Primeras impresiones de Assassin's Creed III

La importancia del terreno

Desde Ubisoft se pretende que esta tercera entrega suponga una revolución jugable en la saga. Lo primeros indicios de este intento de rutpura con lo visto hasta ahora lo vemos en la inclusión de unos inmensos espacios abiertos: podremos ir hasta más allá de donde podamos ver subidos a la copa de cualquier árbol. Turner nos ha puesto como ejemplo que el mapeado de bosque enseñado en los videos en movimiento tendrá un tamaño de 1.5 veces la ciudad de Roma, lo que ha hecho que instantáneamente nos perdamos en las cuentas -se trata, como habréis podido suponer, del Assassin's Creed más grande jamás creado.

El mapeado estará lleno de bosques, grandes ciudades, aldeas, formaciones rocosas que escalar y todo ello lleno de elementos que harán que cobre vida propia. Nos ha llamado mucho la atención el realismo que desprende el terreno nevado que encontraremos en el bosque en invierno: Connor se desplazará con gran lentitud por este terreno por lo que la decisión más lógica será el moverse de salto en salto por los árboles. El protagonista se sentirá como pez en el agua tendiendo emboscadas a sus enemigos en el bosque, pues jugará en casa. La caza y la exploración, según hemos podido saber, tendrán un importante papel en este tipo de terrenos -hemos asistido al ataque de un oso que pasaba por allí buscando alimento en Connor, con fatal resultado para el animal-.

Nos moveremos con dificultad si decidimos elegir el suelo en invierno

Se ha comentado que aproximadamente el 30% de las misiones transcurrirán en terreno forestal, aunque también tendremos la oportunidad de visitar grandes ciudades llenas de vida como Boston -con puerto incluido- para las que se ha hecho un importante estudio histórico de arquitectura, trasladando edificios, campanarios, etc., tal y como lucían en la época. En las ciudad vista en el vídeo, todos los NPC's tienen una razón de ser y un propósito: interaccionarán con nosotros a nuestro paso. Unos venden pescado, otros llevan fruta en cestas, otros roban, también hay soldados descansando, y un niño vende periódicos. En cierta manera, todo parece tener su papel bien asignado.