Análisis Oreshika: Tainted Bloodlines

(Vita)

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La ira de los dioses

PlayStation Vita recibe un JRPG atípico en el que la gestión y pensar con detenimiento la toma decisiones será clave para avanzar en una aventura ambientada en el Japón feudal

Plataforma analizada: PS Vita
11/03/2015 01:00
Una maldición ha provocado que nuestro linaje dependa únicamente de la unión con los dioses. Aunque ya pueda parecer un problema de proporciones épicas, nuestro clan suma aún más piedras en el camino. Dos años de vida por personaje. Con más preguntas que respuestas, deberemos buscar venganza contra los demonios pero administrar bien nuestro tiempo de vida, dejar en buenas manos el dominio del clan en nuestro herederos y tomar decisiones importantes. Nadie dijo que fuera fácil ser jefe de un clan ¿Verdad?
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Tempus Fugit

Los amantes de la cultura japonesa se sentirán como en casa con ‘Oreshika: Tainted Bloodlines’. El título recoge a nivel artístico y sonoro gran parte del folclore nipón, siendo éstas algunas de las bases que caracterizan al título de Alfa System, y tal vez reduciendo así el tipo de jugadores al que va destinado. No obstante, no nos encontramos ante el habitual JRPG y que también hemos visto en la portátil de Sony en otros productos. El juego recoge a la perfección elementos de otros géneros como por ejemplo el mazmorreo, looteo de objetos pero también la gestión, otro de los apartados en los que sobresale la obra.

El juego recoge a la perfección elementos de otros géneros aparte del RPG, como el mazmorreo o el looteo de objetos, pero también la gestión

La historia, aunque no será el motivo principal por el que nos incite a seguir en las partidas, si lo hará en lo que respecta al planteamiento. ‘Oreshika: Tainted Bloodlines’ nos mete de lleno en un Japón feudal, aunque con la variante en la que demonios y dioses están muy presentes. Varios objetos han sido robados a las deidades. La ira de éstos se hace notar y ante tal acto deciden sacrificar un clan – el nuestro -. La trama continúa con el regreso a la vida de algunos de los miembros del grupo, aunque eso sí, con condiciones: cada persona del clan tiene dos años de vida, y su progenie solo puede ser concebida a raíz de la unión entre dioses y humanos.

Este desencadenante nos meterá de lleno en una espiral de aventuras en la que deberemos de combatir mucho, pero también tomar decisiones importantes. Con el tiempo como máxima variante a priorizar, el jugador deberá gestionar los miembros del grupo, el entrenamiento de habilidades, el tiempo que pasamos en las mazmorras y por supuesto crear descendencia para dar con enemigos de mayor rango.

Oreshika Tainted Bloodlines

Aunque al principio puede tener una entrada con una curva de dificultad elevada – de la que hablaremos en líneas posteriores – no tardaremos mucho en cogerle el hilo. Como decíamos, ‘Oreshika’ no es un JRPG al uso en el que tengamos que estar atentos a cada pequeño detalle de la historia, y aunque tengamos que movernos por menús en muchas de las ocasiones, sabe centrar su diversión en apartados muy concretos a los que el usuario se acostumbrará desde bien temprano. Para equilibrar la balanza de accesibilidad y dificultad, el juego nos permite personalizar la experiencia según nuestras intenciones para con el título. Ajustar el paso del tiempo nos facilitará en gran medida si avanzamos de forma más lenta o más rápida en el juego, graduando también la dificultad de los combates. Obviamente, esta decisión repercute también en que las decisiones, entrenamientos y mejoras de diferentes apartados deberán tomarse de forma más acelerada.

¿Sabrías gestionar tu propio linaje?

Aunque hemos mencionado que la historia es un mero atractivo para meternos de lleno en la jugabilidad; ésta se sedimenta sobre los combates y la gestión de nuestro clan, siempre con el tiempo como característica principal sobre la que tenemos que tener no un ojo puesto, sino ambos.

Las mecánicas son bien sencillas, pero su accesibilidad cuenta con un inconveniente: el grandísimo número de opciones y tutoriales con los que contamos al principio, y por desgracia con textos en inglés. Este detalle, algo incomprensible a día de hoy, podría hacer que algunos usuarios decidan abandonar la aventura en los primeros compases del título. Las opciones son abrumadoras, las explicaciones sobre los diferentes parámetros de ‘Oreshika’ aún más. El no tener un nivel aceptable de inglés puede repercutir en que durante las fases del título en las que pasamos mucho tiempo en menús para gestionar todo tipo de decisiones acabe afectando negativamente en la diversión.

