Análisis New Little King's Story

Si quieres paz, ¡prepárate para la guerra!

Jugabilidad. El sistema de combate y personalización.

El combate es uno de los ingredientes más importantes de este cóctel que supone 'New Little King's Story', y en esta ocasión, y gracias a las opciones de personalización que se han incluido, se ha podido ir un paso más allá aún si cabe. 

Durante los primeros compases del juego los combates consisten simplemente en lanzar a todo nuestro pelotón al ataque y, una vez veamos al enemigo a punto de contraatacar, hacerles retroceder llamándoles de un grito. Empieza siendo tan fácil que hasta nos animaremos y uniremos nosotros mismos a la pelea a pesar de lo peligroso que es (hay que tener en cuenta que Corobo solo tiene tres ''quesitos'' de vida). Por supuesto la situación no durará mucho y poco a poco empezarán a sumarse conceptos que habrá que dominar si no queremos salir escaldados de nuestros enfrentamientos. Habrá enemigos que tratarán de quemarnos, otros de congelarnos, algunos de transformarnos, incluso los hay que querrán paralizarnos, rechazarán nuestros ataques, irán a por nosotros desde posiciones a las que no podemos acceder, se formarán más y más menudos grupos... etc.

Personalizar a Corobo y su séquito será imprescindible para progresar.

Especialmente llamativos son los combates contra los jefes finales, originales como pocos en los últimos tiempos. Auténticas batallas que nos harán dar lo mejor de nosotros mismos y ofrecerán desafíos de habilidad y agilidad mental por igual. Vencer en un pinball humano, superar un auténtico laberinto con los recursos suficientes para vencer al jefe final, un interrogatorio en el que fallar casi supone la derrota, la subida a una montaña mientras arrojan cosas desde lo alto de la ladera... Sin duda es uno de los elementos que más perdurará en nuestra memoria una vez completado el juego. Épicos y únicos todos y cada uno de ellos.

En esta ocasión para afrontar los combates con mayor probabilidad de éxito deberemos de entrenar y subir de nivel a nuestro séquito así como equiparles con las prendas y herramientas que más convengas. Todos los personajes (hombres o mujeres) pueden editarse y acoplarse ropa de cuerpo entero, gorros y armas que suban su vida, su ataque y otro tipo de características. Así, por ejemplo, llevando un traje de oso panda nada nos levantará del suelo, ni siquiera el coletazo de un dragón. Hay decenas de sombreros y prendas y cientos de combinaciones.

Subir de nivel nos permitirá encontrar nuevas mientras exploramos, aunque habrá que tener cuidado con llegar al nivel máximo, momento en el que hay que pagar altos precios para permitirnos seguir mejorando. Además del nivel máximo podremos aumentar el número de soldados que tienen opción de venir con nosotros.

Hay formaciones y cámaras para todos los gustos.

Contaremos también con tres cámaras –a ras del suelo, a media altura y cenital— que cumplen con nota sus funciones y se adaptan al estilo de cada uno. Solo tendremos problemas en las secciones en las que la cámara sea estática y predefinida, y por suerte hay pocas así. 

También tres son las formaciones a emplear: ataque, defensa y huida. Según la que elijamos la Guardia real que esté con nosotros adoptará una posición u otra al luchar y obtendrá unas u otras ventajas. Por poner algunos ejemplos: en ataque se colocarán de tres en tres detrás de nosotros y serán más rápidos en actuar pero más fáciles de alcanzar, en defensa se alinearan en círculos alrededor nuestro con la única intención de protegernos y en huida se situarán de uno en uno y les será más fácil esquivar.

Obviamente la elección de clases es un elemento importante de esta sección. Hay que saber que especializaciones guerreras llevar: soldados, supersoldados, arqueros, mineros... etc, y en que situación.