Análisis Kirby: Triple Deluxe

Más que un plataformas

Como nos tienen acostumbrados los chicos de Hal Laboratory, este nuevo Kirby incluye modos de juego alternativos. Los llamados mini-juegos están cuidados y alargarán en buena medida la historia principal que por otro lado, se nos hará corta.

Tenemos un pequeño juego musical protagonizado por el rey Dedede que resulta muy adictivo, con el tiempo limitado, el orondo personaje tendrá que saltar sobre unos tambores para avanzar sin chocar con los enemigos y recogiendo el mayor número de bonificaciones posible.

Y entre otros, tenemos un mini-juego que nos recordará a ‘Smash Bros’ donde varios Kirbys, con la posibilidad de que participen diversos jugadores, se medirán en el espacio de lucha con los diferentes poderes copia que los Kirby pueden interiorizar, muy divertido.

En la historia principal, al finalizar cada fase, tendremos un mini-juego en el que tendremos que detener el medidor de energía cuando esté lo más lleno posible para que un cañón lance a Kirby lo más lejos que podamos, espectacular visualmente pero poco atractivo a nivel jugable, al menos Kirby nos deleita con uno de sus típicos bailes al aterrizar.

Un protagonista irresistible

Considerado por muchos el personaje más adorable de Nintendo, Kirby llenará literalmente la pantalla con su encanto. Los 24 poderes copia diferentes de los que dispone son buena muestra de ello, todos con sus correspondientes animaciones de ataque fácilmente ejecutables.

Sus facetas parecen no tener fin, le veremos preparado para sumergirse en el agua, inflado para volar, e incluso ponerse su gorro de dormir para marcarse una pequeña siesta, que con tanto ajetreo uno debe descansar.

Muchos enemigos atacarán desde el fondo de la pantalla

Kirby ya tiene su historia, y no podían faltar las referencias al pasado, veremos murales con pantallas del título original de Game Boy, enemigos similares al famoso árbol Whispy Woods, aunque lleno de colorido. Incluso uno de los coleccionables será de gran interés para los fans de la saga, llaveros estilo ocho bits que repasan los personajes de ayer y de hoy.

A ese ambiente nostálgico contribuye también las música y los efectos sonoros, remezclados tomando canciones del pasado que serán todo un regalo para nuestros oídos. Inolvidables los efectos al introducirse por una puerta, o al subirse a las estrellas que nos transportan por las fases.

Técnicamente impecable, pero poco innovador a nivel jugable

En el plano audiovisual, tenemos un videojuego a la altura de lo que cabe esperar de un título de Nintendo 3DS, con enemigos de todos los tamaños que nos atacan desde todas partes, escenarios de los que se disfrutan por su belleza y música animada y pegadiza.

La explotación de los gráficos estereoscópicos con los diversos planos y los ataques desde el fondo de la pantalla está ejecutada a la perfección, pero tampoco puede ser considerado novedoso, puesto que muchos títulos han explorado ya esta faceta.

Sí es una novedad los poderes de la hypernova que conseguimos cuando tocamos el fruto milagroso, desde luego nos da momentos muy divertidos pero tampoco supone un cambio jugable tan importante como cabría esperar.

Los mini-juegos alargarán la vida del título

El modo historia a través de las seis islas flotantes de Floralia, en donde podremos desbloquear una fases más en cada una de ellas si reunimos todas las piedras flotantes, no será un desafío. Se convertirá en una experiencia relajante en la que la curva de dificultad apenas se percibe.

La pantalla táctil se utilizará en acciones puntuales; como por ejemplo si vemos un enemigo con un poder más interesante que el nuestro podremos pulsar en la sección correspondiente para deshacernos del poder que tenemos en ese momento y proceder a adquirir el nuevo.

También será una ayuda por si en algún momento vamos cortos de vida, un Waddle Dee amigo nos recompensará en momentos puntuales con vida de reserva que podremos almacenar y usar cuando queramos en la pantalla táctil. En caso de que activemos Street Pass, serán nuestros amigos los que nos ofrezcan ayudas aún más suculentas.

Salvando Dream Land, una vez más

Estamos ante un juego que no decepcionará a los fans de Kirby, contiene todos los elementos clásicos de los tiempos de ocho bits, llevándolos de manera magistral en el plano técnico al 3D estereoscópico de Nintendo 3DS.

Pero no se trata de un título que ofrezca un cambio radical a nivel visual ni jugable, como hemos visto en otros juegos de la bola rosa, lo que provoca síntomas de agotamiento o falta de ideas a lo largo de la aventura principal.

Las referencias al pasado serán constantes

Si no nos importa que el juego apenas ofrezca un reto (aunque habrá sorpresa al terminarlo por primera vez), nos encontraremos con una magistral experiencia visual y sonora, con personajes llenos de encanto y poderes especiales de Kirby, que nos mantendrán con un sonrisa en la cara.

Nos encontramos con un cuadro de control que no innova en absoluto, y un poder, la hypernova, visualmente espectacular, pero que no aporta ese punto de innovación que cabría esperar de un nuevo Kirby.

Con todo ello, la bola rosa llega con argumentos para conquistar a cualquier amante de las plataformas 2D, o más bien 2,5D como suele decirse hoy en día. Además los divertidos mini-juegos que incluye alargarán en buena medida el sencillo modo historia principal.