Los males de la octava generación

Reportaje

Esta nueva etapa en la historia de las consolas lleva ya un tiempo entre nosotros, el suficiente quizás para que hagamos un poco de retrospectiva para ver su rendimiento

25/05/2015 12:10
PlayStation 4. Xbox One. Wii U. Todas estas plataformas tienen algo común y es que además de servir para entretener a millones de jugadores a lo largo y ancho del planeta, también tienen unas características únicas que hace que sus bondades pasen desapercibida para el gran público. No obstante, también tienen una serie de carencias que no escapan al ojo del jugador. Esas carencias, en algunos casos entendibles por temas económicos o de desarrollo, hacen que las consolas pierdan enteros para los jugadores más avezados del mundillo. Puede que un novato no se entere de “la misa la mitad” (bendita ignorancia), pero los que peinan canas ya sabemos que estos agujeros no deparan nada bueno.
Consolas

Males de la nueva generación

Con la octava generación ya en marcha, mostrando algunas de las bondades que son capaces de ofrecer a los jugadores, hay que fijarse también en los puntos que negros. No todo es luz en las consolas de Sony, Microsoft y Nintendo. Las diferentes apuestas de las tres grandes del mercado tienen varios puntos que, en algunos casos, pueden ser corregidos con un poco de trabajo por parte de sus ensambladoras. No obstante hay otros puntos que han aflorado con el paso de los años que exigen algo más que trabajo, exigen cierta moralidad por parte de las empresas que hacen uso de ellos para elevar sus ingresos ¿Se le puede pedir a una empresa que corte el grifo de algo que le da dinero? Sí, claro que se puede.  ¿Es sensato pedirlo? Depende de para quién. Hay diferentes puntos de vista, el del jugador y el de la empresa.

Hay muchos males asolando el mundo de las consolas y todos tienen solución

Seguramente estaréis cansado de oír que las empresas de videojuego y/o desarrolladoras de consolas no son hermanitas de la caridad u ONGs. Es una verdad como un templo dicho sea de paso y la principal base que toman las compañías para excusarse sobre las decisiones que toman para aumentar sus ganancias unos cuantos miles de la moneda que sea. Hay que pagar los sueldos de la gente, los proyectos de presente y de futuro, y hay que perpetuar el nombre de la empresa tanto como sea posible. Un usuario normal que no está inmerso hasta en el fundo en este mundo puede no ver esto, pero la realidad es así. Adaptarse para sobrevivir es algo más que simple una obligación, es la razón para seguir creciendo. No gustan a los jugadores, pero es la única manera… O Quizás no. Hay muchos males asolando el mundo de las consolas y todos tienen solución.

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¿Es esta la solución?

Para hoy no, mañana tampoco

Vamos a empezar por uno que hace que muchos jugadores se tiren de los pelos, rasguen sus vestiduras y se consuelen diciendo: -“más tiempo para mejorarlo”-. Los retrasos en los videojuegos es algo que lleva existiendo casi desde su concepción. Rara es la generación en la que todo sale a pedir de boca y no hay ningún retraso. A nivel personal, yo no recuerdo ninguna en todos mis años como jugador. En otras épocas, debido al poco conocimiento que se tenía del proceso de desarrollo de uno o varios títulos en concreto, no éramos tan conscientes de ello. No había una web dedicada a informar sobre el proceso de forma diaria. Lo único que había eran las revistas de papel de tirada mensual. En aquellos momentos casi que nos importaba más bien poco. En la actualidad, con la sobreinformación que hay sobre los desarrollos nos hemos vuelto muy impacientes.

Los medios admitimos nuestra parte de culpa ya que somos artífices de esa impaciencia que muestran algunos. Claro que tampoco podemos achacarnos toda la culpa. Los estudios de desarrollo, las editoras (sobre todo estas) y los problemas que puedan surgir son la parte más gorda de la ecuación. En la octava generación estamos siendo testigos de un baile de retrasos bastante sonados. Por norma general, los retrasos que se han anunciado han sido por una falta grave de perspectiva a la hora de realizar la creación del juego. El calendario de desarrollo puede haber sido un problema y este provocar un retraso en el proyecto y a su vez a su fecha inicial. A la octava generación ya la están poniendo muchos motes y uno de ellos es la generación de los retrasos. Algo falla en los equipos. ¿Ansia por demostrar algo? ¿Miedo ante un posible fracaso? ¿Una editora tocando las narices?

The Legend of Zelda Wii U

Nos vemos en 2016 Link

El ataque de las remasterizaciones

En este punto vamos a tratar otro de los motes que los usuarios le estáis poniendo a la octava generación de consolas, la de las remasterizaciones. Uno por consola y año, vale. Dos por consola al año se puede perdonar, aunque torciendo el gesto. Que basen más 25% del catálogo anual es pasarse de la raya. La gente no se gasta 400 euros en una nueva consola para jugar algo que ya desgastó en la anterior. Toman como excusa que hay gente que no tuvo la oportunidad de jugarlo en la anterior generación o que quiere probar cómo rinde tal juego en una consola más potente. Eso no hace falta probarlo, la respuesta es obvia. Si pierdes el tiempo durante un año para portear el código del juego y mejorar el motor pues funcionará bien. Mientras tanto, has tirado un año que se podría haber dedicado a un proyecto nuevo.

