Análisis Omerta - City of Gangsters

'Omertà - City of Gangsters' consiguió levantar suficiente expectación como para que un colectivo de jugadores, de los que disfrutamos del género de estrategia/simulación/gestión, lo estuvieran siguiendo por el rabillo del ojo. Por eso, su desembarco en España de la mano de FX Interactive nos ensanchó aún más la sonrisa: 20 euretes de lanzamiento y en completo español. ¿Podía pintar mejor? Desafortunadamente, no todo es tan bonito como parecía. El juego de Haemimont Games tiene aspectos muy buenos, pero puede saber a poco en tantos otros.

El juego empieza dejándonos personalizar a nuestro personaje protagonista. Podemos escoger retrato, nombre —El Jefe, por defecto— e historia, con elecciones al estilo de rol para determinar los atributos de base. Aunque el recurso es simpático y sirve para ir metiéndose en materia, vale decir que no será muy aprovechable en nuestra primera partida, teniendo en cuenta que no sabemos aún cómo van a determinar nuestro estilo de juego, ni qué arma lleva el susodicho (ya os lo soplo yo: una escopeta, aunque se la podréis cambiar si queréis).

Lo siguiente será optar por uno de los tres niveles de dificultad: recomendado, avanzado y experto. A no ser que se esté muy versado en el género, lo mejor es hacer caso al juego y no adentrarse en terrenos pantanosos. El nivel recomendado sería equivalente a un nivel normal, disfrutable y con algún que otro reto en los combates.

El sueño americano

Ahora que ya tienes una cara y un pasado, es momento de conocer qué pasa aquí. Eres un siciliano que acaba de llegar a tierras americanas, con la Ley Seca vigente. Empiezas con un sólo socio, pero pronto verás que tu banda empieza a crecer y te ganas un nombre por los bajos fondos. El objetivo es, simplemente, ganarte las habichuelas, y para ello pisarás a quien haga falta, escalando posiciones hasta ser el capo del imperio del crimen.

Ya te habrás dado cuenta, y es que la historia en 'Omertà' es lo de menos. Una trama funcional, sin pretensiones, que va planteando hechos para conducir las distintas misiones. Que si ahora saldamos una deuda, que si nos han robado la cerveza,... no será hasta el final que nos den alguna que otra sorpresita, pero para entonces nos seguirán dando igual los personajes. Nosotros vemos números, dinero, edificios, barras de vida que se van quedando a cero. El resto te va a importar poco.

Aquí lo que cuenta es la jugabilidad. Por un lado, la parte de simulación en que nos ocupamos de la gestión del dinero, los recursos, los trabajos, etc. Por el otro, los combates tácticos por turnos con los que resolvemos los enfrentamientos contra familias rivales o policías. Antes de empezar a explicarte cada uno, déjame advertirte de que los combates suponen un porcentaje muy pequeño del conjunto. Una auténtica lástima, pues se trata, de lejos, de lo mejor que tiene el juego para ofrecer.