Análisis Paper Mario

Lanzado en España en 2001, para una N64 ya herida de muerte por PSX, por lo que fue uno de sus últimos y más sorprendentes títulos. 

La historia del juego es la clásica, Bowser secuestra a la princesa etc... peca un poco de simplón, pero la verdad es que es suficiente para mantener un cierto interés en la historia, sobre todo por descubrir información sobre el universo Mario, y gracias a personajes como Goombario, que nos compaña y que en todo momento podemos preguntarle sobre el lugar en el que estamos, los enemigos, etc, no tendremos que descubrirlo con un diccionario, puesto que los textos del juego (abundantes) están en perfecto castellano, bastará con cambiar el idioma del juego en opciones (por defecto sale en un inglés fácil de entender).

Ha sido todo un acierto por parte de Nintendo incluir este juego en la CV, puesto que no todo el mundo pudo disfrutarlo en su época por no utilizar una ya pasada de moda N64, o por el elevado precio al que salió a la venta en su momento (69 euros), así todo el mundo podrá disfrutar del inicio de la saga Paper Mario.

Los gráficos del juego supusieron una apuesta muy arriesgada, personajes que parecen recortes de papel sobre escenarios realizados a partir de polígonos maravillosamente texturizados, los escenarios recuerdan un poco a Yoshi´s Island de SNES, con el efecto de haber sido dibujados a mano, lo que transmite frescura y alegría, aunque habrá jugadores que lo encontrarán infantil y pasteloso, personalmente la sensación visual de Paper Mario me ha encantado, sobre todo una vez avanzamos en el juego, y aplaudo la iniciativa de innovar en este sentido.

En cuanto al juego en sí, es una combinación un tanto extraña, un poco plataformas 2D y a la vez 3D, ya que Mario podrá moverse tridimensionalmente en todo momento (es decir no sólo lateralmente, sino también hacia arriba y abajo), de hecho habrá escenarios que nos recordarán un poco a Super Mario 64 como el castillo de Peach ya que se ha tomado la misma estructura con una remodelación claro, además también tiene un marcado componente RPG, olvidaos de los complicados combates por turnos de Final Fantasy, Paper Mario también se estructura en combates por turnos pero muy sencillos aunque será importante utilizar nuestra cabeza para ganar.

Estos combates a veces requerirán que seamos veloces, cuando se acerca un enemigo podremos golpearlo antes de que empiece el combate, lo cual puede ser crucial para el desarrollo del mismo, y nos requerirá habilidad para realizar la acción adecuada para ese enemigo en el momento oportuno.

Destacar las fases en el castillo de Peach donde Mario hace sus pinitos en la infiltración, y debe explorar pasando desapercibido, también habrá momentos de buen humor que conseguirán arrancarnos sonrisas (sobre todo algunos diálogos) y situaciones realmente originales, el juego se adapta perfectamente al mando de GC o por supuesto al mando clásico.

La música del juego es completamente nueva, en esta ocasión ha sido compuesta por Yuka Tsujiyoko, y no toma prestadas canciones de otros juegos, aunque su ritmo nos recordará otros juegos del fontanero, hay una buena variedad, por lo que no se nos harán repetitivas y en añadido a todo esto son interactivas según la acción del juego, atentos a las canciones especiales de los jefes finales, me han parecido especialmente buenas; el sonido FX sí es el mítico de Mario, aunque no incluya las voces de los personajes, ambienta perfectamente el juego.

El título nos ofrece cuatro partidas diferentes para guardar, y muchas horas de juego (unas 35-40) a lo largo de ocho largos capítulos (como los de un libro) con sus correspondientes jefes finales, ya que aunque las primeras fases sean un paseo debemos pensar en ellas como un tutorial, después empieza lo bueno, y insisto, los textos están traducidos al castellano.

El título es fantástico para iniciar a los que no están habituados a complejos RPG, y un imprescindible para los fans de Mario, ofrece un control sencillo por lo que podremos sentarnos a jugar sin leer ningún tipo de guía, Paper Mario es el inicio de una gran saga, un soplo de aire fresco que nos atrapará como nunca podríamos sospechar de un juego de la consola virtual.