Análisis Just Cause 2

Apartado técnico

En el apartado técnico hay mucho que comentar, empezando por el apartado gráfico. Aquí no se le puede dar un 10 al juego, porque es obvio que cojea en muchos aspectos y los modelados y diseños no son demasiado destacables. Sin embargo, hay que decir que el trabajo hecho por Avalanche es muy notable, ya que trasladar una extensión tan grande de mapeado con esa calidad, y sin tiempos de carga, es algo que merece más que una palmadita en la espalda.

La primera impresión que me llevé del juego, que comienza con cinemáticas, es la de una mediocridad gráfica que no me esperaba. Sin embargo, he decir que, al contrario de lo que estamos acostumbrados, esa calidad gráfica es mucho más alta in game que en las cinemáticas.  Los efectos, la iluminación, los accidentes geográficos, el clima, los ciclos día-noche... todo está muy cuidado y a un gran nivel.

El escenario en general tiene un aspecto que deja en ocasiones con cara de pánfilo, y más de una vez invita a recorrerlo en avión o helicóptero para contemplarlo en todo su esplendor. También me ha gustado mucho la sensación de velocidad que se consigue cuando conduces un vehículo, ya sea un coche, una moto, una lancha o un avión, y no digamos en las escenas de acción sobre ellos.

Y qué decir de una de las partes más importantes del juego, el caos, con todas sus espectaculares explosiones que, cuando se producen, dejan una estupenda sensación de estar haciendo algo realmente grande. Cosas como estas ponen de manifiesto, una vez más, que el objetivo de los desarrolladores ha sido la diversión y la espectacularidad por encima de todo.

Pero siendo quisquillosos, diría que el mayor problema está en las animaciones y las físicas, pero ojo, sólo en momentos puntuales. Al ya comentado tema del gancho, hay que añadir los torpes y extraños movimientos de Rico en numerosas ocasiones. Por ejemplo, el hecho de correr cuesta arriba es tan ortopédico que da la sensación de estar controlando al personaje principal de un Alone in the Dark de hace 15 años. También están las físicas de los vehículos, sobre todo los de tierra al meterlos por lugares poco convencionales.

Se comportan de forma extraña y algo lejana a la realidad, aunque me da la sensación de que esto, en cierto modo, se ha hecho a propósito para darle un poco más espectacularidad al juego, si cabe. En lo que es el apartado de sonido, no es posible poner ninguna pega. Los efectos sonoros están a la altura y acorde con todo el despliegue de medios. Ya sea el sonido ambiente, el de las armas, las explosiones o los vehículos, todo está cuidado como si de una película se tratase.

Con respecto a la banda sonora, nos encontramos con algo que no destaca ni para bien ni para mal, simplemente está correcta y cumple, ajustándose perfectamente a la tonalidad de juego al que acompaña, recordando muchas veces a las melodías de películas de temática parecida. Como comentario adicional, decir que el juego está completamente traducido al castellano, voces y todo. Debido a que esto es algo que no siempre ocurre, se me antoja un poco complicado criticarlo, así que seré bueno. De todos modos, diré así un poco por encima que el doblaje no es perfecto, y se nota que se ha hecho más hincapié en unos personajes que en otros.

Conclusión

Just Cause 2 es, sin duda, un juego a tener muy en cuenta. Es cierto que falla en algunas cosas, como en el argumento o en algunos aspectos técnicos, pero son detalles que se compensan ampliamente con el resto de planteamientos que propone. La enorme libertad que permite, lo exagerado de la extensión de mapeado, y la grandísima cantidad de cosas para hacer, convierten a esta secuela en un título en el que se pueden pasar tantas horas como uno quiera sin riesgo a caer en el aburrimiento. Lástima la ausencia de algún tipo de modo multijugador o cooperativo, pero todo no se puede tener, y al menos Avalanche ya ha anunciado que preparan contenido descargable que ampliará la experiencia de juego. En definitiva, todo aquél que busque acción, caos, destrucción y libertad, este es su juego.