Que basen más 25% del catálogo anual en remasterizaciones es pasarse de la raya. No nos gastamosa 400 euros en una nueva consola para eso

Hay títulos que han sido muy bien recibidos por el público y la prensa especializada porque demuestran que sacar partido de la superior potencia de las plataformas de octava generación. Aun por mucho que lo maquillen los estudios, sabemos que son juegos antiguos y eso se nota en las limitaciones del motor. No están preparados para un hardware más nuevo y que se parece a los anteriores en nada. Las diferencias entre un juego programado por y para la octava generación es muy evidente. Basta con comparar 'The Order: 1886', 'The Witcher 3' o 'Ryse: Son of Rome' con una remasterización. Queremos juegos nuevos, no refritos de títulos que, en algunos casos, solo tienen un año de vida o incluso menos. Seriedad por favor, que estamos pagando algo más que la consola. Era más noble ofrecer retrocompatibilidad por hardware o software. Encarece la consola sí, pero no es tan rastrero.

The Last of Us

The Last of Us, uno de los tantos elegidos

Falta de exclusivos

El anterior punto puede ir muy ligado con este otro. La proliferación de las remasterizaciones parece ir de la mano con la más que evidente falta de lanzamientos exclusivos que estamos viendo en las plataformas de octava generación. A día de hoy, tras año y medio desde su lanzamiento, los exclusivos de PlayStation 4 y Xbox One se pueden contar con los dedos de una mano.  Una mano para cada consola. Ojo, hablamos de exclusivos de peso, de juegos que nos hacen tirarnos a por una consola de cabeza. Aquí los estudios internos de SCE y Microsoft Game Studios no andan muy “avispaos” que se diga. ¿Hay proyectos exclusivos en desarrollo para una y otra consola? Sí, los hay. ¿Están cerca de llegar? Bueno, más o menos. Este año llevamos ya dos proyectos Triple A en PlayStation 4 como 'Bloodborne' y 'The Order: 1886'. En Xbox One no podemos decir lo mismo, lamentablemente.

La única que parece estar dando el callo con juegos exclusivos como buenamente puede es Nintendo con Wii U. El problema es que la sobremesa de la gran N no tiene más remedio que tirar de casa para poder llenar el gran agujero que deja la ausencia de las Third Party. En eso, PlayStation 4 y Xbox One no tienen problema alguno ya que todos los proyectos que salen por parte de las desarrolladoras van destinados a su hardware. No obstante, eso no es excusa para sufrir la falta de juegos exclusivos por parte de Sony y Microsoft. Son estos juegos los que decantan la balanza a favor de una plataforma ya que le otorgan un valioso atractivo al catálogo de la máquina. No toda la gente está interesada en temas como resolución o mi hardware es mejor porque lleva esto. Demostradlo con juegos exclusivos, no con palabras.

Bloodborne

Bloodborne, la única gran apuesta seria

Limitaciones técnicas

Hablando de qué hardware es mejor, otro tema de constante tertulia entre los jugadores es el potencial técnico de las plataformas de la octava generación. Me vais a perdonar que deje a Wii U fuera de esta lucha, pero la máquina de Nintendo no da la talla en este aspecto. Tiene cosas muy buenas  a nivel visual, pero las diferencias respecto a PlayStation 4 y Xbox One son muy grandes. Como grandes lo son también las diferencias entre las máquinas de Sony y Microsoft respecto a PC, obvio por otra parte. Por 400 euros no se puede pedir más. Las comparativas con los juegos de PC son constantes y las batallitas entre los PC Gamers y los consoleros también. Tu juego no llega a 1080p y 60 frames. En PC tenemos mods (esta es la más usada para chinchar). Pago menos en PC y se ve mucho mejor en todos los aspectos.

Por 400 euros no se puede pedir más. Las comparativas con los juegos de PC son constantes y las batallitas entre los PC Gamers y los consoleros también.

Razón no les falta, evidenciando que PlayStation 4 y Xbox One vienen justitas por exigencias del mercado. La limitación técnica es un mal con el que hay que apechugar. Esto nos deja con juegos que no llegan a ciertas metas, errores visuales que deberían haber sido resueltos, recortes en lo mostrado de forma inicial, etc. Una pregunta ¿os compraríais una consola cuyo precio fuese superior a los 1.000 euros para disfrutar de juegos a 1080p, 60 frames, calidad Ultra y toda la parafernalia técnica? El impacto de ofrecer una máquina con este precio sería demoledor para las compañías. No todo el mundo tiene semejante pastizal para gastarlo en una consola. Hobby de ricos a esto paso. La limitación técnica es algo obligado para no romper el statu quo del mercado de las consolas. Van destinadas a todo tipo de gente sí, pero no son los millonarios su principal fuente de ingresos, somos los curritos.

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