Análisis Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty

Finalmente encontramos los Snake Tales, que son cinco misiones concebidas como pequeños juegos al completo y dotadas de una línea argumental propia ajena a la del resto de la franquicia. En ellas, el héroe de Kojima visitará de nuevo instalaciones basadas en los escenarios del carguero y el Big Shell, pero con objetivos totalmente distintos. Cada una de ellas posee una duración aproximada de una hora o incluso hora y media, además de nuevos enfrentamientos finales, por lo que constituyen por sí solas un añadido muy a tener en cuenta.

No podemos olvidarnos asimismo de otros añadidos menores como el modo Boss Survival, en el que podremos revivir todas las batallas principales de 'Sons of Liberty' una tras otra con recursos limitados, o la ansiada compatibilidad con trofeos de PlayStation Network, que llega con una lista de 46 trofeos de lo más variados y que obligarán a realizar hasta cinco recorridos completos del juego -uno por cada dificultad- para alcanzar el ansiado trofeo de platino.

Una serie de añadidos, en definitiva, que convierten a esta reedición digital de 'Sons of Liberty' en la versión -por ahora- definitiva del mismo, no sólo alargando su vida útil sino elevándola a la enésima potencia en caso de aspirar a completarla totalmente.

Conclusiones

Dicen que los grandes juegos son aquellos que siguen siéndolo con el paso de los años. Y la verdad es que aunque la perspectiva demuestre que quizá en su día se encumbró hasta cotas demasiado elevadas, no tiene sentido alguno negar la evidencia: 'Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty' es un gran juego.

La mezcla de infiltración, sigilo y acción en dosis justas sigue siendo un cóctel tan explosivo como acertado, con una mecánica jugable que, pese a tener sus detractores, sigue siendo entretenida y totalmente inconfundible. Los grandes enfrentamientos finales, el genial apartado gráfico ahora en alta definición y la apabullante cantidad de extras ponen la guinda a un pastel la mar de sabroso y que debe saborearse con calma y paciencia.

No es menos cierto que el juego presenta puntos flacos, entre los cuales la repetitividad de escenarios o las limitaciones que muchos de éstos imponen por su reducido tamaño, como también los altibajos de una historia que no se antoja tan rematadamente épica como la del primer 'Metal Gear Solid'.

Pero aun así, ¿qué sería de las grandes obras sin sus imperfecciones? Y lo que es más, ¿acaso podríamos dejar de recomendar su disfrute por algo tan subjetivo? Por si alguien lo dudaba, rontundamente no.