Análisis Paper Mario: Sticker Star

Tras una ardua reconstrucción de Villatina, comenzará nuestro viaje, donde visitaremos diferentes lugares del Reino Champiñón. En esta ocasión no serán mundos totalmente abiertos, como ya ocurría en anteriores entregas, sino que el mundo ha sido separado en distintos niveles. Por tanto, cada vez que queramos movernos de un punto a otro tendremos que desplazarnos por un mapa con una ambientación similar a la que veríamos en un 'Super Mario World'.

Cada uno de estos niveles tendrá un misterio que resolver, o simplemente alcanzar el punto final del mapa. Los niveles más allá de su trama principal pueden incluir secretos no disponibles desde el primer momento, por lo que no estará de más volver a revisarlos una vez contemos con más objetos y pistas durante el desarrollo del juego.

Superado el nivel podremos acceder al siguiente, aunque en ocasiones tendremos que volver a adentrarnos y tomar un camino alternativo, ya que algunos niveles se desdoblan en dos posibilidades. Esto lo sabremos por el color que tomará el punto del mapa: si el nivel aparece coloreado de azul, quiere decir que hemos descubierto todos los caminos posibles; si por el contrario es amarillo, nos indica que queda algún camino alternativo por descubrir. En el caso de que aparezca el color rojo, simplemente significa que no hemos superado el nivel.

Los mundos se ambientan en los típicos escenarios que podemos ver en cualquier juego de Mario y se dividen de la siguiente forma:

Los tres primeros mundos estarán disponibles desde el primer mundo, aunque será necesario hacerlos en orden para poder avanzar correctamente a lo largo del juego. El mundo 4 y 5 requerirán así haber superado los tres primeros niveles, mientras que el mundo 6 habremos tenido que superar el resto de mundos para poder adentrarnos en él.

La superación de los niveles además es recomendable hacerla en orden por la dificultad de los mundos. Mientras que en el mundo 1 no tendremos grandes problemas, y servirá más para introducirnos en la mecánica del juego más que para otra cosa, en los últimos niveles ya veremos una dificultad creciente y que sin duda, requerirá pensarse muy bien cómo llevar a cabo las acciones.

Esta dificultad no queda sólo reducida a los combates contra jefazos, sino que los propios niveles nos darán algún que otro quebradero de cabeza para descubrir cómo avanzar correctamente. Tendremos que saber cuándo y dónde utilizar una pegatina especial concreta, o incluso descubrir un bloque oculto que aparentemente no estaba ahí. Sin duda, la dificultad del juego no es para cualquiera, y podemos pasar bastante tiempo en el mismo nivel para descubrir cómo continuar.

Esto además se complica debido a que rara vez contaremos con un consejo útil dentro del propio juego. Aunque la función de Tina, aparte de ayudarnos con el uso de pegatinas, se supone que es ofrecernos consejo a lo largo del juego, la verdad es que rara vez sus consejos resultan de utilidad. De hecho, muchas veces ni nos aconsejará porque alegará "no poder", y la otra mitad nos dirá que "papelizar es la solución".

A lo largo del juego además nos encontraremos con otros esbirros de Bowser, como puede ser su propio hijo Bowsy. Aunque su aparición no es muy frecuente, aparecerá de vez en cuando para llevarse una parte del escenario que nos resultaba esencial para poder continuar. Tendremos que ir en su busca y derrotarlo, así como restaurar dicha parte del escenario. El otro esbirro recurrente será Kamek, que en su empeño de dificultarnos las cosas, nos obligará a luchar contra él, pero para ello convertirá todas nuestras pegatinas en "chancla", de forma que no tendremos otra opción que vencerlo a base de zapatazos.

Por último aparecerán los Toad, que estarán básicamente por todo el mundo. Los Toad siempre nos ofrecerán ayuda o la pedirán. Normalmente, estarán felices, pero otra estarán profundamente tristes por los hechos acontecidos.