Análisis Hitman - Episodio 4 - Bangkok

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Hitman Episodio 4 - Bangkok

En esta ocasión, el protagonista de Hitman cambia el exotismo árabe por el hindú con su llegada a Bangkok, más concretamente al hotel Himmapan

Plataforma analizada: PS4
31/08/2016 15:40
El Agente 47 vuelve de nuevo al tajo tras un breve descanso y pone rumbo a la exótica ciudad de Bangkok con el lanzamiento del Episodio 4 de Hitman. En esta ocasión, el Agente 47 deberá adentrarse en un lujoso hotel y acabar con dos objetivos bastante peculiares: un miembro de un grupo de Rock y el abogado que representa a su familia. Para ello, el Agente 47 contará con numerosas oportunidades nuevas y todo el talento que le caracteriza para saber adaptarse a cualquier situación que se le presente. Abandonamos la ratonera ciudad de Marrakech para adentrarnos en un nivel más amplio, más elitista y que nos recordará a la disposición vista en el Episodio de Paris por extensión y el gran número de zonas.
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Rumbo a Bangkok

Tras haber pateado cada estrecho callejón de la ciudad de Marrakech y haber disfrutado de un par demisiones alejadas de la principal, el agente 47 se deja de zarandajas y se pone a las obras y parte a hacia su nuevo destino. En esta ocasión, el protagonista de Hitman cambia el exotismo árabe por el hindú con su llegada a Bangkok, más concretamente al hotel Himmapan, un resort de auténtico lujo y solo para clientes de gran poder económico, algo que veremos nada más poner nuestros pies en el embarcadero de este gran hotel. Cualquiera podría pensar que el Agente 47 está fuera de lugar en esta zona, pero gracias a su capacidad para el disfraz pronto veremos que no. Desde un primer momento veremos que el hotel Himmapan es la ostentosidad llevada al extremo, con un ambiente recargadísimo de detalles y un nivel de peloteo que raya lo absurdo… Pero claro, la clientela es muy exclusiva y toca sacar a relucir toda la labia posible.

Dentro  de esta exquisita clientela de peces gordos y otros elitistas, hay dos objetivos que son clave en esta misión de Hitman: un abogado pretencioso y falto de toda moral que hace lo que sea por dinero; el cantante de un grupo llamado The Class, un niño de papá acusado de asesinato y libre gracias a las malas artes de su abogado. En esta ocasión, la misión de 47 se convierte en una misión de castigo y venganza (no personal), lo cual significa que nos debemos convertir en el brazo ejecutor y hacer justicia. Sí, nuestro objetivo es acabar con estos dos desalmados y para ello debemos hacer acopio de nuestras habilidades, el arsenal que hayamos ido consiguiendo durante el resto de misiones y de paciencia, mucha paciencia ya que el hotel Himmapan no es un entorno precisamente pequeño. En la misión Bangkok de Hitman hemos dejado atrás las calles ratoneras para volver a un entorno mucho más parecido a la misión de Paris, aunque con menos espacio en el exterior.

A nuestra disposición tendremos todo un hotel, el cual podremos recorrer con total libertad desde los sótanos hasta la azotea, pasando por las innumerables habitaciones que poseen el hotel, las cocinas y zonas de ocio. Evidentemente, para poder hacerlo debemos pasar desapercibidos en todo momento y ahí es donde entra la habilidad de 47 para camuflarse. En esta misión podremos acceder, al igual que las anteriores, a un buen número de disfraces para poder movernos con cierta libertad, desde personal del hotel de todo tipo (guardia, camarero, jardinero, etc.) hasta de personal del grupo de música de The Class, este último obligatorio si queremos acabar con la vida del músico sin llamar mucho la atención. Dado que es un huésped muy importante y que su padre es el dueño del hotel, el señorito Jordan Cross tiene para él solo y su equipo toda una planta, lo que nos obligará a ser muy cuidadosos con el disfraz a escoger y a la hora de movernos por esta zona del hotel Himmapan.

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Se acabaron los acordes

Al igual que en anteriores misiones, el Episodio 4 de Hitman ofrece al jugador diversas oportunidades para poder acabar con los objetivos, a cada cual más disparatada, divertida y curiosa. Para poner fin a la carrera musical de Jordan Cross, el cual cuenta con la mágica y mortal cifra de 27 años, tendremos a nuestra disposición un buen número de oportunidades las guiadas, aunque también podéis apostar por ir a vuestro aire y hacerlo de una forma no establecida. Un ejemplo de oportunidad de asesinato es hacer uso de un micrófono muy antiguo, solicitado explícitamente por el señor Cross. No, no le vamos a machacar la cabeza con dicho objeto, sino que vamos a darle un poco más de electricidad a su vida. Este micrófono es de sobra conocido por su inestabilidad y por causar algún que otro chispazo mortal, lo cual nos viene de muerte (nunca mejor dicho) para acabar con el músico sin ser detectados  y sin sospechas.

Otra forma de acabar con Jordan Cross es hacernos pasar por un batería de la escena musical indie, lo cual nos deleitará con una de las escenas más curiosas que hemos visto en Hitman. Sabemos de más y de sobra que el Agente 47 tiene un talento innato para el asesinato, el camuflaje y otros aspectos, ¿pero para la música también? Una vez que hayamos conseguido los ropajes de este batería, nuestro siguiente objetivo será pasar a la sala de grabación y demostrar nuestro talento musical, lo cual causará expectación a los asistentes y la propio Cross, de quien conseguiremos su confianza total y nos invitará a una charla en el ático del gran hotel Himmapan. Una vez estemos a solas con él podremos acabar con su vida de la forma más creativa, en mi caso decidí tirarle por el balcón para, acto seguido, acabar atravesando una cristalera y empotrarse contra el suelo. Tened en cuenta que Hitman cuenta con Desafíos y nos recompensan con más experiencia; un tiro en la cabeza es muy simple.

