Análisis Ni no Kuni: La Ira de la Bruja Blanca

Y claro, un apartado gráfico de esta magnitud tenía que venir acompañado forzosamente de un apartado sonoro a la altura, factor en el que nuevamente 'Ni no Kuni' no decepciona lo más mínimo gracias a una genial banda sonora a cargo de Joe Hisaishi, quien ya estuvo al frente de las composiciones musicales de obras de Studio Ghibli como 'Mi vecino Totoro', 'Porco Rosso' o 'La Princesa Mononoke'. Melodías exquisitas y para todos los gustos, entremezclándose con la dinámica de juego con maestría, e interpretadas directamente por la orquestra filarmónica de Tokio. Mención especial merece el tema principal del juego, con cuya versión íntegra y cantada seremos obsequiados al final de la partida durante una secuencia de créditos sublime.

Todo un espectáculo que se acompaña de un genial trabajo de doblaje tanto en inglés como en japonés, quedando el castellano para una traducción impecable llena de pequeñas notas de humor. Casi todas los chascarrillos corren a cargo del ocurrente y algo gruñón Drippy, que se corona como uno de los acompañantes más carismáticos que hayamos visto en los últimos tiempos frente a unos compañeros de viaje que no terminan de presentar el mismo nivel de definición que el duende.

Sólo un pequeño punto es medianamente criticable en estos derroteros y no es más que la elección de un tono blanco bastante plano para los subtítulos, que hace algo más difícil de la cuenta su distinción sobre los tonos brillantes que inundan siempre la pantalla.

Conclusiones

'Ni no Kuni: La Ira de la Bruja Blanca' ha sido un juego largamente esperado por una amplia legión de aficionados, por lo que las expectativas generadas ante sus bondades eran irremediablemente altísimas. A la hora de la verdad, ha sabido mantener el tipo sobradamente con una buena dosis de diversión, carisma y un apartado visual que conquista con sólo contemplarlo, pero sería faltar a la verdad el negar que tan precioso y dulce envoltorio esconde problemas en el plano jugable.

Su clara apuesta por ofrecer un buen juego de rol oriental sin demasiadas complicaciones se traduce en un título accesible para todos pero que no colmará plenamente a los más acérrimos por su excesiva sencillez y su abuso del combate frente a casi cualquier otro elemento. El desaprovechamiento de las habilidades de Oliver para dar lugar a una aventura más variada mediante puzles, retos o minijuegos, además de los serios problemas de IA, terminan pasando factura y alejan irremediablemente a 'Ni no Kuni' de su catalogación absoluta como el juego sobresaliente que todos esperábamos.

Y pese a todo, se hace imposible no recomendar su compra y disfrute a todo poseedor afortunado de la sobremesa de Sony, puesto que títulos con un nivel de detalle, mimo y encanto tan elevados como los de la obra de Level-5 y Studio Ghibli no se ven todos los días. Para muchos, sus bondades compensarán más que sobradamente sus defectos, brillando con luz propia en la colección de todo jugador por sus aspectos únicos. Además... ¿Acaso no estáis intrigados por saber quién es la misteriosa Bruja Blanca?