Análisis Jak and Daxter: The Lost Frontier

Gráficos

Los gráficos del título ofrecen una de cal y otra de arena. Digamos que el aspecto general del título, lo que llamaríamos el diseño del juego, se mantiene intacto de las anteriores entregas. Tiene cierto aspecto cartoon, sin llegar a ser cell-shadding pero alejándose totalmente del realismo. Artísticamente es un juego simpático y con mucha personalidad, lo que crea una ambientación muy buena y bastante parecido a los juegos de Naughty Dog. Lamento ser pesado, pero recordemos que el trabajo de High Impact era crear un Jak & Daxter que no cambiará en exceso respecto a los anteriores, y en este punto lo han logrado.

El problema gráfico viene dado principalmente por las texturas. Si bien los personajes están bastante mejor hechos que en lo visto en la saga, pero los escenarios perdido varios enteros. Pierde en variedad, además de en definición, resolución, realización y, sobretodo, en el detalle de los fondos. Parece mentira que, a pesar de renovar correctamente algunos apartados, con la mejora de la tecnología el juego flaquee en estos apartados. Los escenarios parecen de cartón piedra, faltos de detalles. Los elementos que los salpican no tienen mejor acabado y se repiten hasta la saciedad.

Los efectos son algo más amplios, aunque continúan en la línea de simplismo del título en sí. Por cierto, cabe mencionar que el diseño de Jak ha cambiado bastante, siendo ahora un personaje más tosco y menos simpático que nunca. En general, podemos observar como este Jak and Daxter: La frontera perdida no entra precisamente por los ojos. No es que sea malo, pero podría haber sido bastante mejor, y eso en la generación de los fanáticos de los gráficos puede pagarse con la muerte.

Jugabilidad

La jugabilidad es quizás el aspecto que más ha empeorado en esta saga. Los controles son los mismos o prácticamente los mismos, pero existen pequeños detalles que han empañado la experiencia jugable. Mantenemos los poderes y las habilidades de eco de siempre, nos movemos igual, pero el control no es tan fluido como antes. Es como si Jak pesara 30 kilos más, para que me entendáis. Además se trata de un control poco preciso, y no en pocas ocasiones fallaremos un salto por ello o no lograremos sacudir a los enemigos. No es que no responda correctamente, sino que es como operar de apendicitis con una katana.

A pesar de ello podemos acostumbrarnos a su falta de eficacia a la hora de juego aproximadamente. El principal problema de jugabilidad es la cámara, una de las peores que un servidor ha tenido el horror de probar últimamente. Hace unos extraños molestos a más no poder, y nos fastidia la jugabilidad con unos planos picados y contrapicados aleatorios que ni el mismísimo Kubrick. A veces, la cámara girará sin que podamos evitarlo y nos dejará vendidos ante el enemigo o ante un obstáculo que estábamos salvando, o al revés, querremos mover la cámara pero esta cobrará vida propia y filmará el escenario al más puro estilo National Geographic. Prácticamente la cámara será, en todo momento, el enemigo a batir y el que más nos fastidiará a la hora de jugar. Sin duda, es un apartado que hace bajar la valoración final bastante en picado.

Existen unas fases, muy muy puntuales, donde controlaremos una versión "bestia" de Daxter. Se trata de momentos de pura acción, avanzar acabando con todos y usando nuestro no demasiado variado arsenal de ataques. La verdad es que son fases bastante tediosas, aburridas y faltas de originalidad. Por suerte, no son demasiado frecuentes, y se encuentran muy repartidas por la aventura. No solo nos moveremos a pie, sino que durante bastante parte del juego también manejaremos la nave de Jak. Y no solo eso, sino que podremos llevar otra nave que nos prestarán y podremos comprar piezas para mejorarla.

Eso sí, tendremos que "aflojar la mosca" para conseguir las mejores piezas y escoger cual ponemos, ya que todas tienen alguna virtud y tendremos que elegir cual se adapta mejor a lo que queremos. La nave no tiene un manejo del todo fiable pero tampoco desespera. Más nos vale, porque entre cada una de las misiones tendremos que coger este vehículo y cargarnos a algunos enemigos, además de completar algunos retos que están repartidos por el escenario. La jugabilidad en general es la que cabría esperar de un juego de acción y aventura con toques de plataformas.

Los escenarios ofrecen cierta libertad mientras nos movemos por El Límite en nuestra nave para encontrar el escenario donde tenemos que cumplir la misión, aunque este si que es más lineal en la mayoría de ocasiones. Se trataría de un buen control si no fuera por la tosquedad de algunas acciones y la abominable cámara.

Sonido

Y de lo peor del título pasamos justamente a lo mejor: su apartado sonoro. La experiencia jugable de Jak & Daxter: La frontera perdida está aderezada con unas melodías dignas de las mejores producciones. Músicas épicas, y otras no tan épicas que acompañarán a la perfección la acción. Mientras vamos explorando, la música será muy sutil pero variada y bien creada. Durante las escenas de acción la música será más evidente, con una factura increíble que recuerda mucho a clásicos cinematográficos como La Momia o a referentes videojueguiles como Uncharted. Otro punto muy bueno es el doblaje.

No solo está doblado al castellano, algo que ya es bastante de agradecer en los tiempos que corren, sino que además el doblaje supera con creces la media a la que nos han acostumbrado a los jugones. Gran cantidad de voces distintas de actores muy buenos e incluso algunos que nos sonarán del mundo del celuloide. Lo más importante, es que todos se han tomado en serio su tarea, entonan a la perfección y acentúan la personalidad de cada personaje. Destaca por encima de todos el hilarante Daxter con sus siempre sarcásticos comentarios.