Análisis Hana Samurai: Art of the Sword

Hana Samurai se mostró en su momento como uno de los grandes de eShop, cuyas imágenes y vídeos que iban saliendo antes de su lanzamiento parecían prometer un buen juego de lucha y estrategia para todo aquel que decidiera descargarlo. Sin embargo, como veremos a lo largo del análisis, el resultado del juego no ha resultado tan perfecto como habría cabido esperar.

Somos un samurai... y ya

Hana Samurai no es un juego que destaque por tener una profunda historia; de hecho, rara vez veremos alusión a ésta durante el desarrollo de todo el juego. El juego nos abrirá con una introducción, en la que se nos cuenta cómo la princesa Cherry Blossom ha sido capturada, y nuestro protagonista (que carece de nombre alguno) es entrenado por un kappa (una especie de tortuga) en el arte de la katana.

Todo ello nos es contado, por cierto, en inglés, puesto que el juego no ha sido localizado en nuestro idioma. No es un elemento realmente importante, pues aparte de las interactuaciones en las tiendas, no tendremos mucho diálogo en todo el desarrollo del juego.

Tras finalizar la introducción, comenzaremos un pequeño tutorial en el que nuestro maestro kappa nos enseñará los controles básicos del juego. Los controles no podían ser más fáciles: con A utilizamos nuestra katana, mientras que con B podremos esquivar. Con el botón Y utilizaremos el ataque especial y con L bloquearemos los ataques.

Una vez nos hemos hecho con los controles, es hora de poner en práctica nuestro aprendizaje. Apareceremos en el mapa del mundo, con las diferentes zonas a explorar. Para acceder a la zona siguiente, es necesario haber completado la anterior sin morir. Cada una de estas zonas superadas nos dará además como recompensa un trozo de corazón que nos ampliará nuestra barra de vida si juntamos dos de ellos, pudiendo tener hasta 16 corazones si completamos todas las zonas. En ocasiones habrá bifurcaciones en el camino, pero simplemente nos servirán para conseguir estos corazones extra, ya que rápidamente volveremos al camino principal.

El desarrollo en cada una de estas zonas es similar: una serie de enemigos nos atacarán, y tendremos que esquivar y golpear con nuestra katana para deshacernos de ellos. A cambio de vencer a cada uno de ellos, nos darán alguna moneda y en ocasiones corazones de repuesto para recuperar nuestra barra de vida. Si conseguimos vencer a todos los enemigos de la pantalla, el camino se abrirá para poder continuar; de lo contrario, tendremos que repetir la zona.

Si se diera el caso de que muriéramos, a parte de poder volver a escoger la zona, veremos como el kappa aparece en alguna de las zonas que ya hemos superado. Si vamos a dicha zona y aceptamos de nuevo el desafío, podremos conseguir muchas más monedas de las que conseguiríamos en una situación normal. Esto es extremadamente útil para utilizar posteriormente en la tienda, aunque resulta un tanto fastidioso que tengamos que morir para poder recoger esta cantidad extra de monedas.

En cuanto a jefes finales, el juego se ha quedado un tanto escaso: sólo nos enfrentaremos a tres de ellos en todo el juego, y bastante parecidos entre sí. Lo característico de los jefes especiales es que cuentan con una barra de vida, pero la forma de luchar contra ellos es exactamente igual que contra un enemigo corriente.