Aunque pueda parecer tedioso, el juego rápidamente nos engancha gracias a su fresca propuesta de JRPG y gestión

Si somos tenaces – además de contar con una buena base en la lengua de Shakespeare – vemos que el juego se vuelve gratificante e incluso adictivo. Sin llegar a tocar con la profundidad que caracteriza al género, el sistema de combate es divertido, ágil y sabe ir directo al grano. Lo mismo podemos decir de lo que respecta a la toma de decisiones, mejora de objetos o aprendizaje de habilidades para los miembros del clan. ‘Oreshika’ divide su jugabilidad en dos apartados muy bien diferenciados. Por un lado tenemos las fases que tienen lugar en mazmorras. En ellas deberemos de explorar, agenciarnos equipo pero por supuesto combatir contra los enemigos. Llevar un pelotón bien entrenado y equilibrado en cuanto a clases será la clave para que, durante los enfrentamientos por turnos, podamos abatir lo antes posible al rival y con ello no desperdiciar el tiempo de dos años por personaje que nos han dado los dioses.

Oreshika Tainted Bloodlines

Una vez logrado el objetivo en la mazmorra, toca volver a casa. En el poblado encontraremos una amplia variedad de tareas a desarrollar. Aunque su número pueda asustarnos al principio, tranquilos, todo ha quedado en manos de rápidos menús desde los que avanzar en nuestro linaje. Una vez más, el tiempo es clave para la supervivencia del clan. Entrenar a los descendientes los hará más fuertes, pero por el contrario necesitarán varios meses para lograr las aptitudes que buscamos para el combate. Mejorar objetos o expandir el número de “herederos” también se verá afectado por la variante. Aquí no termina la cosa, ‘Oreshika’ también nos incita a tomar decisiones más allá del factor combativo o desarrollar a los personajes – los cuales podremos crear -. A lo largo de la partida, varios miembros del clan nos ofrecerán sus opiniones sobre la trama o algunas vías de cara a la ampliación de equipo, futuros enemigos, etcétera. Desobedecerles, no prestarles atención o decantarnos por una opinión antes que otra afectará de lleno a que sigamos contando con su presencia en futuros meses.

Un JRPG diferente

Pocos minutos frente a ‘Oreshika: Tainted Bloodlines’ bastan para darnos cuenta de que estamos ante un JRPG nada común. Aunque los combates tengan ese sabor clásico y más prematuro en el género, el resto de posibilidades jugables se adaptan como un guante. Superada la siempre incomoda barrera del idioma, y haber tenido algo de paciencia con los tutoriales, el título de Alfa System nos tendrá absortos en su propuesta más allá de esa primera llamada de atención que es su apartado artístico y sonoro.

Si al comienzo del análisis hacíamos referencia a su loable representación del folclore japonés, éste queda confirmado una vez tenemos la portátil en las manos. Su apuesta técnica no es que convierta al título en lo mejor que hemos visto en cuanto a músculo gráfico en PlayStation Vita; pero sí en uno de los apartados artísticos más bonitos hasta la fecha. Su estilo acuarela queda además acompasado a la perfección por las voces japonesas, así como sonidos y melodías con un marcado ritmo que se adapta a la perfección a cada momento; siempre con instrumentos y coros propios del país del sol naciente. Otros elementos como las clases de personaje, los enemigos y escenarios recogen a la perfección el siempre atractivo estilo nipón.

Oreshika: Tainted Bloodlines

Puede que el idioma y los tediosos e inclusive a veces aburridos tutoriales sean puntos a tener en cuenta para hacernos con él. ‘Oreshika’ es un juego que convence desde el segundo 1 a los fanáticos de la cultura japonesa. Desde los mitos, la historia y poder participar de forma total en el desarrollo de los acontecimientos son características que ninguno dejará pasar así como así. Aun siendo un título enfocado para un público muy concreto – casi de nicho –, la obra de Alfa System también ofrece una alternativa más que atractiva para una PlayStation Vita en la que no se prodigan demasiado los títulos que apuestan por fórmulas frescas como la que nos ocupa. Ya seáis seguidores del género JRPG o de los juegos de gestión, ‘Oreshika’ sigue siendo un juego casi imprescindible para esos jugadores que no meterían en su lista de favoritos un ‘Final Fantasy’. El poder personalizar la experiencia como nos plaza, según nuestras prioridades, y por supuesto  unas equilibradas mecánicas jugables que no requieren de apenas práctica y saben ser concisas, convierten a ‘Tainted Bloodlines’ en uno de los productos más vistosos y atractivos de la portátil de Sony.

8

Lo mejor

Sin ser profundo en muchos de sus apartados, engancha por su fresca propuesta

La recreación de mitos y leyendas del folclore japonés

Gran apartado artístico

Lo peor

Algo justo en lo técnico

Textos en inglés

El enorme número de tutoriales y opciones desde el principio asusta

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