales, cabezas ocultas o simplemente reacciones curiosas, en una dinámica jugable que recuerda mucho a la de 'LittleBigPlanet'.

Por último, aunque no por ello menos importante sino todo lo contrario, contaremos con los alucinantes poderes de Calibrus. Lejos de servir solamente como arma para despachar gorgojos, las tijeras mágicas nos permitirán cortar numerosos elementos de los escenarios, pudiendo así tanto abrir nuevos caminos como literalmente volar por los aires, recortando volutas de humo, hojas, banderolas y todo tipo de elementos que nos tracen un camino recortable. A todo ello se suman algunos poderes que iremos desbloqueando, como la posibilidad de lanzar bombas o hacer uso de un práctico gancho, haciendo que los niveles ganen algo más de variedad. Algo que se acrecienta con la presencia esporádica de fases de conducción, en las que tendremos que esquivar todo tipo de obstáculos a los mandos de curiosos "vehículos", como un calamar o un flamenco bocazas.

Puppeteer

El final de cada escena vendrá acompañado en todos los casos de un enfrentamiento con un jefe final. Doce de ellos serán, por descontado, los malévolos generales del Rey Oso Luna, aunque en el resto de casos nos las veremos con otros enemigos que tampoco serán moco de pavo. Estas batallas, como manda la tradición, tendremos que estar atentos a los patrones de ataque y aprovechar el momento adecuado para hacer uso de nuestras armas, debiendo normalmente terminar con una secuencia de QTEs que nos permitan recortarlos en cachitos y librarnos de ellos para siempre.

Vista en conjunto, la propuesta jugable de 'Puppeteer' es muy atractiva y suficientemente variada como para tenernos pegados a la pantalla durante las 8 o 10 horas que lleva completar sus siete actos. Un tiempo que no contempla, por supuesto, el que podemos llegar a dedicar en caso de querer hacernos con todas las cabezas, hallar los lugares en los que usarlas o desbloquear todas las minifases de bonificación. Aparte de eso, podremos también dedicar algo de tiempo a contemplar algunos extras, como un museo de cabezas cargado de delirantes explicaciones o una colección de historias cortas, enteramente narradas, que detallan un poco más el pasado de los personajes del juego.

Puppeteer

Todo ello no quita, por supuesto, que 'Puppeteer' presente algunos problemillas. El diseño jugable de los niveles es en general simple y poco ambicioso, mientras que algunos jefes terminan por repetir mecánicas. Más destacable que eso es el escaso desafío que supone superar el juego, relativamente fácil incluso en sus últimos compases para cualquier aficionado al género; más incluso por la facilidad para recuperar la cabeza tras ser golpeados, si somos lo suficientemente rápidos. Aspectos que no empañan demasiado el conjunto, pero que sí hacen pensar que Japan Studio podría haber cerrado la generación por todo lo alto con algo más de ambición jugable. Si no os importa pasar por alto una dificultad bastante baja, 'Puppeteer' es un plataformas ameno, original y fresco, pero en ningún caso debe esperarse que el juego suponga un reto destacable.

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Lo mejor

Diversión plataformera para todos los públicos

Montones de enemigos finales con los que batallar

Los apartados artísticos y visuales, sencillamente gloriosos

Genial banda sonora y excelente doblaje

Derrocha personalidad y mimo por los cuatro costados

Lo peor

El diseño de niveles, por lo general demasiado simple

El nivel global de dificultad es bastante asequible

La mecánica de cambio de cabeza podría haberse explotado mejor

Algunas escenas se hacen demasiado largas

¿Cómo analizamos?