Pre-Análisis NeverDead

(360, Ps3)

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31/01/2012 00:05

Pero el reto no se queda ahí. Como es tradición en el género, al acabar los niveles nos enfrentaremos a enemigos de gran tamaño y de un poder inimaginable. Estos terribles jefes finales también nos obligarán a buscar los puntos débiles y a aprovechar habilidades para nada comunes de Bryce. Será en estos combates donde tendremos que desplegar todo el arsenal armamentístico y carnal del que disponemos.

Lo que se busca en NeverDead es una jugabilidad directa y frenética que se suele ver en los hack'n slah de toda la vida, pero mezclada con el toque reflexivo que ofrecen los poderes inmortales de Bryce. Una experiencia que ofrezca complejidad al jugador tradicional y espectáculo al menos habituado, pero con dosis de originalidad y con una jugabilidad suficientemente elaborada como para enganchar a cualquier perfil de jugón.

Los escenarios también se desmiembran

Al principio, hubo cierta preocupación con el apartado técnico de NeverDead. Es cierto que en las primeras imágenes y vídeos sobre el juego, gráficamente no pintaba nada bien. Quizás por las prisas en demostrar que el proyecto seguía adelante, o quizás porque fueron los gráficos lo último que se depuró, el mal sabor de boca de quienes pudieron ver el juego en sus primeras fases de desarrollo fue mayúsculo.

Por suerte, el tiempo ha demostrado el buen hacer de Rebellion. En primer lugar, el aspecto gráfico de NeverDead ha ganado enteros en cada una de las presentaciones públicas que se han hecho. Con trabajo duro se ha exprimido mucho el Unreal Engine 3, y si bien no se ha conseguido el resultado que otras desarrolladoras han logrado con ese motor, si que se puede decir que el juego luce notablemente en todos sus apartados.

NeverDead

Los escenarios están bien recreados, y se podrán destruír


A medida que se ha ido acercando su lanzamiento, el proyecto se mostraba más sólido técnicamente, con mejores texturas y acabados, aunque manteniendo esas animaciones que son santo y seña del juego (especialmente en lo que refiere a los desmembramientos). La desarrolladora escuchó las críticas del público y de la prensa especializada y trabajó para que NeverDead también entrara por los ojos. Como decimos, no es un resultado espectacular, pero cumple sobradamente con lo que cabría esperar.

Pero lo mejor de todo no fue que mejoraran el apartado técnico, sino que tras esa sencillez gráfica se escondía una potencia oculta. Y es que esas físicas y esa recreación del desmembramiento también han conseguido tener presencia en los escenarios. El título alcanza un nivel de destrucción que pocos juegos similares han conseguido mostrar.

Nada tendrá que ver el aspecto de un escenario antes y después de las batallas. Cuando iniciemos el nivel, nos encontraremos ante lugares de majestuosa factura, generalmente en la gran ciudad y rodeados de enormes edificios. La recreación de este universo que mezcla realidad y ficción es francamente buena, y muy imaginativa.

Pero mientras nos enfrentamos a los enemigos, especialmente a los titánicos jefes finales, los escenarios se irán destruyendo de una forma espectacular. Todos los edificios y los elementos de cada uno de los niveles es susceptible de romperse en pedazos. Bien, si no todos, una gran parte de ellos. Lo que supone que el escenario también se convierte en un ingrediente más de esta épica lucha entre el hombre inmortal y los demonios. Además, si no podemos acabar con los demonios a tortas, podemos destruir un elemento del escenario para que caiga sobre ellos y los devuelva al inframundo del que provienen. 

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