Análisis Just Cause 2

Presentación

Cuatro año después del juego original, Avalanche Studios nos brinda esta secuela que sigue manteniendo el espíritu de su predecesor, pero que lo mejora absolutamente en todos los aspectos. Según la propia desarrolladora, y dejando a un lado los obvios avances técnicos, su objetivo principal era conseguir un Just Cause mucho más largo, con mucha más diversión, mucha más libertad y en un escenario mucho más grande. Y hay que decirlo, lo han conseguido con creces.

Historia

El protagonista del juego es de nuevo Rico Rodríguez, un agente secreto de una compañía llamada La Agencia. En esta ocasión, Rico es enviado a Panau, un país tropical del sudeste asiático de 1.000 km. cuadrados, tamaño real a recorrer en el juego, gobernado por Pandak Panay, un dictador sin escrúpulos. Como podéis imaginar, la misión de Rico es derrocar a Panay para liberar al país de su tiranía, y de paso acabar con su antiguo jefe, Tom Sheldon, que ha traicionado a La Agencia y se encuentra también en Panau. Fin. Como véis, la historia es simple, corta y floja, pero es algo a lo que Avalanche no ha querido darle demasiada importancia en favor del resto de aspectos del juego, principalmente el de la libertad de acción. Esto se traduce en que el juego gire alrededor de las misiones secundarias, dejando la misión principal muy lejos en el horizonte y sin ningún tipo de atracción por parte del jugador. Una pena, porque detalles como este son los que separan a un juego notable de otro sobresaliente.

Al menos, para meter un poco más de chicha, existen en el país tres facciones terroristas armadas que actúan en contra del régimen dictatorial actual, y también entre ellas, y para las que se pueden hacer misiones, simpatizar con ellas o entrar en guerra. A medida que vayamos cumpliendo misiones para estas facciones, su área de influencia irán aumentando y tendrán más poder. Si decidimos no seguir el arco argumental principal con las misiones de La Agencia, o realizar las misiones de cada una de las tres facciones, podemos ir por nuestra cuenta haciendo lo que realmente nos venga en gana en cada una de las 400 distintas localizaciones esparcidas por todo el territorio de Panau, ya sean cuarteles, puertos, lugares de ocio, poblaciones o cualquier tipo de asentamiento. Además, también podemos dedicarnos a buscar todos los alijos de droga, calaveras, fardos de dinero, cajas negras, etc., esparcidos por toda la isla, todo un reto. Vamos, que por falta de cosas para hacer no es.