Análisis GoldenEye 007: Reloaded

¿Qué es entonces Goldeneye 007 Reloaded? Pues un juego de acción con estética Bond que bebe de otros títulos actuales como por ejemplo Call Of Duty. Ya os hemos explicado que el sigilo de poco o nada sirve, es un quiero y no puedo dadas las pocas situaciones que nos presentan y que aun así el juego intenta incitarnos a usar ya sea acercándonos por detrás de los guardias o usando artilugios como desactivar las cámaras. Centrándonos en los disparos en sí, el juego es donde encuentra su diversión: multitud de armas, enemigos a doquier y objetivos secundarios que completar.

Como juego de acción, el título que nos ocupa cumple, si bien con los mínimos que se piden a un género como es este, pero no acabando de destacar del todo. Los escenarios pecan en exceso de linealidad y brevedad, pues en cuanto nos descuidemos (y según el nivel de dificultad en el que estemos jugando) nos plantaremos en el final en menos que canta un gallo. Esta claustrofobia que generan algunos escenarios hacen que los combates ganen en intensidad pues en más de una ocasión nos encontraremos con multitud de enemigos a abatir (algunos saldrán de la nada) y sobre los que tendremos que vaciar nuestra “infinita” munición; hago especial hincapié en infinita pues será muy rara la vez que nos veamos sin balas con las tres armas que podamos llevar encima, no pudiendo soltar nuestra PPK en ningún momento y limitando nuestra experiencia de juego a disparar a todo lo que se mueva. Otro de los detalles a resaltar es que durante ciertos momentos del juego habrá algún que otro Quick Time Event, bastante facilón por cierto, que añade un pequeño ápice de variedad.

Durante los escenarios tendremos que ir cumpliendo diferentes misiones, tanto principales como secundarias. Las primeras obviamente nos servirán para seguir la trama, la cual se encuentra muy bien narrada y de un modo muy peliculero, apenas hay escenas cinemáticas donde veamos a Bond de cuerpo entero, por lo que la historia será contada en primera persona y de forma muy espectacular, haciéndonos vivir de primera mano que somos un agente secreto. Las misiones secundarias requieren cumplir ciertos objetivos para alargar la vida de los escenarios ya que sino estos acabarían teniendo una duración ridícula; pueden resumirse en rescatar a un número concreto de rehenes o con nuestro SmartPhone hacer fotos sobre proyectos secretos del enemigo.

Para ponernos en situación cada vez que completemos un escenario, tras realizar con éxito nuestras misiones, iremos conociendo detalles de la trama mediante unas pantallas que recuerdan, y muy mucho, a las que pueda tener Call Of Duty: Modern Warfare 3 y en las que íbamos conociendo el ir y venir del guión y la situación en torno a nuestros enemigos; aquí ocurrirá exactamente igual, será M quien nos explicará donde se encuentra Ourumov (nuestro principal enemigo) y cuáles son sus siguientes pasos para que no podamos capturarlo.

La longevidad del juego, como ya dije antes, dependerá en gran parte del nivel de dificultad en el que lo juguéis; siendo recomendable ponerlo desde el principio en agente 007 para que el título pase de las 6 horas o 7 de duración ya que de lo contrario será un autentico paseo. Esta duración se ve achacada también por algunos fallos en la IA del enemigo, tales como que se queden totalmente “sordos” en ciertas situaciones yendo nosotros corriendo detrás de ellos para ejecutarlos por la espalda y no prestando nada de atención al gran jaleo que arman nuestras carreras a escasos centímetros suya o si en la habitación de al lado hay un tiroteo con bazookas incluido, algunos más graves como que en mitad de un combate algunos soldados acaben mirando misteriosamente hacía la pared en lugar de cubrirse de los disparos o que prefieran optar por venirse hacia nosotros en modo kamikaze en vez de buscar cobertura.