Análisis Jam With The Band

Es cierto que el título tiene ya sus años y que ha quedado desfasado en algunos de sus aspectos, pero también debemos reconocer lo que este Jam with the Band puede ofrecer ya no al mercado portátil, sino al género musical en general. No es sólo un completo juego rítmico, su principal baza es la creación propia de temas y las posibilidades que esto conlleva. Pero antes de profundizar más en sus virtudes repasemos cada uno de sus apartados.

Gráficos

Como viene siendo habitual en el género nos encontramos con un apartado funcional aderezado con las pequeñas ilustraciones de Barbara the BAT, la encargada de guiarnos por los menús del título y dueña de GB Music, el local del que formaremos parte. Un público de extraño aspecto que nos acompaña cuando estemos actuando y algunos carteles anunciando el concierto cuando entremos en algunas opciones es lo único que da algo de viveza junto a la atractiva tipografía de los títulos. Esto es lo que ofrece el juego de Nintendo a nivel visual, cumple y es funcional sin ningún tipo de alardes.

Sonido

El que teóricamente debería ser su punto fuerte deja de serlo cuando descubrimos que absolutamente todos los temas se encuentran en formato midi. Pero no debemos asustarnos porque este pequeño inconveniente tiene su razón de ser, además de las limitaciones sonoras de la consola, la versatilidad que tenemos para tocar y crear nuevas melodías. Imaginaos que estamos tocando el tema de la saga Zelda que incluye el juego (combinando varias composiciones de la franquicia), pues bien, desde un bajo hasta un piano, pasando por 60 instrumentos diferentes, pueden ser nuestras herramientas musicales, variando tanto el sonido como su jugabilidad.

Además, por si esto fuera poco, podremos elegir el estilo musical con el que sonará la canción y que influenciará tanto en ella que parecerá casi una nueva composición. Todo esto nos recordará a Wii Music y la variedad musical que esto supone a lo largo de los 50 temas que se incluyen en la tarjeta más algunas sorpresas que enseguida descubriremos. Desde canciones que se incluían en la versión original hasta otras más conocidas por los occidentales del mismísimo Queen llegando a los temas clásicos de los propios juegos de Nintendo.

Cabe destacar el doblaje al castellano por lo que muchas de las indicaciones que nos proporcione Barbara las escucharemos en nuestro idioma y de forma muy acertada. Como nota curiosa podemos acceder a la emisora de radio donde elegiremos el tema que queramos escuchar con la posibilidad de que la propia Barbara nos haga una introducción a cada uno de ellos de viva voz.

Jugabilidad

Aquí es donde Jam With the Band consigue demostrar el potencial de la portátil en muchos aspectos. Encontrándonos primero con la clásica mecánica de pulsar botones en el momento justo, tocar las melodías que nos proponen ha quedado algo anticuado y es donde realmente se nota que el título acompañó a la máquina en su lanzamiento nipón ya que todos los instrumentos los tocamos íntegramente con el uso de los botones.

Con la única excepción de la guitarra, cuyas cuerdas encontramos en la pantalla táctil, es una pena que todo lo demás lo hagamos con difíciles combinaciones de cruceta y botones, y más después de haber probado los excelentes Ouendan, Elite Beat Agents en nuestro país. Por suerte, y como hemos comentado, la variedad instrumental y de estilos que incluye el título hace de cada tema todo un mundo de posibilidades y experimentación con nuevos instrumentos e incluso voces, ya que si elegimos el micro como herramienta simularemos ser el cantante del grupo con nuestra propia voz.