La obra del "Príncipe" Miyamoto

The Legend of Zelda: A Link to the Past (SNES, 1991)

La última aventura en dos dimensiones de la saga para consolas de sobremesa.

El género de las aventuras está cada vez más vigente en la actualidad. Juegos como 'Darksiders' u 'Okami' son considerados como auténticas joyas de su género. Joyas que a buen seguro no serían posibles de no ser por sagas que fueron un ejemplo a seguir, tal como la que nos ocupa: 'The Legend of Zelda: A Link to the Past'.

'A Link to the Past' fue la tercera entrega de una de las series de videojuegos más polémicas y amadas por los jugones de todo el mundo. Una gigantesca evolución natural de los conceptos y bases establecidas por el 'The Legend of Zelda' original de NES, convirtiéndose instantáneamente en un clásico moderno, siendo para muchos el mejor y más especial título de la saga. Y no es para menos, ya que fue el pionero de muchos elementos que siguen presentes en entregas actuales, como las mazmorras multinivel, entornos dinámicos, o ítems como el gancho.

Considerado por crítica y público como uno de los mejores juegos de todos los tiempos, 'A Link to the Past' es una de las mayores y mejores aventuras que se pueden jugar. Uno de mis juegos favoritos con diferencia, y el mayor motivo de mi amor por SNES. Inolvidable e inmortal.

por Rubén Freire

Super Mario Kart (SNES, 1992)

U juego que inventó todo un subgénero.

Tras 'A Link to the Past' y 'Super Mario World', Miyamoto ya tenía por la mano el desarrollo de auténticas obras maestras en SNES. Era el momento de arriesgar, no sólo con una propuesta novedosa sino con el uso de tecnologías muy jugosas, en este caso los gráficos en Modo 7. De esas premisas nació 'Super Mario Kart', un juego de carreras que nos proponía ponernos al volante de un kart controlando a algunos personajes de la saga Super Mario entre los 8 disponibles. 

Este título logró un gran éxito comercial gracias a su exquisita jugabilidad y al uso de ítems para golpear a nuestros contrincantes. El uso de estos objetos permitía varios modos de juego tanto para un jugador como multijugador: el Modo Campeonato, donde competíamos con la máquina; el modo Contrareloj, donde lo importante es conseguir el mejor tiempo; el modo Carrera Versus contra un amigo real y el Modo de Batalla donde el objetivo era reventar los globos de los rivales con estos ítems. 

Fue un éxito de crítica y ventas en Super Nintendo, vendiendo ocho millones de copias en esta plataforma. Tiene el honor de haber iniciado un subgénero, el de los juegos de karts, donde sigue siendo el mejor referente incluso con el paso del tiempo.

Super Mario Kart demostró que es posible hacer un spin-off de una saga famosa que no tuviera nada que ver con la jugabilidad inicial, y aún así hacerlo divertido y comercial. La fórmula de Mario Kart es la de las tardes enteras de piques tanto con la máquina como con amigos, la que nos hace dedicarle horas y horas para conocer los atajos y dominar todos los vehículos. Super Mario Kart y el resto de entregas de la saga son la mentalidad arcade elevada a la máxima potencia, donde la diversión lo es todo. Lo recuerdo, y lo juego aún, como un juego tremendamente divertido del que difícilmente te puedes cansar.

por Miguel Alcántara

Star Fox (SNES, 1993)

En aquellos días, el chip Super FX era lo último en tecnología al servicio de los videjouegos.

Cuando los polígonos, las 3D y demás palabrería ni siquiera habían cobrado sentido para los jugadores, el chip Super FX fue el pequeño impulso que ayudó a dar un salto galáctico a la saga 'Star Fox'.
 
Mientras el resto de juegos de naves espaciales continuaban con vistas cenitales o laterales, el equipo de Fox McCloud se atrevía con una cámara situada tras el Arwing mientras esquivábamos disparos rotando 360º o simplemente moviéndonos en un espacio tridimensional real. Y es que los obstáculos y enemigos aparecían a cualquier altura y lugar. Ésto le convertía en todo un exponente, ya no del género, si no de la propia industria, integrando una perfecta y novedosa jugabilidad, reforzada por un sistema de avance en los niveles altamente rejugable y un jefes de nivel memorables. Todo en él había sido tratado con el más absoluto mimo, desde el peculiar elenco de personajes hasta la personalidad de cada uno de ellos, transmitida perfectamente con los mensajes de radio que se intercalaban en la acción, adornando el conjunto con una banda sonora que todavía hoy continúa latiendo.
 
La limitada potencia de SNES influyó en el acabado final del título, pero por suerte Miyamoto plasmó todas sus ideas cuando el inmortal Star Fox 64 (Lylat Wars en Europa) vio la luz, un enmascarado remake de lo que disfrutamos en aquellos impresionantes 16 bits.

por Santiago Moreno