Análisis Metro: Last Light

(Ps3, 360, Pc)

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Plataforma analizada: PC
31/05/2013 00:05

Intentar este tipo de cosas con las criaturas de la superfície, en cambio, es arena de otro costal. Aunque formalmente es posible jugar de forma silenciosa durante las expediciones por las ruinas de Moscú, la verdad es que a la práctica no funciona, porque el cambio en el comportamiento respecto a la IA humana es abismal. Los monstruos parecen oler literalmente los calzones sudados de Artyom a varios kilómetros de distancia y atacan con una ferocidad alarmante, por lo que pasar al modo pistolero es requisito casi imprescindible. Las fases exteriores se convierten así en un contínuo de oleadas de mutantes, resultando pese al espectáculo visual bastante menos divertidas que la acción subterránea.

Inconvenientes aparte, la alternanza entre sigilo y gatillo fácil es un recurso satisfactorio que se mantiene a lo largo de los treinta capítulos que conforman una aventura que ronda las 10 o 12 horas de duración. Y es que, si algo brilla con luz propia en la oscuridad de 'Metro: Last Light', es precisamente su oferta de afrontar cada nuevo episodio en la forma que uno prefiera. No, no lo hace de un modo tan pulido y rico en detalles como en otros títulos que ya hemos mencionado, pues se echa en falta "algo más" que aporte variedad a la jugabilidad como podría haberlo sido la presencia de objetivos secundarios, pero sí lo hace de una forma suficientemente sólida en ambas vertientes como para garantizar el disfrute de quien se ponga a los mandos.

Metro: Last Light


La luz de la esperanza

Por último, se antoja necesario hacer especial hincapié en la que es quizá la principal virtud de 'Metro: Last Light', y que no es otra que su excelsa ambientación. El trabajo hecho por 4A Games en este aspecto en sencillamente intachable, habiendo trasladado con suma fidelidad el universo ideado por Glukhovsky a nuestras pantallas no sólo a nivel visual sino también en cuanto a sensaciones.

La recreación de los opresivos entornos del metro en magistral, combinando el vacío de los solitarios túneles con la agitación de las estaciones habitadas. Es en ellas donde el juego cobra mayor fuerza, presentando pequeñas ciudades florecidas en medio de la mugre y en las que cualquier objeto cotidiano se ha convertido en el mayor de los tesoros. Los vagones de los trenes se hallan reconvertidos en viviendas, mientras que montones de metal oxidado dan lugar a chabolas y comercios. Incluso, con el paso de los años y el esfuerzo de los valientes que se aventuraron hacia el exterior para recuperar todo tipo de enseres, las estaciones más prósperas han logrado instaurar un bar, un teatro o alguna que otra sorpresa inesperada en forma de burdel.

Metro: Last Light

El nivel de detalle presente es realmente encomiable también desde el punto de vista técnico, pues nos encontramos ante un título muy puntero en términos de recreación de entornos. Texturas muy cuidadas y elementos muy bien modelados se ven potenciados por una cuidadísima iluminación que parece aportar matices adicionales a todo cuando se encuentra a nuestro alrededor. Algo que destaca sobretodo en los oscuros corredores, donde el cálido haz de la linterna se convertirá en nuestro mayor aliado, permitiendo avistar detalles que de otro modo pasarían por alto. Será necesario mantenerlo con vida gracias a la batería manual que portamos en nuestro equipo, a la cual deberemos dedicar atención cada pocos minutos si no queremos quedarnos a oscuras.

El mimo se traslada también a los personajes, igualmente detallados y abundantes y de los que podremos aprender numerosos detalles del contexto de la historia simplemente parando a escuchar sus conversaciones. Cada nuevo grupo de habitantes del metro esconde una nueva historia, aunque es una lástima que el grado de interacción con ellos sea prácticamente nulo. Sin duda podría haberse potenciado para dar lugar a interesantes interacciones sociales, que a su vez mejoraran un sistema de moralidad que se deja ver de forma ocasional en unas pocas decisiones.

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8

Lo mejor

La puesta en escena, sencillamente soberbia

Gran nivel técnico y de detalle, con un genial uso de la iluminación

Buena combinación entre la acción directa y la infiltración

Alcanza momentos de gran epicidad y tensión

Lo peor

La IA es en diversos momentos bastante mejorable

Pese a las mejoras introducidas, las mecánicas de sigilo siguen algo cojas

Tanto la trama como el desarrollo se deshinchan un poco tras un gran inicio

Las batallas finales, terriblemente diseñadas

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