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¿Abogado? ¿Abogado? Sal ratita, quiero verte la colita

El siguiente pichón en caer es Ken Morgan, un abogado sin escrúpulos y muy cercano a la familia Cross. Este desalmado fue el encargado de defender a Jordan Cross en el caso por homicidio y el que consiguió su libertad, lo cual generó en la familia de la víctima todo tipo de penurias al ver cómo este elemento se marcha impunemente. Las injusticias es algo que no se puede tolerar, y en Hitman mucho menos. Evidentemente, el abogado tiene que morir y ahí es donde entramos nosotros, nuestro equipamiento y el arte que desprendemos a la hora de usarlo. Al igual que con el anterior objetivo, Hitman nos ofrece un número determinado de Oportunidades para acabar con este elemento subversivo y de las cuales os vamos detallar un par de ellas, el resto os toca a vosotros descubrirlas. La primera Oportunidad es hacernos pasar por un empleado del hotel y acompañar hasta su habitación al señor abogado, el cual nos obligará a limpiar todas las manchas que han dejado ciertos miembros del grupo que han pasado por allí.

Pronto veremos que el señor Morgan es muy picajoso y que mira con detalle hasta lo más mínimo en busca de manchas, las cuales deberemos limpiar para que esté a gusto en sus aposentos. Llegado el momento pasaremos al baño, lugar en el que la justicia -por medio 47-, hará acto de presencia gracias a un wáter que huele a jazmín y el cual haremos oler (más bien tragar) al señor abogado. Sí, el abogado se ha ahogado… La segunda Oportunidad está relacionada con un Tuk-Tuk, vehículo muy famoso en la India y en el cual está muy interesado el abogado. Esta misión es bastante sencilla ya que solo requiere una llave inglesa (para arreglar el motor), un destornillador (para perforar un bidón de gasofa muy bien situado) y algo de paciencia. El señor Morgan querrá probarlo y será lo último que haga en su vida dado que las chispas que salgan del motor y el combustible vertido harán que salga volando. Listo, el abogado está muerto, el músico también y la víctima y familia de este desagravio ya puede descansar en paz.

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Un entorno lleno de contrastes

El gran hotel Himmapan, al contrario que el anterior episodio de Marrakech, nos ofrece un entorno mucho más abierto y cargado de contrastes, lo cual se traduce en una mayor libertad de movimiento y sin los agobios que producen los callejones ratoneros de la anterior situación. Este escenario podríamos compararlo con la gran mansión de la misión de Paris gracias a la gran extensión del edificio principal; la únicas salvedad es que posee unos entornos exteriores mucho más pequeños y limitados, aunque en algunos casos estos jugarán un papel fundamental. A nivel arquitectónico, este episodio de Hitman nos ofrece un entorno muy detallado y recargado, donde el dorado y blanco del hotel se funde a la perfección con la iluminación ambiental y logra recrear un aspecto visual muy llamativo. El interior del hotel sigue la misma tónica que el exterior, con decoración muy ostentosa típica de la India, todo engalanado al extremo y muchas plantas en la zona baja, dando la impresión de que nos encontramos en una jungla.

En este aspecto, el Glacier Engine sigue mostrando un trabajo redondo en modelados, texturas, iluminación, cantidad de NPC’s y otros aspectos que hacen resaltar el conjunto del episodio 4 de Hitman. De nuevo, Io Interactive sigue demostrando que cuando se trata de engalanar un edificio importante sabe lo que se hace. Lamentablemente, y con este ya van cuatro, el rendimiento de Hitman sigue sin ser todo lo correcto que debería ya que sigue mostrando caídas de frames, cierto streaming de texturas prolongado y, en esta ocasión, debemos incluir ciertos problemas relacionado con el audio, el cual se traba en ciertos momentos y produce un ruido muy poco agradable. Tampoco podemos olvidar el tema de los tiempos de carga, los cuales siguen siendo un poco largos. En aspectos generales, este Episodio 4 de Hitman sigue manteniendo un nivel gráfico muy alto y especialmente detallado, problemas aparte. La siguiente parada es Estados Unidos, lugar aún por concretar y del cual no esperamos menos.

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Recuperando el rumbo

En comparación con el anterior episodio de Hitman, el de Bangkok no es mejor o peor, sino diferente. Nos encontramos en un entorno más abierto y con misiones que, aparentemente, no tienen nada que ver con una trama que empieza a despertar el interés gracias a la nueva CGI incluida; el argumento avanza lento, pero seguro. A nivel de contenido nos encontramos con algo similar a los visto en Marrakech, ofreciendo al jugador un total de 21 Desafíos, 23 Hitos, 23 de Exploración y 8 Localizaciones desde las que comenzar nuestra misión, las cuales debemos desbloquear mediante la subida de nivel. Sigue por debajo del episodio más complejo hasta la fecha, aunque eso no significa que sea menos divertido. El episodio 4 de Hitman es muy divertido y rejugable, ya sea la misión principal o las misiones extras que vienen incluidas. Nos vemos en Estados Unidos.

8

Lo mejor

El hotel Himmapan nos ofrece un entorno abierto y con libertad total de movimient

Más que notable a nivel artístico, con mucho detalle y recargado al extremo

Las diferentes situaciones de asesinato, muy divertidas

Lo peor

Sigue arrastrando problemas en el rendimiento; se suman algunos de audio

Por pedir, algo más de espacio en el exterior

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