Las ayudas a videojuegos en España, a fondo

Reportaje

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20/07/2014 15:20

Y después de las ayudas, ¿qué?

Decenas de millones de euros van a inyectarse en la industria del videojuego, y eso sin duda va a tener repercusiones positivas para la misma. ¿Podrían haber sido repercusiones más notorias de haberse estructurado de otra forma? Sin duda, pero el Ministerio tendrá sus motivos para organizarlo de esta manera. El caso es que han reparado en los creadores de videojuegos, y eso ya es algo. Eduardo y Alberto Saldaña consideran que "la población en general, los medios de comunicación y las instituciones están cambiando su percepción" hacia la industria, especialmente desde el nombramiento de Shigeru Miyamoto como Premio Príncipe de Asturias.

Miguel

El crowdfunding es la única salida para muchos estudios, pero desde España busca limitar sus posibilidades

Pero esa gran masa de estudios independientes que puebla nuestro esqueleto patrio de desarrollo no va a verse beneficiado prácticamente de ningún modo. Una lástima; otra vez será. Por eso muchos sienten como una oportunidad perdida esta serie de ayudas, cuyos importantes números presupuestarios se esgrimirán como muestra de apoyo a la industria. Y así será para muchos, y objetivamente así es. Poco a poco quizás, esas ayudas se afinen y ayuden por igual a grandes y pequeños.

Desde Sons of a Bit nos explican, por ejemplo, la ayuda que han solicitado recientemente al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte relativa al desarrollo de productos de software informáticos. Una ayuda con la que planean encauzar su primer proyecto, 'Islabomba', y que de hecho se antoja necesaria para su realización. ¿Qué otras alternativas tienen? Si la Administración no ofrece ayudas o préstamos, deberán recurrir a otras vías de financiación como inversores privados, préstamos personales o bancarios o el tan de moda método de crowdfunding.

De momento, las ayudas no benefician por igual a los estudios pequeños y grandes

Las dos primeras son prácticamente quimeras en la realidad económica actual; los inversores privados buscan mucha seguridad para su dinero y los préstamos se conceden bajo parámetros muy estrictos o sobre tipos bastante elevados. La vía de la salvación, el crowdfunding, que tantos sueños ha permitido realizar a lo largo y ancho del planeta, podría dejar de ser una opción viable con la norma que limita a un millón de euros la cantidad recogida si somos profesionales o inversores privados con rentas pudientes. Un límite amplio, sin duda, pero que ya no permite que pequeños estudios logren grandes gestas.

En ese sentido, si bien por un lado el Gobierno ayuda a la industria con estas ayudas, podría cercenar las posibilidad de gran parte de la misma al limitar las posibilidades del crowdfunding, modo de financiación de decenas de juegos en nuestro país. Pero no importa; el panorama poco va a cambiar en realidad para la gran parte de los estudios españoles. Al menos en lo económico: la lucha seguirá siendo diaria, encarnizada; presenciaremos el cierre de muchas empresas, la caída de muchos sueños, y los milagros cotidianos permitirán que unos pocos sí que se hagan realidad.

Pero algo sí que ha cambiado, o cambia con el paso del tiempo: la percepción de la industria. Cada vez la sociedad la acepta más, los niños y niñas jugones de antes ahora son padres y madres que enseñan a sus hijos que este es un arte y un ocio más con el que disfrutar, y el gobierno se percata lentamente de sus posibilidades. "Todavía queda mucho camino por recorrer", reconocen los hermanos Saldaña, que como muchos otros creyentes aún no desfallecen en su intento de ennoblecer el mundo del videojuego. Puede que este tren haya pasado, pero con el esfuerzo de algunos conseguiremos que otras oportunidades lleguen y, quizás, esta vez sí que den en el clavo.

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